capítulo 17

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El alfa se levantó con pereza al escuchar entre sueños unos ruidos extraños, una vez logró cobrar algo de conciencia dirigió su vista al reloj de la mesita de noche, 4:17AM, Miró el objeto con extrañeza y volvió a escuchar el mismo sonido de antes

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El alfa se levantó con pereza al escuchar entre sueños unos ruidos extraños, una vez logró cobrar algo de conciencia dirigió su vista al reloj de la mesita de noche, 4:17AM, Miró el objeto con extrañeza y volvió a escuchar el mismo sonido de antes.

Arcadas, ya sabia lo que significaba.

Se levantó con prisa y sin darse tiempo de estirarse se dirigió al baño, notando recién la luz prendida de este.

-Cariño, estás bien? Aún siguen las náuseas?

-...-Oikawa dió una última arcada y luego bajó la pequeña palanca, viendo como todo lo que anteriormente estaba en su estómago se iba por el inodoro-Si... ahora son más intensas... y solo estoy en mi tercer mes. No se cuánto más tendré que.. oh no-Se quejó y volvió a vomitar.

A Kuroo solo se le ocurría acercarse a él para darle leves masajes en la espalda.

Oikawa, una vez creyó que las nauseas habían pasado se incorporó bien y se lavó los dientes, para no dejar rastro de un olor y sabor desagradables.

-Anda, respira un poco-Le indicó el pelinegro-Volvamos a la cama si? Para descansar.

-Que hora es?

-Las cinco en unos treinta minutos.

-Oh... perdón por despertarte a esta hora con mi ruido-Se disculpó apenado el omega, a lo que él otro negó.

Ambos volvieron a la cómoda y calentita cama de la habitación que compartían y se acostaron, el omega boca arriba para no sentir incomodidad en la zona de su vientre.

El cual por cierto, estando en su tercer mes de gestación ya estaba comenzando a hacerse más notorio ya que un bultito sobresalía en esa zona.

El omega cerró sus ojos y casi al instante cayó dormido de nuevo, sus energías comenzaban a agotarse el doble de rápido y ya no resistía mucho sin dormir más de una vez al día al menos 10 minutos.

Lo único que agradecía Kuroo es que su pareja no tenía antojos que podían catalogarse como "fuera de lo que es lo común".

Kuroo abrazó por el pecho a Oikawa y enredó sus piernas con las del mismo, susurró un "buenas noches" aún sabiendo no recibiría respuesta y cerró los ojos, cayendo dormido él también.

A la mañana siguiente la rutina se volvía a repetir, Oikawa que se levantaba para hacer las cosas que uno hacía diariamente, Kuroo que lo miraba mal diciendo que descansara y que él haría el desayuno para llevárselo a la cama, el omega que le devolvía la mirada y le decía "no."

Luego de que Oikawa terminaba de cocinar el desayuno, Kuroo se despedía de él con un beso en la frente y un par de caricias en el vientre, después de esto el omega hacía de todo para matar el tiempo, se echaba en el sillón, miraba un poco la televisión, jugaba con su celular o incluso hablaba por videollamada con su amigo beta, en medio de todo esto el omega corría incontables veces al baño para retirar todo lo que las nauseas le permitían. Cuando iba al baño, con el embarazo sucedía de manera más frecuente, era capaz de quedarse horas ahí, y ni hablar de cuando se veía al espejo, más específicamente su vientre, lo acariciaba con tanto amor y al mismo tiempo le hablaba, diciendo cosas como...

A salvo [KuroOi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora