•Capítulo 25•

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MIA MCQUEEN

Habían pasado cinco días.

Habíamos intentado seguir normal.

Como si nunca hubiera pasado. Cuando sí había pasado algo.

Intentamos tomarlo con calma. Y así había sido.

En las mañanas despertaba minutos antes que despertaran nuestros padres, algunas veces ella ya estaba despierta y en otras profundamente dormida donde me aprovechaba de despertarla con alguna de mis ocurrencias, luego me iba a mi habitación y actuábamos normal hasta volver a estar solo.

En institutos las cosas iban normales, nos veíamos sí, a veces a escondidas también, puesto que no nos conviene que nadie sepa de lo nuestro y que Barbie e Ian lo sepan ya es un gran avance para ambos.

Al volver a casa hacemos nuestros deberes y pasamos tiempo juntos hasta que llegan nuestros padres, luego viene la cena donde actuamos con naturalidad y más tarde en la noche me vuelvo a pasar a su habitación.

Y todo se ha vuelto rutinario, y tan familiar que me gusta.

Y no creo poder dejarlo ir nunca.

Ni a la rutina que he creado.

Ni a ella.

Ahora estaba sentado en la terraza con Ian, mientras que Mía está arriba con Barbie hablando de «cosas sobre chicas» como ellas lo denominaron antes de rechazar nuestra invitación para salir.

—Estás enamorado, estás enamorado —canturrea Ian burlándose de mí.

Le estaba contando a Ian las cosas que han sucedido y como han sucedido, y pues también le he contado de todo, entonces, ahora según él. Ya estoy enamorado.

—Sabes que no, idiota. E

—Pero si me dices que te gusta todo de ella. Que dices que tiene buen cuerpo. Que te gustan sus ojos porque son profundos y llamativos. Que sus labios son...

—Cállate —le golpeo el hombro —Sé lo que te dije y comienzo a arrepentirme de haberte dicho.

—Estás enamorado. Asúmelo.

No es que no quisiera asumirlo, es que me daba miedo asumirlo y que luego todo se jodiera.

—No. Es sexo y algo más.

—No me puedes decir que es sexo y algo más, cuando sabes que no es así.

Me río.

—Vamos a hacer algo. Vamos a hacer lo mismo que tú hiciste cuando te conté, estaba confundido respecto a mis sentimientos hacia Bárbara.

Llevo mis manos a mi cara.

—No jodas.

—No. No jodo. Espérame aquí.e reí.odo hombro

Se levanta de su reclinable entrando a la casa.

Hace unos días cuando llegué y vi a William encima de Mía, un miedo eterno me invadió, fue como volver años atrás cuando estaba solo en casa con Mirian –mi nana– yo tenía once años. Un día llegue temprano a mi casa, escuche sonidos raros, mezclándose con las súplicas de parte de Mirian y jadeos más gruñidos de parte de William. Me dejé guiar por ellos y vi algo que me dejo marcado de alguna manera.

William estaba encima de Mirian follándola, ella le decía que parará, pero él no paro y no supe que hace que salí corriendo cuando él me miro y dijo con su voz frívola «Hijo, sube a tu habitación». Recuerdo que fue el último día que vi a Mirian antes de su funeral.

Con mi mamá nos fuimos de la casa días después y a William ni le importo, agradezco que mi mamá haya estudiado y me haya podido sacar adelante sola. Supongo que William regreso, ya que nunca se divorciaron y si ahora se quiere casar con Marcus necesita el divorcio William.

Ian vuelve con un cuaderno y un lápiz para comenzar a anotar sacándome de mis pensamientos.

—Empecemos ¿Qué te gusta de su pe...?

—Es distinto —trato de detenerlo.

—No es distinto. Yo igual creí que Barbara me atraía y me termine enamorando, además de que ahora seré papá. Responde

Empecé a reír, cuando conocí a Ian y luego nos hicimos amigos ganamos mucha confianza, así que cuando me confesó que se sentía atraído por Bárbara empezó a hacerle preguntas superficiales para luego ir por las más profundas. Me creía psicólogo.

—Sí, me gusta que sea negro hace buena combinación con sus ojos, es desordenado cuando no lo peina a pesar de ser liso, me gusta más cuando lo acaricio es suave.

—Aja... Mmm ¿Sus ojos?

Sonríe con malicia.

—Te dije, son negros y muy intensos a la vez profundo —me pongo a pensar —A veces pienso que me podría perder en ellos. Puedo diferenciar en ellos, cuando me desea coger y cuando me desea matar.

Ian ríe.

—No creo que te quiera matar. Por lo menos no de esa manera —me reí — ¿Su nariz y labios?

—Me gusta su nariz, es puntiaguda y respingada.

—Yo la veo más retorcida.

—No —arrugué mis cejas.

—Ya. Bueno. Sigue expresándote.

—Sus labios son finos y sexuales —él anota —Me gustaba cuando follábamos y le gustaba morderse el labio, eso me pone.

—Okey, eso fue extraño —reí.

—Nunca me ha dado una mamada —dije e Ian me miro con asco —Y tampoco creo que me la dé algún día.

—Jodido asqueroso —me regaño — ¿Pestaña, ceja y manos?

— ¿En serio? —asiente —Sus pestañas son cortas, sus cejas con finas, pero pobladas y sus manos son delicadas, pero muy ágiles al momento de sacar la ropa —añadí e Ian rodó los ojos con una sonrisa.

— ¿Sus piernas?

—Son delgadas y fáciles de coger, me gustan.

Ian anota.

—Última, pero la más importante: su carácter.

—Mía es alegre, aunque antes conmigo era más antipática y creo que lo volverá a ser, también es atrevida y rebelde, ingeniosa, malhumorada alguna vez. Pelea mucho y se sabe defender. Eso la hace más valiente en algunos casos, es un poco confiada y seria con otras personas. Es sincera, sabionda, salvaje en la cama —Ian ríe —Diría que de la relación yo soy el más divertido, pero ella también tiene sus momentos humorísticos.

—No tiene una relación —dice Ian —Incluso tú mismo dijiste que era solo sexo.

—Es una forma de decir.

Rueda sus ojos y anota algo más en el cuaderno.

—Ya. No alcance a notar todo lo que dijiste, pero ya tengo los resultados, señor Anderson.

Sonreí de oreja a oreja.

—Señor Bennet ¿Cuáles son los resultados? —pregunte.

—Te gusta y hay una probabilidad muy gigante que ya te hayas enamorado.

—No —digo por joder y la vez porque es verdad.

—Sí.

—No.

— ¿Por qué no? —se exaspera.

—Porque ella no quiere nada. Ella misma lo ha dicho. Que nuestros padres y aquí y allá. Ella no quiere. Así que solo aprovecho el momento.

—Quizás tú deberías decirle algo —se encoge de hombros —Quizás pedirle que sea tu novia o algo así.

—No lo sé. Es complicado.

Solo quiero tenerla cerca.

***


Tenías que ser tú© [BT#1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora