Louis es un chico fragil de 22 años. Aunque su vida es un poco diferente a la de los demás. Su papá es un hombre de negocios y maneja mucha plata, o eso cree Louis. Este vive viajando de ciudad en ciudad por culpa de su padre; lo tiene todo, un depa...
Louis salió de bañarse y se colocó la toalla al rededor de la cintura con suma delicadeza. Se miró al espejo empañado, su cuerpo si que había cambiado en este par de semanas.
Habían entrenado todo el día. Estaba cansado y un poco agobiado, pero no quería parar. El peligro podía estar en cualquier lado, y ahora más que nunca, el plan que tenian dentro de poco se estaría por llevar a cabo.
Después de lo que había pasado con Harry hacia un par de horas todavía no lo había visto. Después del beso Louis se fue directo para su habitación y Harry para la cocina. No sentía vergüenza, pero la situación era rara, se había chapado a su guardaespaldas, y este le correspondió el beso. Era una locura.
Louis abrió la canilla y se tiró agua fría en la cara ahogando un suspiro.
Luego de cambiarse bajo las escaleras lentamente vistiendo un buzo amarillo y una pantalon blanco. Harry no estaba en el living. Fue hasta la cocina pero tampoco lo encontró allí. Abrio los estantes en busca de sus cereales... ¿dónde mierda estaban? El ojiazul agarro un banco de la cocina y se paró encima de el para buscar en las alacenas más altas.
Harry entró a la cocina sigilosamente cargando una notebook en sus manos, la apoyó en la mesada y se quedó viendo como el menor revolvía los comestibles buscando algo. Quería verlo así toda la vida. Estaba hermoso, tenía el cabello despeinado y su buzo le quedaba grande.
Harry: ¿Que buscas? - soltó de repente con un tono juguetón.
Esto hizo que Louis se asustara y pegara un pequeño saltito haciendo que el banco donde estaba parado perdiera estabilidad y se empezara a tambalear. En un intento de no caer el menor se agarró de la parte superior de la gigante heladera.
Harry se empezó a reír a carcajadas.
Harry: Perdónn - decía entre risas- no quería asustarte. -
Louis se empezó a reír bajándose de donde estaba con la caja de cereales en la mano.
Lou: No hay problema... y... que estabas haciendo? - se podía sentir la tension en el aire ninguno de los dos sabía que carajo hacer después de lo que había pasado. Solo se miraban.
Harry: Emmm que cosa? - dijo Harry sin entender.
Lou: Con la compu hazza. - finalizo Louis con una pequeña sonrisa. Esta hizo que los ojos de Harry brillarán.
Harry: estaba preparando todo para el plan... ya se acerca el día. -
El menor suspiro. Los días se estaban pasando rápido.
Desde que se fueron a vivir a ese lugar Harry había estado recaudando información acerca de la mafia que los estaban buscando. Eran mercenarios a sangre fría. No le importaba quien tenían en frente, eran avaros y codiciosos. No iban a parar hasta encontrar la piedra. Pero Harry y Louis tenían un plan. Lo tenían que llevar a cabo a la perfección. Tenian que actuar lo más rápido posible, no podían perder más tiempo, tenían que encontrar primero a esa gente, antes de que los encuentren a ellos primero. Era su única posibilidad. Tenian que hablar con el jefe, demostrar su inocencia, un intercambio aunque sea de dinero para que dejaran de buscarlos. Algo tenían que arreglar. Harry ya había tratado con gente así antes. Tenian miedo, si y mucho. Pero tener miedo hace que pierdas la batalla y eso no iba a ocurrir.
Harry se acercó a Louis lentamente cuando notó que la cara del menor cambió por completo a una triste y oscura, odiaba verlo de esa manera, se había encariñado tanto con él. No entendia como era posible, lo único en lo que pensaba todo el dia era en cuidarlo y protegerlo de todo mal. En qué nunca se le borrará la hermosa sonrisa que tenía.
Harry: Ey tranquilo... - abrazo a Louis con todas sus fuerzas, este último ahogo un sollozo. - va a estar todo bien... vamos a estar bien te lo prometo. - le dijo al oído sin despegarse el uno del otro, Louis dio un gran suspiro.
Lou: Y si algo malo pasa Hazza? Yo no sé, se que ahora se pelear pero... y si... no quieren negociar? Que vamos a hacer? Tengo miedo por mis hermanas Harry ellas no saben nada de esto.. y mi padre... no se nada de él hace días. Yo... tengo miedo. - el ojiazul estaba a punto de romper en llanto. Toda su vida estaba en juego.
Harry con suma delicadeza puso sus manos en las mejillas de Louis, acariciandolo suavemente como si se pudiera romper. Los ojitos del menor estaban húmedos e irritados. Harry lo miraba con suma preocupación intentando encontrar su mirada.
Louis lo miró. Sus ojos se encontraron, sus miradas intensas puestas en ambos. No querían separarse.
Harry: Lou... - dijo casi en un susurro - Louis te quiero. -
Harry no pudo contener la necesidad de besarlo y así lo hizo. Sus manos seguían sosteniendo la cara de Louis, este último agarró de la cintura al mayor correspondiendo el beso. Estaban en su mundo. No querían salir de ahí. Ellos eran felices estando uno al lado del otro.
Lou: Yo también te quiero Hazza... por favor... nunca te vayas. - soltó Louis con la respiracion entrecortada por la falta de aire.
Harry levantó a Louis, este entrelazo sus piernas en la cadera del rizado. Se reían, disfrutaban del contacto entre ellos. Sentian de todo cuando estaban juntos. El mayor cargo a Louis hasta el sillón y lo dejo sutilmente sobre el sentándose al lado. El hogar estaba prendido, creando un ambiente cálido y acogedor. Louis, en ese mismo instante, era la persona más feliz del planeta, en ese lugar, besando a Harry. No podía creer lo que estaba pasando. Los ojos verdes que tenia en frente lo tenían atrapado desde el primer día.
Louis se subio encima del mayor profundizando el beso. Lo necesitaba. No quería que se vaya, por primera vez en su vida sentía con todo su corazón un amor inmenso como nunca antes había sentido. El vacío en su pecho se llenaba cada vez que estaba con el rizado.
Harry lo hacía sentir como en casa. Estar ahí con él, si, ese era su hogar.
Esa noche quedaría grabada en sus memorias, el fuego y el calor inpregnando cada lugar de sus mentes.
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