Capítulo 11

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Fui a la cocina y observé a mi mamá mientras limpiaba sus  gabinetes.

—¿De qué estaban hablando tú y Valentina? 

—De cosas.

Quería preguntarle acerca de mi hermano. Pero sabía que no lo iba a hacer.

—Estaba diciéndome sobre su mamá y su papá, de cómo se conocieron en la escuela en Berkeley. De cómo nació ahí. Dice que recuerda a sus padres leyendo y estudiando todo el tiempo.

Mi mamá sonrió.

—Igual que tú y yo.

—Yo no lo recuerdo.

—Yo estaba terminando mi licenciatura cuando tu padre estaba en la guerra. Me ayudó a sacar mi mente de otras cosas. Estaba preocupada todo el tiempo. Mi mamá y mis tías me ayudaron a cuidar de tus hermanas y tu hermano mientras iba a la escuela y estudiaba. Y cuando tu padre volvió, te tuvimos a ti. —Ella me sonrió e hizo eso de peinar-mi-cabello-con-sus dedos. —Tu padre se puso a trabajar en la oficina postal y yo seguí yendo a la escuela. Te tuve a ti y a la escuela. Y tu padre estaba a salvo.

—¿Fue difícil?

—Yo era feliz. Y tú eras tan buena bebe. Pensé que había muerto e ido al cielo. Compramos esta casa. Tuve que trabajar, pero era nuestra. Estaba haciendo lo que siempre había querido hacer.

—¿Siempre quisiste ser maestra?

—Siempre. Cuando era pequeña no teníamos cosa alguna, pero mi mamá entendía lo mucho que significaba la escuela para mí. Ella lloró cuando le dije que iba a casarme con tu padre.

—¿Ella no lo quería?

—No, no era eso. Ella solo quería que yo siguiera en la escuela. Le prometí que lo haría. Me tomó un tiempo, pero mantuve mi promesa.

Esa fue la primera vez que yo había visto a mi madre como una persona. Una persona que era mucho más que solo mi madre. Era raro pensar en ella de otra manera. Quería preguntarle acerca de mi padre, pero no sabía cómo.

—¿Él fue diferente? ¿Cuándo regresó de la guerra?

—Sí.

—¿Qué cambió?

—Hay una herida en algún lugar dentro de él, Juli.

—¿Pero qué es? La herida, ¿qué es?

—No lo sé.

—¿Cómo puedes no saberlo, mamá?

—Porque es de él. Es solo de él, Juli.

Comprendí que ella había apenas aceptado la herida privada de mi padre.

—¿Alguna vez sanará?

—No lo creo.

—¿Mamá? ¿Puedo preguntarte algo?

—Puedes preguntarme lo que quieras.

—¿Es difícil amarlo?

—No. —Ella lo dijo sin dudarlo.

—¿Lo entiendes?

—No siempre. Pero Juli, no siempre tengo que entender a la gente que amo.

—Bueno, tal vez yo sí.

—Es difícil para ti, ¿no es así?

—No lo conozco, mamá.

—Sé que te vas a enfadar conmigo cuando diga esto, Juli, pero voy a decirlo de cualquier manera. Yo pienso que algún día tú vas a entenderlo.

Val, Juls Y los Secretos del Universo | Juliantina |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora