De vuelta a nuestro inicio
Sobre el mar, una chica de cabellos rubios como el sol, surfeaba las magníficas olas en una de las playas de Hawai. La gente admiraba como manejaba con gran facilidad la tabla bajo sus pies dirigiendo con gran agilidad sobre las aguas cristalinas.
Todo era un espectáculo para aquellas personas que sabían o no sobre surf; pero, aún así, analizaban fascinados como surfeaba con un estilo y una técnica tan espectacular que parecía hasta fácil hacer lo que hacía.—Dios, que aburrido es todo esto. –Dijo un muchacho mientras observaba con una expresión de irritación, aquel festival de surf que celebraban en aquella zona tan soleado. –No entiendo su entusiasmo por un estúpido deporte. –Exclamó abruptamente a la vez que removía la bebida en sus manos.
Seguidamente se fue en dirección a una de las casetas donde vendían bebidas y compró una similar a la suya. De fondo sonaban gritos de alegría y silbidos de victoria.
Aquella chica había ganado (como siempre) un puesto en el podio de los ganadores.—¿Tercera? –Preguntó el chico minutos después, a lo que parecía ser la nada.
—No. –Respondió una voz con franqueza, al mismo tiempo que cogía la bebida sobrante. –Segunda.
Instantes después, los dos se pusieron a conversar sobre el premio: que harían con él, si irían a la fiesta que celebraban al quedar entre los tres primeros...
Todo aquel que viera aquel momento, podría decir que eran muy cercanos o incluso pareja. Pero eso estaría lejos de la realidad.Aqua Miyamoto, una chica muy atlética y deportiva; es una de las mejores surfistas juveniles a nivel mundial.
Se sabe que ella es un prodigio en el agua y en cualquier deporte acuático. Siendo así, que a muy temprana edad, obtuvo la suficiente ayuda económica para poder viajar por todo el mundo y participar en competiciones sin afectar a sus estudios.Ignis Miyamoto, un chico también atlético y deportivo, muy bueno en cualquier deporte relacionado con el agua o la velocidad.
Se dice que Aqua lo dió a conocer al mundo en uno de sus viaje al extranjero, y que por su gran facilidad por los ámbitos deportivos relacionados al agua (al igual que su hermana), también recibió una ayuda económica (un tanto menor que Aqua) para sus estudios.Dos hermanos que se llevan casi dos años de diferencia, pero que se entienden mejor que nadie.
Aqua, la hermana mayor, de hebras doradas y ojos azul cielo; con una actitud prepotente hacia los demás. E Ignis, el hermano menor, de cabello rubio platinado y ojos rubí claro; con una actitud de superioridad al igual que su hermana.
Los dos con una personalidad tan parecida, que a ojos de los demás, son una pareja tal para cual.—Últimamente he sentido una presencia maligna que se extiende poco a poco por las profundidades del mar. –Dijo Ignis mirando seriamente a su hermana. –No la he podido descifrar del todo, pero estoy seguro de que son ellos.
—El sello se está rompiendo antes de lo previsto. –Susurró Aqua en un tono preocupado. –Creo que tendré que volver antes de lo previsto.
—Dirás: "tendremos". –Exclamó indignado por aquella exclusión.
—No. Tú no irás a Japón. –Respondió a su hermano por aquel berrinche de niño pequeño que estaba haciendo. –Tú tienes que seguir buscando aquí y– –Fue interrumpida por la voz del muchacho.
—Yo no distingo bien las presencias de los seres marinos y lo sabes. Aún tengo que mejorar el poder diferenciar de que raza son y– –Ahora fue interrumpido por la voz de la chica.
—Tú tranquilo, eres mi hermano y confío plenamente en que puedes buscar por esta zona sin problemas. –Dijo Aqua sujetando los hombros del contrario, mientras intentaba mejorar el ánimo decaído de Ignis.
La muchacha posó una de sus manos en su pecho. –Tú y yo siempre estaremos juntos aquí, en el corazón. –Sonrió abiertamente en dirección a su hermano.
El contrario sonrió por lo bajo por aquella expresión de su querida hermana mayor. –Por cierto. ¿No que Kaito vivía allí? -Dijo de repente con un tono divertido dejando de lado aquel momento sentimental.
—¡¿Y eso a que viene?! –Exclamó mientras sus mejillas se tornaban de un color rojizo y se empezaba a alterar un poco.
—Porque que yo sepa, nuestra misión no es entablar contacto con otras especies marinas... –Explicó mientras terminaba su bebida y dirigía su mirada hacia el horizonte.
—Que sepas que acabas de arruinar un momento muy especial. –Dijo al mismo tiempo que lo miraba de reojo con una mirada penetrante.
—¿Enserio? –Respondió con simplicidad mirando curiosamente a su hermana por aquel acto donde demostraba "odio".
—Tú y tu nula percepción de las emociones... –Susurró de manera despectiva hacia la falta de tacto en aquéllos momentos afectivos.
Y como si no hubiera ocurrido nada de eso, los hermanos comenzaron a pelear sobre aquella falta de detección de las emociones humanas por parte del pequeño Ignis.
Una de sus tantas batallas por tener razón, y una de sus disputas más ocurrentes entre ellos dos.Era tan normal aquella situación, que a pesar de que no lo aparentaran, en esos momentos se expresaban todo el amor que una familia podía dar. Era tan natural, que las miradas furtivas de los demás sobre ellos, ya se les hacía una cosa común.
En aquellas ocasiones en las que se sentían protegidos y se olvidaban de su deber como sirenas antiguas, y disfrutaban como si fueran adolescentes normales y corrientes. Aquellas ocasiones en las que su rol como buscadores de las perlas blanca y negra eran opacadas por otras situaciones menos relevantes y más superficiales, dejando de lado los problemas.
Pero ambos sabían que aquella felicidad que provocaba ese deseo de molestar al otro, esa calidez y ese amor de hermanos, no duraría mucho. Pues el enemigo ya comenzaba a dar sus primeros pasos y eso solo significaba una cosa.
Una terrible señal de aquello que estaba por venir y que no podían evadir ni tampoco evitar.Y aunque no quisieran pensar en ello, sabían perfectamente lo que aquello realmente significaba y los problemas que conllevaba.
La próxima guerra estaba apunto de comenzar y el tiempo iba a contra reloj.
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La leyenda de la Atlántida
FanfictionEn el mundo hay muchos secretos que sus habitantes desconocen. Cosas que sin saber, los ponen en peligro... Lugares que el tiempo hizo olvidar y el espacio ocultó para no ser descubiertos. Eso mismo paso en el mundo submarino, pues tiempo atrás, el...