•Capítulo 13•

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MARATÓN 2/3

MIA MCQUEEN

Es viernes por ende hoy nos vamos a la casa de la playa por decisión de mi papá que dijo: «Mejor nos vamos el viernes y disfrutamos el fin de semana allá». Todos estuvimos de acuerdo. Así que ahora voy en el auto de Aarón y mis padres delante de nosotros en la carretera, según la aplicación waze llegaremos en veintidós minutos.

Llevo mis audífonos puestos, la música siempre ha sido mi escape, mi manera de relajarme, tengo mis ojos cerrados mientras mi cabeza se encuentra apoyada en la ventana. Con Aarón no hemos hablado desde que fue a mi habitación, porque por alguna extraña razón tampoco me ha llevado al instituto y no lo he visto mucho.

Ayer le pregunté a Natasha y me comento que se había estado juntando a estudiar con compañeros para los exámenes finales, pero aún faltan un poco más de un mes para esos exámenes y Aarón no es de estudiar.

Por lo que no puedo creer en eso y una parte de mí odia el querer preguntarle si se ha estado viendo con Kayli y el hecho de pensar en aquello me logra bajar los ánimos.

Durante este viaje no hemos cruzado ni cinco palabras, con suerte me ha hablado para que le destape la bebida porque si él lo hace se puede distraer y provocar un accidente.

Con Joel nos hemos visto dos veces desde mi cumpleaños, como siempre la hemos pasado bien, nos divertimos, conversamos, nos besamos, pero siempre terminamos como amigos. Ni él ni yo hemos hablado sobre alguna etiqueta.

Es extraño y espero que nunca lo hablemos.

Por el otro lado, con Jordán, lo he visto en el instituto y lamentablemente nuestra relación se ha vuelto incómoda. Hubiese nunca haber sabido los motivos por los cuales me molestaba, pero bueno viéndole el lado positivo ahora cuando hablamos en las clases, es imposible no sentirme incómoda antes su mirada y todo.

—Mía —volteo a verlo y apagué la música retirando uno de mis audífonos para escucharlo cuando sus ojos penetraban los míos —Pensé que estabas durmiendo.

Vuelve a mirar la carretera.

— ¿Quieres algo? —pregunté.

Odie el momento en que mi papá me dijo que me fuera con Aarón mejor para que él se pudiera ir con su amada Natasha, no tengo nada contra ella, pero siento que mi papá me está dejando de lado.

—Me puedes abrir un paquete de galletas, por favor —busqué las galletas en el bolso de comida que habíamos traído y se las abrí para ponerlas en el portavaso.

—Listo —avisé — ¿Algo más?

— ¿Me las puede dar? —pregunto mirando las galletas para luego mirarme a mí y después la carretera.

Lo miré incrédula.

Y este que se cree.

— ¿Quieres que te meta las galletitas en la boca?

Aarón sonrió.

—Por favor, princesa —rodé mis ojos y aclaré mi garganta.

Odie el instante en el que cogí una galleta y la acerque a su boca, él la recibió y mastico solo recibiendo la mitad de la galleta. Dudé y pensé en próximo movimiento, pero igual lo hice. La otra mitad me la llevé a la boca y me la comí.

Llegamos a la casa, bajamos maletas con nuestras cosas y algo de comida que trajimos para no salir a hacer compras grandes. Natasha fue directo a la cocina como si conociera la casa, por lo visto mi padre quizás la había traído antes. Yo me dirigí a la terraza donde había una piscina y me pregunté lo mismo que me preguntaba cada vez que venía ¿Para qué tienen una piscina si tienen el mar al frente de la casa?

Tenías que ser tú© [BT#1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora