Mis ojos viajaron de un extremo a otro, desde Pip hasta la chica, intentando ver en ambos qué demonios querían decirse con la mirada.
Ambos se veían nerviosos, pero Pip parecía apunto de un colapso.
- Tanto tiempo sin verte -dijo la chica con una voz que me molestó de inmediato.
¿Sería sarcasmo lo que usó recién?
No sé si eso era lo que quería transmitir, pero pude notar rápidamente como el inglés se metía ambas manos en los bolsillos de su abrigo y bajaba la mirada.
Parecía querer ocultarse de todos.
- No seas tímido -volvió a hablar ella- después de todo lo que vivimos juntos, vernos otra vez no es la gran cosa.
Escuché a Pip a mi lado murmurar un "uhm" en lo que la chica se acercaba a nosotros.
- Creí que Pocket te había dicho que volvieras a trabajar aquí, yo misma iba a ser tu compañera.
- E-Es que estoy trabajando en la cafetería.
- Con el idiota de Tweek, ya sé -interrumpió- No seas imbécil, Pip, aquí estabas mejor.
- B-bueno es qu-...
- Realmente sigues siendo el mismo chiquillo inepto de siempre. Ya deja de tartamudear, era exactamente igual cuando me follabas.
Me quedé de piedra escuchando todo eso, ni siquiera era capaz de moverme en mi lugar, estaba absorto en las palabras de la chica.
No sé qué quería lograr hablándole así a Pip, que por cierto no dejaba de mirar el piso, cohibido y más ausente que nunca.
- Ah, disculpa ¿te estoy avergonzando con tu novio?
- Yo no soy su novio -dije sin pensar.
- Hablabas, pensé que te habían comido la lengua los ratones -ella rió- ¿Aún no te hartas de Pip?
- Ya basta, Estella -habló el chico a mi lado- Damien es mi amigo.
- Claro, lo siento Pip. Debe ser difícil para ti aceptar que nadie más que yo pueda estar contigo.
- Nosotros ya no estamos juntos, Estella.
- Claro, si eras casi como una chica. Nunca supiste ponerte los pantalones en la relación.
Si les soy sincero, de no ser porque es una chica y porque jamás me atrevería a golpear a una chica, ya le habría roto toda la mandíbula.
¿En serio Pip estaba enamorado de esta arpía? Si lo único que había hecho en todo este rato era insultarlo.
¿Qué era eso de que Estella tenía un buen corazón? Aquello era más que imposible.
- ¿Entonces volverás? Dijiste que te ibas porque habíamos terminado y te dolía verme, pero si ya me olvidaste entonces vuelve a trabajar aquí.
- No... Yo...
- ¿Qué? ¿Aún te duele?
Suficiente.
Ya no quería seguir escuchando esto.
- Ya basta -dije calmado. Si, más tranquilo de lo que jamás podría haber estado en esta situación- Vamos, Pip. No tienes nada que hablar con esta perra.
- No le digas así... -susurró él.
Entonces escuché a la tal Estella reír.
- Incluso ahora me defiendes, vaya que estás enamorado Pip.
Tomé el brazo del rubio con fuerza, obligándolo a salir de la biblioteca. No le di tiempo de despedirse ni tampoco de pensar en lo que estaba pasando.
Estaba irritado, por el diablo que estaba irritado.
No entendía como alguien como este chico que se deja llevar sin decir nada podía haber estado con alguien como ella.
Y por sobretodo... Cómo mierda podía seguir enamorado después de todo eso.
Porque si, era obvio que él seguía teniendo sentimientos por esa chica a pesar del daño que le hacía.
En un abrir y cerrar de ojos ya estábamos en la puerta de mi departamento.
- Explícame cómo -dije empujándolo hacia la pared una vez que estuvimos dentro y cerré la puerta tras de mi.
- D-Damien Y-yo...
- Porque no entiendo, ¿sabes? -golpeé con fuerza la pared en dónde estaba el chico, a escasos centímetros de su rostro.
Él dió un salto y comenzó a respirar más rápido.
Podía sentir su nerviosismo, estábamos tan cerca que casi también escuchaba el latir acelerado de su corazón.
- Est-Estás demasiado cerca...
- ¿Y qué? -puse ambas manos cerca de su cara, acorralándolo- ¿Me vas a alejar?
- No es correcto...
- ¿Y estar enamorado de alguien que te trata así sí lo es? ¿Eso sí te parece correcto?
No sé por qué estaba tan furioso, sé que debería calmarme, ni siquiera yo debería estar enojado por lo que sucedió. Debería ser compasivo, conversar con Pip y dejar que llore en mi hombro.
Eso haría un amigo de verdad.
Pero en cambio lo tenía acorralado, diciéndole cosas como si estuviera asqueado de él.
- Damien... Por favor.
- No, Damien nada -respondí- Te haré borrar los recuerdos con ella.
- ¿E-Eh? -susurró el rubio en un sonido apenas audible.
No me molesté en ver sus ojos llorosos, tampoco en cómo de pronto parecía presa del pánico, tampoco en cómo intentó alejarme con sus manos.
Solo sé que de pronto me encontraba atacando sus labios como lobo hambriento.
Lo estaba besando como si la vida dependiera de ello, sin darle tiempo de seguirme el ritmo o de respirar.
Lo haría olvidar todo.
Aunque fuera a la fuerza.
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El día que lo conocí
Любовные романыConocerlo había sido un vuelco a mi vida. De pronto todo se matizaba con la presencia de un inglés marica que parecía sacado de un cuento para niños. Y yo, Damien Thorn, no pude hacer nada para que este sentimiento desapareciera.