•Capítulo 1•

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MARATÓN INICIAL 1/3

MÍA MCQUEEN

— ¡Mía McQueen! Levante o llegarás tarde al colegio... —escucho la voz de mi padre y el golpe que la da a la puerta de mi habitación.

—Luego, papá.

—Ahora.

—Ya —gruño.

Día nuevo, día de mierda.

Me levanto y voy directo al baño a asearme completa. Al salir de la ducha me seco el pelo y cuerpo poniendo mis bragas, lavo mis dientes, aplico mi crema de cara y me peino.

Luego voy a mi closet sacando el uniforme que tiene una falda acuadrille roja con una blusa abotonada, me pongo todo sin abrochar los últimos dos botones de la blusa dejando a la vista una cadena con dos M cruzadas que representan mi nombre la cual que me regalo mi mamá para mi cumpleaños trece.

Una sonrisa pequeña crece porque estoy en mi último año, aunque aún me quedan cuatro meses para salir del instituto, estoy segura de que mi mamá de donde sea que este debe estar orgullosa de mí. Ya van cuatro años desde que murió por el cáncer de mama que se detectó demasiado tarde.

Ella dejó un vacío en vida gigante.

Me acerco a mi bolso revisando que no me falte nada para luego tomar mi celular viendo que tengo un mensaje de mi mejor amiga.

Barbi: Me esperas en la entrada, por favor. O tendrás un año de mala suerte y no quieres un año de malo suerte, cariño.

Una sonrisa curva mis labios.

Yo: No me interesa *emoji mostrando la lengua*.

Bloqueo el celular cogiendo la mochila y bajando al notar que no me falta nada. Encuentro a mi papá tomando desayuno en el mesón de la cocina. Me siento al frente suyo empezando a comer mi pan tostado con queso y tomarme el café.

—A la tarde tendremos una cena para que te vengas directo a la casa, por favor —comenta.

— ¿Y se puede saber con quién?

—Natasha —comenta y automáticamente paro de comer.

—Pero...

—Hija...

Lo que dice me entra por un oído y me sale por el otro. No la conozco, ni la quiero conocer. Estos últimos dos años papá a conocido a pocas mujeres, de ellas he conocido a tres, y de las tres, ninguna ha logrado venirse a instalarse con nosotros.

Sin embargo, Natasha es una mujer de la cual vengo escuchando hace más de ocho meses. Una vez quiso invitarla a cenar a la casa, pero al final no llegaron bien a un acuerdo, así que no vino y yo fui feliz porque de alguna manera siento que todas intentaran llenar el espacio vacío que dejo mamá, pero ninguna podrá hacerlo.

—Mía ¿Me estás escuchando?

—Sí, ella vendrá y quieres que estés aquí temprano —le doy un mordisco a mi pan —Solo espero que no se te ocurra casarte o te tendré que llevar a un neurólogo a ver si te arregla las pocas neuronas que te van quedando.

Me levanto de la mesa, pero me arrepiento de inmediato.

—Mía —reclama, pero me encamino hacia el baño —Mía, ven aquí.

Me encierro en el baño, sintiéndome la peor hija del mundo, pero a pesar de aquello una parte de mí está muy lejos de sentirse mal. No me gusta la idea que mi papá rehaga su vida cuando mi mamá fue la mujer perfecta para él.

Tenías que ser tú© [BT#1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora