Un Invitado

6.8K 672 90
                                    

CAPÍTULO 4: Un invitado

Llegamos a mi apartamento y Jimin venía completamente callado desde que le dije que viviría conmigo.

En el momento que se lo dije, la verdad hablé más de la desesperación que de la razón, pero de todas formas, creo que es una buena idea.

Hoy nuevamente nuestro encuentro en el cumpleaños fue un desastre. La vez anterior, como no lo conocía, actué en forma más fría, pero ahora, que su rostro se había grabado en mi pensamiento, estaba siendo muy difícil ser racional.

Llegamos al estacionamiento y le dije que me siguiera. Jimin seguía sin levantar la vista de sus manos y bajó lentamente y con dificultad del auto.

En ese momento me di cuenta que seguía con las manos atadas y que iba descalzo...

- Disculpa, realmente no recordé que seguías atado - dije mientras le soltaba las manos.

No me dijo nada y siguió mirando sus manos.

Me agaché para que subiera a mi espalda, y lo hizo sin que le dijera nada....en silencio.

Caminé al ascensor y el silencio que nos rodeaba era cada vez más pesado. Subimos y de verdad rogué por no cruzarnos con nadie, imaginé a uno de mis vecinos subiendo y poniendo cara de espanto al ver a un chico con esa ropa y descalzo...parecía como que me lo hubiera raptado de algún lado, aunque técnicamente, algo así había pasado...

Llegamos al piso 24 y lo dejé en el sillón, mientras él miraba el apartamento con asombro. Si, era un apartamento muy grande y muy lujoso, fue el regalo de graduación que me dieron mis padres...estaba claro que era demasiado como un regalo, pero no tuve muchas opciones para rechazarlo. Llegué pensando que no viviría mucho tiempo acá, pero es cómodo y tiene buena ubicación, finalmente me enamoré del lugar.

Estaba sumido en mis pensamientos, cuando me detuve a mirar a Jimin. Había subido los pies al sillón y tenía las piernas flectadas, parecía un pequeño ovillo rosa...su cabeza descansaba en sus rodillas y noté que tenía lágrimas en las mejillas nuevamente.

- Por qué lloras? - le dije

- Tengo miedo..

- Miedo de qué?

- De ti...no sé qué quieres, ni que pretendes. No sé donde estamos ahora, no tengo mi celular, ni zapatos, ni mi billetera, ni dinero.

Mientras hablaba, seguían cayendo lágrimas por sus mejillas, pero se veía tranquilo, o más bien, resignado.

- Si yo muriera hoy, nadie en el mundo me extrañaría, tan sólo sería como que nunca hubiese existido...eso estaba pensando

Cuando terminó se frase, sentí tanta pena, que quise llorar. Me acerqué a él y lo abracé. Él se dejó abrazar..y luego de un momento, sentí sus brazos en mis hombros, me estaba abrazando también.

Una paz increíble me llenó en ese momento, de pronto sentí que era mi deber hacerlo feliz, y eso me haría feliz a mi también.

- Nunca más digas algo así, yo de verdad siento que ya no puedo vivir sin ti. Sé que suena extraño, pero es verdad. Permíteme ayudarte, vive conmigo hasta que puedas encontrar otro trabajo, yo quiero ayudarte, por favor..

Dejé de abrazarlo, esperando que me respondiera. Lo vi debatir internamente, mientras volvía a mirar sus manos.

- Por qué quieres ayudarme? - dijo levantando la vista.

- Llámalo destino o como quieras...pero de verdad quiero que seas feliz.

Esta vez no lo pensó mucho y respondió

Mi Pequeño OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora