newanaripa-bellamy blake

¡hemos vuelto zorra!

Han pasado 97 años desde que tiraron los misiles a la tierra y quedo inhabitable.

Gracias a el arca la raza humana se pudo salvar.

El arca esta compuesto por 12 estaciones que se unieron para vivir juntas hasta que se pueda volver a la Tierra.

En el arca cualquier delito minimo que sea es pagado con la muerte, excepto que seas menor de 18 años, en ese caso te detienen y meten en la carcel, la llamamos la caja del cielo.

La Tierra necesita otros 100 años mas para poder ser habitable de nuevo, otras 4 generaciones mas para poder bajar.

La Tierra, el sueño de todo el mundo, en lo que todo el mundo pensaba.

Estaba sentada en el suelo contra la pared de mi celda dibujando como pensaba que es la Tierra cuando oigo a los guardias abrir la puerta de mi celda, algo que me resulta extraño ya que aun no voy a cumplir los 18 años.

- Prisionera 236.- habló el guardia.- Contra la pared.

- ¿Qué pasa?, aún no he cumplido los 18.- Me quejé mientras el otro guardia sacaba una clase de pulsera metálica y me la puso.

Me sacaron de mi celda, yo no me resistí ya que pensaba que me iban a flotar.

Al salir ví que estaban sacando y metiendo a los demas prisoneros de sus celdas a una lanzadera, sera un nuevo metodo de matarnos y ahorrar energia o algo.

Después de un poco ví a lo lejos a mi hermano, el no debería estar aquí.

Empecé a patalear y me deshice de los agarres de los guardias para poder ir hacia mi hermano pero antes de llegar me dieron con la porra eléctrica haciendo que callera y que me desmayara.

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Me desperté con un dolor de cabeza increible, y cuando pude adaptarme bien a la luz de mi entorno ví que estaba dentro de la nave la cual se movia bastante, empecé a mirar a mis lados y me encontré con mi mejor amigo, el único que sabía de mi existencia antes de que me encerraran, John Murphy.

- ¿Qué? ¿No me vas a saludar, guerrera?- dijo Murphy riéndose lo cual hizo que me riera también.

- ¿Cómo estas, guerrero?- nos abrazamos mientras sonreía de oreja a oreja, le echaba muchísimo de menos.

- Pues ya ves, aquí sentado en una nave que no tengo ni puta idea de donde nos lleva, ¿y tú?

- Siempre tan gracioso, ¿no? Pues aquí pero antes he vis...- no pude terminar la frase porque el canciller Jaha apareció en una pantalla y comenzó a hablar.

- Prisioneros del arca escuchad.- dijo Jaha.- Tenéis una segunda oportunidad y como vuestro canciller tengo la esperanza de que veáis esto no solo como una oportunidad para vosotros sino para todos nosotros y también para la humanidad.- continuó diciendo.- No sabemos lo que os espera ahí abajo si la probabilidad de sobrevivir fuera alta habíamos enviado a otros, os enviamos a vosotros porque vuestros delitos os han hecho... prescindibles.

- Tu padre es gilipollas Wells.- dijo un chico haciendo que todos a su alrededor comenzarán a reírse yo incluida.

- El lugar de aterrizaje ha sido elegido previamente.- continúo diciendo.- Ya antes de la guerra nuclear, Mount Weather era una base militar construida dentro de una montaña, iba a ser abastecida con suficiente productos para sustentar a 300 personas durante 2 años aproximadamente.

Dejé de escuchar lo que el Canciller decía ya que algo había llamado mi atención, un chico había desabrochado su cinturón y estaba flotando por la nave.

Pero eso no fue lo que me llamó la atencion, sino que ese chico era mi hermano, Finn Collins.

- ¡Finn! ¡Finn!- empecé a gritar, lo que hizo que mi hermano se diera cuenta de mi presencia y corra a mi dirección.

- ¡Aria!¡Hermanita, estás bien!- al escucharle llamarme de esa forma no pude evitar sonreir y abrazarle con fuerza.

Cuando nos separamos el se dirigió hacia Wells, el hijo de Jaha, y Clarke Griffin, la hija de la doctora Abby Griffin.

- Al final tu padre me ha hecho flotar.- dijo mi hermano riéndose.

-Abróchate el cinturón antes de que se abran los paracaídas.- contestó Wells.

En el otro extremo de la nave pude ver como dos chicos más desabrochaban sus cinturones para unirse a Finn.

- Eyy, eres la traidora que ha estado en aislamiento un año. -preguntó Finn.

Clarke le miro con desprecio.

- Y tú el idiota que malgasto el oxígeno de un mes en una caminata espacial.- le respondió ella.

-Soy Finn.

Ver a mi hermano ligar con Clarke me hizo gracia y no pude aguantarme la risa.

- ¿De que te ries?- me preguntó Murphy.

- De mi hermano tirando ficha.- él se rió conmigo y la nave empezó a dar grandes sacudidas, haciendo que los 3 que estaban desabrochados se estrellaran contra la pared de la nave.

Agarré con fuerza la mano de Murphy mientras duraban las sacudidas.

Cuando la nave aterrizó me quité rápidamente el cinturón y corrí a ver si Finn estaba bien, al igual que Clarke pero ella fue a ver a los demas.

- Estan muertos.- dijo clarke arrodillada ante los chicos.

Me apresuré en bajar las escaleras que daban a la parte baja de la nave donde todos estaban alrededor de la puerta y en el centro había un chico que llevaba una chaqueta de guardia del arca y estaba sujetando la palanca para abrir la puerta.

- ¡Quieto! - gritó Clarke detrás de mí y avanzando hacia el chico.- El aire podria matarnos.

- ¿Bellamy?

- ¿Octavia?

La chica de pelo negro y ojos claros que gritó el nombre del chico fue corriendo hacia él y los dos se fundieron en un abrazo.

- Es octavia, la chica que encontraron debajo del suelo.- grito un chico desde atras.

Octavia fue intentar pegar al chico que había dicho eso pero su hermano la agarró para que no le hiciera nada.

Después de oír eso supe que Octavia y yo seríamos buenas amigas.

- Haz que te recuerden por otra cosa.- la miró dulcemente su hermano.

- ¿Sí? ¿Cómo qué?- preguntó.

- Como ser la primera persona que pisa la tierra en 100 años.- respondió Bellamy

Octavia miro a Bellamy sonriendo. este se giró para bajar la palanca haciendo que la puerta se abriera.

Noté el aire en mi cara y respiré profundamente.

Octavia comenzó a andar lentamente hasta llegar al final del borde de la nave y dio un salto sobre la hierba.

- ¡Hemos vuelto zorra! - grito, haciendo que sonriera.

Habiamos vuelto, estabamos en la tierra, estabamos en nuestro hogar.