Louis es un chico fragil de 22 años. Aunque su vida es un poco diferente a la de los demás. Su papá es un hombre de negocios y maneja mucha plata, o eso cree Louis. Este vive viajando de ciudad en ciudad por culpa de su padre; lo tiene todo, un depa...
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No podía creerlo.
Lou: No puede ser - Louis estaba en completo shock, estaba viendo parado frente a él a Simón Cowell, el mejor amigo de su padre, era como su tío, parte de su familia. - sos una mierda, nunca confié en vos basura. - Louis estaba tan enojado que salían chispas por sus ojos azules, con ese hombre había compartido cenas, era de la familia.
¿Toda su vida había sido mentira? Todas las personas que lo rodeaban eran falsas, quería largarse a llorar ahí mismo, pero recordó a Harry y el plan. Tenia que seguir el plan.
Harry y Louis habían planeado todo.
Hicieron una llamada para que la mafia los localizara y así entrar en sus instalaciones. Iban a crear un falso "escape" corriendo por el bosque así parecía más real. Corrían muchos riegos haciendo eso, pero tenían que hablar con el jefe y demostrar su inocencia, ellos no tenían la piedra. Pero todo se fue a la mierda porque no estaban en LA MAFIA.
Era el turno de Louis y estaba listo para actuar.
El hombre caminó directo hacia el menor y lo agarró del mentón haciendo que lo mire a los ojos, Louis totalmente indefenso en aquella silla se le ocurrió solamente escupir la cara de su "Tio". Este se apartó un poco y se limpió el rostro. Su furia se notaba a leguas de distancia.
Simon: Sos un pendejo malcriado. Tu padre es un estupido, cabo su propia tumba. - las palabras que salían de la boca de aquel hombre hacia que a Louis le den ganas de vomitar, Harry queria correr a romperle la cara a piñas cuando ese hombre tocaba la cara de Louis, pero no podía hacer nada... bajo su cabeza mirando el suelo.
Louis: Pobre de la tía la mierda que seguro tiene que aguantar - dijo Louis con odio.
Simon agarró y se acercó violentamente a Louis a punto de darle una trompada pero se contuvo.
Este hombre vestía con un traje negro súper elegante, el poco cabello que le quedaba estaba perfectamente peinado para atrás. Su mirada era perdida.
Simon: No te mato acá mismo porque tenes algo que quiero. -
Louis: ¿Que mierda querés? -
Simon: Sabes perfectamente lo que quiero, no seas estupido Louis. Acordate que en esa otra silla tengo atado a tu noviecito - señaló a la silla donde estaba Harry, a Louis le dio un vuelco en el corazo. No iba a permitir que le hagan daño.
Louis: El diamante rojo. - soltó.
Los ojos de aquel hombre se abrieron de par en par.
Simon: más vale que me lo des si quieren salir los dos con vida. - finalizo.
Louis respiró profundamente, obviamente que no lo tenía.
Louis: Te acordas aquella tarde en la casa de mi padre? Yo solo era unos años más joven y hasta hoy no habia podido entender la situación. Seguramente te acordas. Ese día en el que estaban con mi padre en su oficina y vos no parabas de gritarle. Me acuerdo a la perfección cuando le dijiste "El diamante rojo Daniel, necesito el diamante rojo." -
Simon: Que importa eso pendejo? -
Louis: Importa y mucho. Ese mismo día te encontré en el despacho de mi padre, habías revuelto todas sus cosas. Sos tan inepto. Pensaste que ibas a encontrar algo. -
Simon: DEJA DE JODER CONMIGO LOUIS. - le respondió levantando demasiado la voz. Harry seguía en la misma posición hacia ya un par de minutos, Louis se estaba empezando a asustar, ya se estaba quedando sin ideas.
Louis: Vos fuiste uno de los que jodiste a toda mi familia. Te haces el machito y se perfectamente que trabajas para LA MAFIA, me das asco.-
Simon: Repetilo si te dan los huevos - los puños de Douglas se cerraron, apretaba fuertemente el arma en su mano, tenia tensa la mandíbula. La situación no daba para más.
Louis: Te lo voy a decir una vez más y espero que tus cortas neuronas lo entiendan. - Louis estaba a punto de seguir hablando, pero antes de hacerlo vio la mirada intensa de Harry por detrás de su "tio", era la señal.
Simon: Que pasó? Te quedate mudo? Si esas son tus últimas palabras pobre de vos. -
Louis: Uno.... - Louis empezó a contar en voz alta. El hombre se quedo expectante mirándolo. No había forma de que hiciera algo. - dos... -
Simón: DAME EL MALDITO DIAMANTE HIJO DE PUTA - Cowell levanto su arma y lo apunto a Louis en la cabeza. Pero este llego a terminar de contar.
Louis: 3 YAAAAA! - grito.
Harry se levanto como una bestia de la silla. Se había sacado las esposas con una táctica en el dedo pulgar. De solo movimiento derribó a Cowell haciéndolo caer al piso. Lo atacó de una manera hábil y increíble dejándolo inconsciente. Louis estaba fascinado. Le había crecido el cabello a Harry durante estas semanas y se veía jodidamente hermoso.
Harry agarró el arma de Simón levantándose del suelo, tenía todo el pelo en la cara y las manos hinchadas.
Harry: Hijo de puta, te mataría. - su mirada se fue de Cowell encontrándose con la de Louis - Lou vámonos rápido, toma. - le dijo dándole el arma, la desesperación apareció en su rostro, era un arma de verdad, no una de pintura. - Lou reacciona nos van a matar tenemos que irnos. - Louis seguía estático, incapaz de moverse. Harry en un solo segundo se acercó demasiado a Louis y lo besó. Un beso rápido pero súper tierno. Louis parecía descolocado.
Harry: Ey lindo, vamos? -
Louis: Tengo miedo - admitio
Harry: yo también y mucho, va a salir todo bien, yo te lo prometo. Vamos dale.. -
Louis cargó el arma decidido, tenía que llevar a cabo todo lo que habían practicado si querían salir de ese lugar. Suponían que había gente armada afuera.
Harry: Vamos en silencio, no tenemos que llamar la atención, apenas veamos a alguien derribemoslo en absoluto silencio, y nos ponemos sus ropas para pasar desapercibidos, okey? -
Louis: Pero que hay del plan? -
Harry: El jefe no está acá, este es solo un cuartel cualquiera controlado por tu tío. Tenemos que hacer volar este lugar, les daremos un mensaje de que no tenemos miedo, somos mucho más inteligentes que esta gente - Louis asintió mirando a los ojos de Harry. Había tres mafias. La más grande, que era la que estaban buscando, esta y una más.
Empezaron a caminar en por el angosto pasillo, se escuchaban dos hombres riendo a un lado del corredor. Estaban dados vuelta. La oportunidad perfecta.
Harry y Louis en perfecta sincronía agarraron a esos sujetos y de un solo movimiento los dejaron en el piso desmayados.
