Cap.25 | El renacer |

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POV Autora

Khao Sam Roi Yot, Tailandia.

A unos cuántos cientos de kilómetros del hogar de los híbridos, se encuentra Lalisa Monoban junto a toda su familia. En estos momentos no había nada mejor que compartir un momento memorable con las personas que quieres, tú familia.

La calidad de la chimenea hacía el ambiente más acogedor, el olor de la madera predominaba en todo el hogar; era una pequeña cabaña, en medio del bosque y un gran lago a su costado. Solían ir ahí cada verano, vacaciones o en alguna reunión familiar, y como ya era costumbre ahora la anciana contaba una de sus historias.

–Y así fue como conquiste a su abuelo, y a su vez le enseñe una lección a esa...– La mayor se vio interrumpida por su hijo

¡Madre! ¿No crees que ya contaste muchas veces esa historia?

–Para nada, mis nietas adoran escucharlas.– Se negó rotundamente, además, ella se emocionaba cada vez que contaba historias que le recordaban su juventud. Se emocionaba a tal grado que soltaba cuanta grosería le fuera posible, cosa que no le gustaba a su hijo ya que lo consideraba inadecuado para las dos menores.

–Tranquilo papá, me encanta escuchar a la abuela y sus relatos.– Palmeó su espalda con despreocupación.

– ¿Lo ves?– Saco su lengua burlona, y obtuvo como respuesta un bufido frustrado; a veces le molestaba que su madre se comportara de una forma tan... Infantil.

–Hijo, si sigues con esa actitud de amargado te volverás más viejo que nosotros.– Carcajeó divertido su padre

Definitivamente eran tal para cual.

• • •

La hora de dormir ya había llegado y toda la casa se había quedado en completo silencio, si ningún ruido de por medio. Pero por alguna extraña razón la menor de todos no podía conciliar el sueño por más que tratara o diera vueltas alrededor de la cama.

– ¡Ahg...~!– Su frustración ya era evidente. Si se cobijaba con las sabanas le daba calor, y si no, le daba frio ¿Qué podía hacer?

Como una forma de distraerse de la inquietud y desesperación por no poder cerrar los ojos, fue a la cocina, tomo un vaso, y lo relleno de agua. Miraba con desinterés la decoración que se encontraba a sus alrededores, fijando la vista en una rana de peluche arriba de la encimera y la luz verde fosforescente que parecía querer decirle algo; espera ¿Qué?

Volvió su vista alarmada, pero ya no estaba, como si la tierra se lo hubiera tragado. Miro por todos lados, hasta darse cuenta que la puerta principal estaba abierta de par en par, junto toda su valentía y cruzó por la puerta.

Lisa era ese tipo de persona que si le decías "Tírate de un puente" sin duda alguna lo haría, su espíritu aventurero era tan grande que llegaba a lo ridículo. Ella no le temía a lo nuevo o a lo extraño, era todo lo contrario, le causaba curiosidad e interés.

Por lo que la decisión de haber cruzado la puerta y no de alertar a sus padres, no suena tan alocado viniendo de ella. Solo seguía sus instintos a pesar de las consecuencias, a veces salía bien, pero, otras salían mal.

– ¿Hola?– La chica trataba de buscar alguna respuesta, agudizando sus oídos. Fue obvio que no recibiría respuesta a su llamado, así que trato de hacer memoria para volver de donde vino y para su mala suerte lo había olvidado.

Estoy perdida, genial. Pensó la peli naranja.

Se vio interrumpida en sus lamentos por culpa del sonido de unos arbustos, se asomó y de esta salió la misma luz verde que vio hace unos cuantos minutos. La cual salió disparada en dirección recta, y como no tenía de otra, la siguió de cerca para no perderla de vista, hasta que termino metida en una cueva.

✧𝓐𝓷𝓽𝓲-𝓝𝓪𝓽𝓾𝓻𝓪𝓵✧ ||BTS √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora