A salvo [KuroOi]

Capítulo 3

POV Narradora

No tuvo otra opción más que dejarse hacer, dejar que el alfa lo tomé como si fuese cualquier cosa menos una persona que siente, en este caso, dolor. Y no solo dolor Físico por lo que estaba sucediendo en ese momento, también dolor psicológico, todas esas cosa que el alfa le hacía le dejaban una herida mental que no se cerraría tan fácilmente, y si esa herida llegaría a estar cerrada, cualquier cosa la abriría de nuevo en un instante.

Cuanto tiempo el alfa llevaba abusando de él en ese baño?Cinco minutos? Treinta? Una o quizás dos horas? Más tiempo? No lo sabía, había perdido la noción del tiempo.

Lo único que pasaba por su cabeza era un simple "qué termine ya" mientras las lagrimas causadas por la tristeza, el dolor y la frustración adornaban su rostro, ellas eran las únicas que lo acompañaban en estas ocasiones, ah claro, sin olvidarse de los gritos que salían de su garganta.

Quería que termine, quería gritarle lo mas fuerte que podía que parara, que ya no aguantaba, pero por cada oportunidad que tenía par hacerlo el miedo lo invadía, tenía claro que si abría la boca las cosas no iban a ir para bien, iban a ir peor. Solo le tocaba esperar.

Sentía un liquido chorrear por sus piernas, un liquido que era familiar para el, de color naranja, una mezcla que se creaba cuando la sangre de su entrada y el semen del alfa se mezclaban.

El omega sufría.
El alfa lo disfrutaba.

Vaya diferencia, verdad?

Seguía y seguía, hasta que el omega dejó de emitir sonidos que demostraban dolor, hasta que su cuerpo cayera en contra de su voluntad.

Se había desmayado.

Y el alfa... que hizo el alfa? Nada, termino de hacer lo que hacía salió de ahí y dejó al omega tirado.

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Quería abrir los ojos, sin embargo no podía, los sentía demasiado pesados y el se sentía demasiado débil, cuando recobró la totalidad de sus sentidos se dio cuenta de que estaba a oscuras.

Su mente hizo "click" recordándole lo que pasó hace... hace cuanto tiempo atrás?

Será de día? O de noche?

Notó la posición en la que se encontraba tirado en el piso y cuando trató de levantarse sintió que este mismo se comportaba como un imán, puesto que al querer levantarse su cuerpo cayó de nuevo.

Cuando sus caderas tocaron el piso con la caída un dolor extremadamente horrible se instaló ahí, aguantó la ganas de gritar pero dejó que las lágrimas vuelvan a caer como cascadas.

Respiró hondo y agua tando el dolor trato de incorporarse, cosa que logró después de muchos intentos.

Caminó apoyándose de lo que sus manos lograban tocar hasta llegar a la pared, tanteo con sus manos hasta encontrar el interruptor.