Los cambios de la vida vienen acompañados de fuertes sacudidas, decisiones y la esperanza de muchas cosas por realizar.
Daniel Markel se mudó junto a su familia a aquella ciudad hace un año, era un lugar muy diferente a lo que él acostumbraba pero al menos la época de frío eran parecidas.
Llegar a ese lugar le había resultado un tanto difícil, no tenía amigos más que los dos chicos que había conocido en la universidad, llevaba cuatro semanas en ella y trataba de adaptarse a la misma, cosa que su actitud reservada y misteriosa le impedía un poco.Para ser uno de los nuevos en la ciudad y no contar con muchos conocidos, en las semanas que llevaba en la universidad había visto mucho y aunque continuaba sintiéndose fuera de lugar, y extrañando su pueblo, añorando aquellos días donde todo parecía más fácil, intentaba poner todo de su parte para adaptarse.
Reflexionaba sobre ello mientras se encontraba sentado en las gradas de la cancha de fútbol junto a Max y Tim los amigos que había hecho allí.
Dan disfrutaba del cálido sol que le llenaba el cuerpo, era bueno sentir algo de calor en medio del frío que azotaba aquella ciudad, desvió la mirada y la atención de sus amigos que hablaban vanalidades y observó a lo lejos, no pensaba en nada en particular pero en ese entonces su atención se centró en la chica de melena castaña que surcaba el gran campus y se dirigía al interior de la universidad.No sabía quién era ella, pero había captado su atencion, la veía realizar el mismo recorrido en las últimas semanas, nunca se detuvo a preguntar de quién se trataba quizás nadie se daba cuánta de ella solo él.
Pero en su interior la curiosidad lo llenaba, quería saber de quién se trataba así que sin más se puso de pie y tomó su bolso para salir caminando hacia donde había visto pasar esa melena castaña.- ¿Donde vas? - cuestionó Tim.
- Los veo en clases- respondió sin detenerse.
Sus amigos volvieron a lo suyo, ya se habían acostumbrado a que Dan desapareciera de es forma.
Él siguió el mismo camino que vio tomar a la chica, mantuvo su andar normal sin prisa ni nada, pero en cuanto llegó al interior se encontró con varios pasillos que comunicaba a otros y puertas a su alrededor, no sabía por donde se había ido la chica de melena castaña.
Decidió dar unos pasos más antes de detenerse y mirar hacia los lados buscandola, pero no sabía bien que buscaba después de todo solo se trataba de una chica de melena castaña ¿cuántas melenas castañas podrían existir ahí dentro?.Resopló resignado, se giró sobre sus pies para tomar uno de los pasillos e ir a su clase no le importaba llegar temprano, se puso en marcha acomodando su bolso en su hombro.
Los pasillos de la universidad eran largos, grises y llenos de azulejos que ya se veían opacados por la gran cantidad de alumnos que los surcaban a diario.
Unos pasos más adelante se detuvo al escuchar voces que provenían de una de las salas de clases, se quedó allí estático sin entender.
Se acercó a la puerta y por una de las rendijas de la puerta logro ver parte de la escena.- ¡Amiga no tienes idea de cuánto te he hechado de menos!- podía ver de frente a una chica de cabellos rubios recogido por un moño mal hecho, con mechas que caían por su rostro
- Siempre tan exagerada Sandy- centro la mirada en la persona de espalda a él y ahí vio de espaldas a la chica de melena castaña que tanto buscaba.
-¿¡Exagerada!?- cuestionó la rubia finalizando el abrazo de forma brusca en la que estaban unidas junto a la castaña- ¡Sabes que no soy muy sociable además apenas si tengo dos clases con Mel y el resto estoy sola!- comento triste mientras acomodaba sus lentes.
-Si... Lo sé- respondió la castaña con un tono de voz que dejó clara la tristeza que tenia- Pero siempre puedes pasar por casa y ayudarme con la limpieza- dijo tratando de sonar animada, al tiempo que le daba a la rubia un pequeño empujón.
-Si ya lo sé... Es más hoy por la noche iremos con Mel, Jack y Ross- se veía más animada entonces Dan la observó mejor, la rubia tenía la cara con algunas pecas salpicadas, y sus ojos eran de un color miel oculto por unos grandes lentes.
- Claro, saben que son bienvenidos.... Pero toma ¿podrías entregárselo al Profesor Wilson....? - la castaña saco una carpeta verde de su bolso y se lo entregaba a la rubia mientras continuaba- .... De verdad hice lo posible para llegar antes pero el bus estaba con retraso, además Leo y Ben tuvieron problemas en la escuela y tuve que ir, salí antes para llegar a horario pero no puede, sé que tienes clases con él más tarde por eso por favor, entregaselo y explícale mis razones de verdad lo haría yo pero debo ir por Kim ella quedo con Andy que no tuvo clases hoy, de verdad yo....- fue interrumpida.
-Respira....- pidió la rubia mientras tomaba a la castaña por un hombro y la miraba a los ojos- Yo se lo entregaré y le explicó estoy segura de que él va a comprender después de todo sigues siendo la más puntual de la clase yo aún no se lo he entregado- vio el cuerpo de la castaña relajarse mientras asentía y la rubia sonreía.
-Gracias Sandy eres la mejor-
-Lo sé...-
-Bueno debo irme nos vemos esta noche- la castaña le dió un rápido abrazo a la rubia antes de salir por la puerta de forma precipitada.
Dan no logro apartarse a tiempo por ello en cuanto la castaña abrió la puerta chocó contra su pecho, la observó, realmente era más pequeña que él ya que apenas si le llegaba a la quijada. La oyó mormurar un lo siento antes de continuar de prisa hacia lo que suponía era la salida de la universidad.
Él continuo observado el punto por donde se había perdido aquella melena castaña, pero volvió a mirar hacia la sala por donde había salido y entonces vio como la rubia guardaba la carpeta en su bolso mientras se dirigía a la salida, así que decidió ponerse en marcha hacia su clase antes que la rubia lo viera y sospechara que él estuvo escuchandolas.La situación se le antojaba algo extraña, se cuestionaba quiénes serían cada una de las personas que había escuchado nombrar.
Él llevaba ya varias semanas en la universidad y había conocido a la gran mayoría pero no esos nombres, no recordaba haber visto a la rubia y menos aún a la castaña, pero seguía sintiendo curiosidad.
Se encogió de hombros tratando de quitarle importancia, pero tenia miles de interrogantes sobre lo que había presenciado y escuchado en esa sala. Ambas chicas eran desconocidas para él, sin embargo sólo una de ellas había captado su atención, una atención que iba aumento.

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¡Y Si Decido Creer!
EspiritualMuchas veces la vida nos puede sorprender con mucho dolor y tristeza, sin embargo siempre existe una luz al final del túnel, la cual la podemos encontrar en personas quienes se cruzan en nuestro camino y nos ayudan en los procesos Nunca las cosas es...