El día que fui a comprar el anillo creo que podría catalogarlo como uno de los más vergonzosos en mi vida, pues parecía que todo el mundo se reía de mí aunque realmente no fuera así.
Había pensado en algo sencillo, es decir, ese tipo de anillos que incluso parecen de parejas convencionales –anillo de promesa creo que se llaman– y no las de compromiso.
Pero no había sido lo suficientemente instruido en estos temas como para saberlo todo. Y nadie me dijo que me harían sentir tan avergonzado en estos lugares.
Pensé por un momento que quizá debí haber ido solo, pero no, se me había ocurrido la brillante idea de ir acompañado por el imbécil fanático de la Nasa.
- Caballeros, ¿vienen por sus sortijas de compromiso? –dijo una mujer con una sonrisa de oreja a oreja mientras nosotros nos preguntábamos si entrar ahí o no.
Era un sector que estaba rodeado de casas de joyería y esas cosas.
- ¡Tenemos descuentos de parejas!
Craig se veía impasible, a veces reía de la situación y otras solo les enseñaba el dedo a los vendedores desagradables que no nos dejaban caminar con libertad.
Todo el mundo parecía ofrecerte el local entero.
Yo sólo quería comprar algo que fuera significativo para Pip y para mí, el resto de mierdas que ofrecían me tenían sin cuidado.
Lo peor es que cuando al fin nos decidimos a entrar a una tienda que se veía decente, ningún anillo se veía sencillo. Todos eran con piedras preciosas más costosas que mi departamento mismo.
Eso o eran demasiado femeninos.
Con esto me refería a que eran más o menos la descripción que entendemos como femenino, no quería decir que obligatoriamente fuera para mujeres o algo así.
- ¿No tendrá algo más normal? –dije viendo la vitrina.
- Su novia merece una joya grande, ¿por qué no considera las que tienen incrustaciones de diamante?
Quería golpearlo.
- Es para mi novio.
Respondí eso de manera seca, cortante, esperando que me dijera que lo sentía o alguna mierda parecida, pero en cambio solo pude ver una mueca de disgusto en la cara del vendedor.
- Entró al lugar equivocado entonces.
- ¿Por qué dice eso? –interrumpió Craig.
- Nosotros no atendemos a los de su clase.
Oh, vaya, no sabía que había distinción de clases en el mundo.
Antes de responder, Craig me miró y me hizo una seña con la cabeza, seguida de un "vámonos".
Chisté, conteniendo la rabia y las posibles groserías que pude haberle dicho al sujeto. De haber sido posible le habría aventado un golpe, pero no era tan salvaje como para andar ofreciendo puñetazos.
Además, se supone que venía haciendo una buena acción, no quería ensuciar el día con algo tan mínimo como la mentalidad arcaica de un imbécil.
- Damien, tienes que decidirte pronto –dijo Craig con una voz aburrida – Tweek sale en un rato de la cafetería y tengo que ir a buscarlo.
- Nadie te dijo que vinieras.
- De hecho, sí me lo pediste.
Ah, maldita sea. Sí, se lo había pedido.
Pensé que serviría de ayuda al momento de decidir algo, además sólo alguien como él podría frenarme de comprar un anillo ostentoso.
Entramos a otra tienda, en donde fuimos recibidos con nada más que elogios. Todo lo contrario a la tienda anterior.
![](https://img.wattpad.com/cover/208902270-288-k597364.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El día que lo conocí
RomansConocerlo había sido un vuelco a mi vida. De pronto todo se matizaba con la presencia de un inglés marica que parecía sacado de un cuento para niños. Y yo, Damien Thorn, no pude hacer nada para que este sentimiento desapareciera.