En un mundo donde se desata una enfermedad que hace que los humanos se transformen en horribles criaturas, Émory Wester es voluntaria para conseguir la cura de la Siriasis para su padre. Ella es secuestrada y llevada a un lugar remoto del gobierno d...
Cuenta la leyenda de los sanguinarios, que esperan el caos para abrir la dimensión de los monstruos. Y cuando el nemeton deslumbre con su luz dorada, el mundo que se nos ha impuesto caerá a pedazos. Los monstruos gritan como grita la gente, luchando por sus derechos, por sobrevivir. ~ Abby Green
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El día había llegado. Estábamos desayunando a lo grande por última vez en aquella casa. Había pasado casi una semana de entrenamiento y planes. Casi una semana en la que todos habíamos mejorado bastante, Erick y Audrey ya eran novios, en cuanto a Ciro y a mí, no nos acercábamos y apenas cruzábamos palabras. EL Ciro bromista había desaparecido.
Blakely y su ayudante hackearían todo, uno estaría en la Industria y otro desde el pueblo de Yorck Maine. Nuestro objetivo principal era ir al laboratorio, justo al cuarto donde escondían las curas y drogas. Era más que seguro que si nos curábamos de nuestros poderes nos matarían, pero fuese cual fuese el resultado escaparíamos por otro túnel que personas internas habían hecho.
Cuando terminamos el desayuno comencé a tomar mis cosas. Todos vestíamos una especie de chaleco fino con bolsillos debajo de las chaquetas. Llevábamos algunas provisiones por si nuestros poderes no eran suficientes y yo tenía una pequeña bolsa como las de suero que poseía sangre, por si Shaeidy no quería cooperar.
Una tormenta se acercaba como si quisiera agregarle drama a lo que estaba por suceder, con luminosos estruendos que adornaban el cielo a cada segundo. Aún no había superado aquellos miedos que me causaban las tormentas, pero teníamos cosas peores de qué preocuparnos.
-¿Quién está preparado para patear traseros?- dijo Erick lanzando puños al aire sin perder su usual entusiasmo infantil.
-Si ven a Cipher déjenmela a mí- dijeron Stella y Audrey al mismo tiempo.
Todos reímos a carcajadas y recordé la expresión que había puesto la falsa Cipher cuando la apuñalé. No supe disimular la pequeña sonrisa que curvó mis labios y provocó un cosquilleo en mi interior.
Los chicos comenzaron a platicar de lo que querían hacer si todo salía bien. El ambiente se había puesto positivo y las cosas que habían pasado se habían convertido en eso: pasado.
Audrey quería trabajar en algún laboratorio o como profesora de química, ahora sabía muchas más cosas locas. Stella quería desempolvar sus ideas y escribir un libro, también su sueño era tener paredes llenas de estanterías con los mismos. Erick quería estudiar actuación y bromeaba con casarse con Audrey, lo que causaba que mi amiga se callara de inmediato ante la alocada y terrible idea. Arthit decía que no tenía idea de lo que haría, le gustaban varias cosas pero primero quería asegurarse de que todos saliéramos sanos.
En cuanto a Ciro, él escuchaba a los demás en silencio y me lanzaba miradas enfadadas. No las entendía muy bien y el sentimiento de algo imposible seguía revoloteando a mi alrededor, pero nada podíamos hacer.
