El último aliento capítulo 3

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Capítulo 3

El culpable soy yo

El primer año de matrimonio Archie y Annie disfrutaron de la dulce miel del amor físico, Annie nunca imaginó que la intimidad con un hombre fuera así, Archie tan fino y elegante se convertía en un amante apasionado cuando se cerraban las puertas de su habitación y ella se dejaba amar por ese hombre que era suyo, sí, suyo, en cuerpo y alma, ¡suyo!

Durante ese año todo fue miel sobre hojuelas, compromisos sociales, de negocios, fiestas de té y nuevas amistades, matrimonios jóvenes como ellos, otros más viejos.

La fiesta por el primer aniversario de matrimonio se llevó a cabo en la casa Cornwell-Brighton. Organizada por la madre de Annie el pequeño festejo familiar fue espléndido, cena, baile y buena plática, todo estaba yendo de maravilla hasta que la indiscreción de Eliza durante la comida desencadenó una serie de acontecimientos que a la larga fueron fatales para el matrimonio de Annie y Archie.

- ¿Y para cuándo llegará el primer niño? - inquirió la pelirroja picoteando su comida- celebran un año de casados y hasta ahora Annie no se ha embarazado, ¿Acaso tú marido no te cumple? - inquirió la pelirroja burlona.

- ¡Eliza! - exclamó escandalizada la tía Elroy.

- ¿Qué? Solo preguntaba- respondió la chica en tono inocente.

-Los niños llegarán en el momento indicado, Annie y yo estamos disfrutando nuestro tiempo solos- respondió Archie tomando la mano de su esposa- mejor tú dinos porque todavía no te casas, ¿Qué? ¿El príncipe azul se te está escapando? ¿O es que al besar a un hombre lo conviertes en sapo y sale huyendo de ti? - cuestionó Archie para incordiar a su metiche prima.

La risa de Candy y Albert al otro lado de la mesa ante lo que Archie dijo llamó la atención de todos y aunque la tía Elroy se enojó todos pudieron notar la leve curvatura de sus labios, ella estaba sosteniendo también una carcajada.

Así como el comentario de Eliza fueron surgiendo otros más que al principio no fueron tomados en cuenta, sin embargo, como mala hierba se sembraban en el corazón de la joven pareja.

Al final de la velada todo terminó mal, la señora Brighton en un momento dado regañó a Annie por su actitud ya que sabía cómo su hija gozaba la intimidad con su esposo más por preocuparse de darle un heredero, Annie se sonrojó al escuchar los reclamos de su madre respecto a eso ¿Cómo se atrevía a llamarle mujerzuela sólo por el hecho de ser feliz en su matrimonio?

A partir de ahí comenzó el martirio de Annie Cornwell, su madre la llamaba de manera ofensiva y la tía abuela que delante de Archie la trataba bien en cuanto esté se daba la vuelta no perdía oportunidad de decirle que tal vez estaba hueca por dentro y por eso no se embarazaba negándole a su querido sobrino la dicha de ser padre.

Más adelante durante sus constantes compromisos sociales Annie miraba a sus amigas y sus pequeños hijos, no había reunión de té al que fuera invitada en la que no le preguntarán para cuando se animarían a tener el suyo ya que tanto Annie como Archie siempre decían que por el momento estaban felices disfrutando su tiempo para ellos.

Por su parte, Archie siempre rodeado de hombres de negocios todos ellos casados desde hacía años con hijos ya mayores y hasta nietos, otros más jóvenes como él, siempre que podían platicaban orgullosos de cómo iban creciendo y de que algún día serían sus sucesores.

Annie comenzaba a sentirse frustrada, ella que había sido una huérfana anhelaba una familia propia, fue feliz con sus padres adoptivos, pero sentía la necesidad de tener algo suyo por lo que, sin darse cuenta esa frustración la estaba volviendo una persona amargada, envidiosa y rencorosa.

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