Mi Pequeño Omega

EXTRA 4: Orfanato

Extra 4: Orfanato.

***Seung***

Recuerdo perfectamente el día que llegué a casa. Mamá me fue a buscar al orfanato, me dijo que ahora seríamos familia y que íbamos a vivir juntos.

Yo estaba muy asustado. Tenía 6 años y eso en el orfanato es ser grande...demasiado grande.

Podía ver casi a diario cuando venían a buscar a otros niños, pero siempre eran pequeños, los que apenas podían caminar. Ellos estaban muy poco tiempo aquí, encontraban familia rápidamente.

En cambio los niños grandes, íbamos quedando atrás.

Cuando conocí a mamá por primera vez, pensé que era tan bella y dulce, que no buscaría un niño como yo.

Todos decían que era lindo, pero que no sabía sonreír... "Si no sonríes, nunca podrás irte de aquí"...escuché eso tantas veces...pero cómo iba a sonreír? Si estaba triste...

- ¿Cómo te llamas? - me preguntó mamá sonriendo.

- Seung - respondí mirándola a los ojos.

En ese instante sentí como la cuidadora del orfanato que estaba a mi lado, me pellizcaba discretamente el brazo.

- Debes ser más respetuoso - dijo molesta.

- Disculpe señora- dije haciendo una reverencia - Mi nombre es Seung.

- No te preocupes Seung, mi nombre es Sun-Hee. Podríamos conversar un momento? Te parece bien?

- Sí señora, me parece bien.

En ese momento la cuidadora nos dejó solos y yo me sentí algo más tranquilo.

- Qué edad tienes? - dijo mamá.

- Tengo 6 años.

- Ya veo y ¿qué te gusta hacer? ¿Dibujar? Jugar a la pelota?

- Me gusta leer..

- ¿Sabes leer? Eso es grandioso - dijo sonriente - ¿aprendiste en la escuela?

- Yo creo que si...no lo sé, aprendí hace tiempo.

- Eso es genial - dijo ella entusiasmada.

- La verdad es que no...porque ahora a mis compañeros les están enseñando a leer y yo me aburro mucho - dije sincero.

- No lo había pensado de esa manera...y dime ¿tienes amigos? ¿Te gusta jugar con otros niños?

- No tengo amigos.

- Pero ¿Te gusta jugar con otros niños?

- No...no mucho

En ese momento pensé que ella se iría. Debería haber mentido, debería haber sonreído, debería haber sido más amable...todo eso venía a mi cabeza.

- Yo tengo dos hijos, estoy segura que te gustará jugar con ellos - dijo mientras tomaba mi mano.

Por una razón que desconozco, cuando mamá tomó mi mano...comencé a llorar. Su amabilidad fue tan inesperada y dulce, que no supe como reaccionar.

Intenté limpiar rápidamente mis lágrimas, pero seguían cayendo sin que pudiera controlarlas. Entonces mamá me abrazó y mi llanto empeoró aún más..

- Está bien, puedes llorar si quieres...no pasa nada, todos estamos tristes a veces - dijo mientras me estrechaba entre sus brazos.

No sé cuánto tiempo lloré, pero eventualmente pude calmarme. Mamá limpió mi cara con un pañuelo y me dijo que volvería a buscarme otro día, que esperara por ella.