6- La casi huída

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Luego de cenar la comida que prepararon Arthit y Jolene, porque tenían sus buenas habilidades culinarias, nos sentamos un rato en la sala

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Luego de cenar la comida que prepararon Arthit y Jolene, porque tenían sus buenas habilidades culinarias, nos sentamos un rato en la sala.

Había un sofá en forme de "L" y una mesa ratona de madera vieja entre el mismo y la televisión. Las cortinas estaban cerradas, pero aún así, la luz de la luna se colaba con claridad, dejando en penumbra los pequeños rincones donde la luz de las portátiles no llegaba.

Aún seguía con la misma ropa del entrenamiento, un poco chamuscada y húmeda. Audrey ya no lucía desorientada y se había despertado mejor de su siesta, en cuanto a los demás chicos; Jolene estaba sentada a mi lado mientras tejía y los otros se habían ido a dormir o a charlar entre ellos.

-¿Por qué están tan obsesionados en nuestros poderes? Sé que es lógico volverse loco haciendo experimentos al descubrir algo así ¿pero no sería mejor matarnos?- algunas veces mi amiga tenía demasiada sinceridad para decir las cosas.- Nosotros no le servimos para la cura y podemos ser una amenaza.- Audrey hacía muchas preguntas mientras jugaba con sus medias sentada en el piso, aunque ella aún tampoco sabía si tenía alguna habilidad sobrenatural.

Todo daba mala espina. Jolene entró poco después que los demás junto con su gemelo y nos contó que antes solo daban inyecciones y sacaban muestras de sangre. Hasta que de un día para el otro, decidieron investigarlos a fondo.

- Mi querida Audrey.- Comenzó a explicar la pellirroja sin dejar de prestar atención a lo que tejía- parte de las inyecciones que nos dan causan que nuestros poderes no crezcan o se desarrollen. Es como meter a un pájaro en una jaula, tiene todo el poder y las ganas de volar pero no puede salir de allí.

Así que intentaban tener resultados pero ¿no les dificultaba retener los poderes? No entendía cuál era el punto de investigarlos si no podían ver la máxima capacidad o crecimiento de los mismos. Tal vez sirvieran para la cura o estuviesen buscando alguna manera de hacer superhumanos dotados.

Cualquiera fuese la razón, me dolía la cabeza de tan solo pensar que mi amiga Audrey y yo éramos parte.

Jolene nos explicó que esas inyecciones habían causado desgastes mentales y que ya no se acordaba de muchas cosas, pero nos contó de cómo su hermano y ella descubrieron que tenían algo extraño.

Al principio tenían las mismas intenciones que casi todo el mundo; conseguir la cura. Así que sus padres los enviaron sin siquiera consultarles, total, hace dos años ellos solo tenían diecisiete y seguían siendo menores. Los raptaron y luego se dieron cuenta a través de experimentos, que los gemelos tenían una extraña conexión entre ellos. Luego vino el desarrollo de sus poderes individuales. Jolene poseía clariaudiencia y Erick se tele transportaba, pero gracias a su conexión, eran capaces de pasarle su poder al otro. Lo malo era que uno quedaría desprotegido.

Finalmente decidimos estancar el tema allí y fuimos a nuestras habitaciones dejando a Jolene con su lana.

Audrey y yo nos dimos un abrazo frente a la puerta, estábamos en distintos cuartos.

ÉMORY: cuando los monstruos gritanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora