¿Hacemos un cambio? |Sin editar.

Capitulo seis: "Y la ganadora fue..."

—¿Estas lista? —Max estaba en el marco de la puerta, impaciente.

—No Max, no tengo nada que ponerme —Seguía con la misma toalla, cubriéndome el cuerpo, con tan solo puesto mi ropa interior.

Se acercó a mí, ayudándome a buscar en el pequeño armario que tenía.

—Tienes tanta ropa, solo toma algo de ahí y póntelo. Deja de dar excusas, Sam —se sentó en el borde de la cama, esperando.

Eran ya más de las nueve de la mañana, teníamos una función en el cine a las diez y media, pero Max comenzaba a estresarse.

—Todo lo que tengo es viejo. —Me aferré a la toalla, con más fuerza—Ya nada me queda.

Max pareció darse cuenta, ya que arrugo la frente. Se puso de pie acercándose de nuevo al armario y viendo dentro nuevamente.

—Bueno, concuerdo en esto. Te quedarían estas blusas como ombligueras. —Volteo a verme preocupado— ¿Por qué no dijiste nada? Tienes derecho a adquirir nueva ropa, joder.

—Yo, no quería molestar. —Saque un vestido liso corto, color rosa pastel—Me pondré esto y ya. No hay problema.

—Aun así —su mirada estaba puesta en mí, enojado—. Eres mi hermana, y bueno, esta ropa ya está horrible. Saliendo del cine, iremos a comprarte algo de ropa nueva. ¿Sí? Luego le pediremos dinero a mamá, y terminaremos de comprar lo que falte.

Negué con la cabeza, no quería que gastara dinero en mí.

—Nada de eso, vamos, ahora cámbiate —salió del cuarto, cerrando de golpe.

Resoplé y me cambie lo más rápido posible. A veces, me ponía a pensar que sería de la vida de mi hermano sin una carga como yo. Siempre resolviendo mis problemas, ayudándome a enfrontarlos, siendo un obstáculo en su relación. Eso no era el papel de hermano, si no, un estorbo.

Me cepille el cabello y bajé, viéndolo en la cocina tomando algo de jugo. Me lanzó una mirada con sus ojos oscuros, dejando el empaque en la mesa.

—Vaya, te ves linda. —Sonrió, acomodándose la camisa que llevaba— Pero te verás mejor con la ropa que te compraré hoy.

—Oye, está bien. No es necesario —Le dije.

—Lo siento, pero iremos, —me tomo del brazo, acercándome a él—solo procura no tardar. Me aburriré de inmediato —Sonrió a medias, tomando las llaves de su auto.

***

¡3 HORAS! ¡3 HORAS BUSCANDO ROPA! Esto ya se había vuelto aburrido, mejor dicho, ya estaba cansada. Habíamos salido de la película que ya habíamos visto 2 veces y solo fuimos a decir spoilers a las pobres personas que llegaban a verla. Max insistía que siguiera buscando, pero con todas las bolsas que llevábamos ambos, me negaba.

—¿Segura que no quiere seguir buscando? —Se detuvo en una mesa cercana, acomodándose las bolsas llenas de ropa.

—¿No te has visto? Vamos llenos de bolsas. ¿Y aun quieres más? —Me dedico una cara cansada asintiendo.

—Solo quería complacerte —se acercó, sonriendo—. ¿Crees que con esto es suficiente?

—Más de lo que te imaginas.

—Oh, gracias a Dios, creí que todavía querías seguir buscando ropa, las empleadas de las tiendas no paraban de mostrarme “nuevos diseños” para mi pequeña hermana —hizo una cara de asco.

—Entonces, ya no querías seguir. Eres un mentiroso —se encogió de hombros.

—Quería preguntarte primero, aunque me aburra, hare lo que sea para complacerte, ya que eres mi hermana.