Louis es un chico fragil de 22 años. Aunque su vida es un poco diferente a la de los demás. Su papá es un hombre de negocios y maneja mucha plata, o eso cree Louis. Este vive viajando de ciudad en ciudad por culpa de su padre; lo tiene todo, un depa...
Siguió caminando lentamente, ninguno de los dos decía nada. El ojiazul estaba en un estado de shock, no sabía si reír o llorar. La puerta estaba abierta y al instante dentro de la habitación puedo divisar una imagen horrible, Daniel, atado de pies y manos en una silla con la boca amordazada.
Louis que venía detrás de Harry lo vio.
Louis: PAPA! - grito con miedo corriendo hacia el - Dios papá estas bien? La puta madre. - con velocidad le desataba las manos mientras que le sacaba la mordaza de la boca. Harry volvió a guardar su arma y ayudó a Daniel con una mirada seria. Este último no parecía lastimado.
Harry: Que pasó? - indagó cuando el hombre se levantó de la silla.
Daniel: Hay cosas que no saben. - repitió como si nunca lo hubiera dicho.
Louis: Me estas jodiendo papá?después de semanas de que no apareces, de que me intento comunicar con vos, APARECES AMORDAZADO EN MI DEPARTAMENTO, ME PODES DECIR QUE MIERDA PASA? - Louis estaba rojo de la furia, sus ojos desprendían chispas de dolor y terror. Parecía que en cualquier momento le iba a pegar una trompada a su propio padre.
Harry se acercó a él y en un intento de tranquilizarlo puso su mano en su hombro acariciándolo.
Daniel: Louis no te quiero poner en peligro. - respondio seco.
Louis suspiró, tomó aire y volvió a hablar.
Louis: No te parece que ya lo estoy? mira lo que es mi casa, mira donde estás, no se lo que está pasando, no sabemos como protegernos porque no entendemos, por favor papá. Necesito que hables. Necesito que me digas que ocurre y así intentar resolverlo. - dijo Louis con firmeza, Harry se impresiono con el tono en el que hablaba, seco y firme.
Daniel lo miraba con los ojos bien abiertos. Como si estuviera pensando cuidadosamente las palabras que estaba por emitir.
Daniel: Aquí no. Vístanse nos vamos. -
Louis: que? A donde? - Louis miró a Harry sin entender, este sabía exactamente a donde iban.
Daniel: Llevanos al Bunker, Harry. -
...
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Mientras Louis escribía esas palabras en su grupo de amigos sin sonar asustado o preocupado intentaba no largarse a llorar, eran muchas emociones, demasiadas pasa asimilar de un momento a otro.
Iba en el auto en el asiento de atrás junto a Harry, este miraba por la ventana como si su vida dependiera de ello, no le dirigía la mirada al menor y mucho menos a Daniel que se encontraba en el asiento de adelante. Manejaba el chófer personal del padre de Louis, y el auto estaba siendo escoltado (disimuladamente) por unos guardias de seguridad.
Apenas Louis terminó de escribir el mensaje llamó a Harry y le dio el celular. Este sin pensarlo dos veces los abrió con sumo cuidado, destruyó el chip y la memoria. Luego de eso lo guardo en su saco. Seguían los dos vestidos de igual manera con la que habían salido horas antes. Solo que con la diferencia de que tenían un par de valijas con ropa en el baúl del auto. Se iban a vivir aquel lugar del cual Louis desconocía totalmente.
El Bunker era un lugar secreto que todos lo que trabajan de seguridad privada tienen para la protección de su cliente. Había un sinfín de ellos. Al que iban era el bunker personal de Harry.
Todavía estaba oscuro pero unos rayos de luz empezaron a desprenderse desde el horizonte dando así la indicación de que el día estaba iniciando. Era hermoso, Louis grabó esa imagen en su mente, Harry mirando por la ventana totalmente serio con el amanecer de fondo. Louis no pudo evitar sonreír, era una sonrisa caída, dolida, pero al fin y al cabo ahí estaba.
El auto se frenó de repente.
Daniel: Hasta acá llego yo. Ellos saben encontrarme. Sigan ustedes solos. - dijo girando su cabeza a la parte trasera del auto.
Louis: No sin antes explicarnos que pasa.- Le respondió Louis seco, este ya no tenía miedo.
Daniel abrió su abrigo y de un bolsillo interno sacó una carta y se la dio.
Daniel: Ahí está todo lo que tienen que saber. -
Harry: Espero que no nos prive de ninguna información por el bien de su hijo. - hablo Harry por primera vez en todo el trayecto. Totalmente frío. Había hablado de Louis como si este no se encontrase ahí. Este lo miró intentando encontrar su mirada. Pero Harry tenía los ojos puestos en la carta. Louis no entendía que le pasaba, ni porque lo ignoraba. Le dolía.
Daniel se bajó del auto seguido de su chófer. Se subió a otro y desapareció entre la neblina de la mañana sin decir más. Se habían quedado solos nuevamente. Harry se bajó del auto dispuesto a manejar. Louis se sentó en el asiento de adelante.
El rizado arrancó el auto y siguieron su camino. Cada tanto le daba una ojeada a Louis. Este miraba la carta con detenimiento y cuidado, como si lo que estuviera adentro fuera uno de los secretos más grandes, una revelación terrorífica que estaba por leer.
Harry: La vas a leer? - dijo sin dejar de mirar el camino. Louis en cambio giró hacia él y luego miró la carta.
Louis: Tengo miedo de lo que pueda tener dentro. - dijo cabizbajo, aceptando el temor.
Harry como si de la nada fuera otra persona levantó su mano del volante y la apoyó en la mano izquierda de Louis, agarrando la fuertemente. Jamás dejo de mirar el camino, no sabía si era por miedo de encontrarse con la hermosa mirada de Louis. Este último se estremeció ante el contacto del rizado. Pero eso no le impidió agarrar la mano de este con más fuerza. Sentía un mar de cosas. Y no sabía como controlarlas.
Y en ese silencio que no era para nada incómodo, sino cálido, decidió abrir la carta y comenzar a leerla.
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