¿Hacemos un cambio? |Sin editar.

Capítulo diecisiete: "Nos besamos"

Si me preguntan cómo había sido mi semana, creo que la palabra correcta es: DESASTRE. ¡Había sido todo un lío!

Antes que nada, el simple hecho de tener 4 pares de ojos sobre mí me causaba escalofríos. El regreso a la escuela sin Derek o Max me parecía aburrido. Retomando nuevamente mi antigua rutina de siempre. Los gemelos, Chloe y Kimberly no los miraba tanto como antes, posiblemente se escondían para acecharme y observar cada movimiento mío. Lo que realmente me preocupaba era Axel. Se miraba tan serio y distante. Y eso no era típico de él. Los rumores decían que estaba enfermo, otros que la personalidad de Dylan se le había contagiado y otros solos decían que era Rachel la que lo ponía así. Pero solo opte por no meterme y darle su espacio.

Aparte, estábamos en periodo de exámenes. Era horrible. Todos parecían cucarachas en la biblioteca y en el comedor estudiando o realizando tareas atrasadas. Yo estudiaba todas las tardes hasta la noche. Conté con la ayuda de Brandon para eso. Y sí, venia frecuentemente a mi casa. Me ayudaba a estudiar, me explicaba cosas que no entendía, almorzábamos juntos, tanto en mi casa como en la suya. Pasábamos un tiempo muy agradable.

Sobre Derek y mi hermano, bueno, habían regresado a la Universidad. Obviamente, con advertencias. Habían clasificado su comportamiento como inadecuado e infantil. Estaban advertidos y si se volvía a repetir, serían expulsados inmediatamente. Ambos pidieron disculpas y aceptaron las normas. Pero la cosa no acabo ahí, les dejaron hacer todos los trabajos atrasados por su inasistencia por 2 semanas. Y tenían hasta más tardar una semana para entregarlo todo o serian dados de baja. Así que, se quedaban haciendo dibujos y análisis sobre el cuerpo humano. En toda la semana no vi a Derek. Alejandro me llamó informándome que se había desconectado de todo para poder trabajar sin interrupciones. Su ausencia me deprimió, por que pasaba mucho tiempo sola. Ya que Max se quedaba en la Universidad trabajando y mi madre de costumbre en el hotel. Lo bueno de todo esto, fue todo el tiempo que había pasado con Brandon.

Ahora mismo, me encontraba en el sillón de mi casa, acostada. Era viernes. Merecía un descanso. Los exámenes eran insufribles. Max todavía seguía en la Universidad. Últimamente salía alrededor de la 5 de la tarde o más tarde. También estaba en periodo de exámenes. Solo Dios sabía cómo saldría en los parciales. La televisión estaba encendida, transmitiendo Bob Esponja. No pude evitar acordarme de Derek. Lo extrañaba tanto. Habíamos hablado apenas en la mañana, antes de irme a la escuela. Su llamada me había puesto muy feliz. Fue una conversación breve, contándome lo pesado que estaba su semana y disculpándose por no visitarme. Me preguntó cómo me sentía, yo solo respondí: “Sola”. Después de eso, no dijo mucho. Solo me deseo buen día y colgó.

Me aburría demasiado. Había ya acabado con mis deberes y no tenía ningún examen programado. Y fue ahí cuando escuche el timbre sonar. Me levante esperanzada, apagando la televisión y abrí la puerta con necesidad. Me encontré a Brandon. Llevaba una bolsa de comida china y con esa sonrisa suya que tanto me gustaba.

—Estaba en el centro y me imagine que quizá tuvieras hambre —dijo Brandon, sonreía tímido.

—No sabes cómo te agradezco eso —respondí mientras me hacía a un lado, dejándolo pasar.

El entro sin borrar su sonrisa. Dejó la comida en el comedor, yo iba a la cocina en busca de unos platos y vasos.

—Lo que sí se me olvido fue el refresco —me informo, mientras sacaba la comida. Me lanzó una mirada apenada.

—No te preocupes —grité desde la cocina—. Aquí tengo un poco de Pepsi —la saqué del congelador, reuniéndome con Brandon en el comedor—¿Te gusta la Pepsi?

—Me encanta la Pepsi —respondió con voz cantarina.

Solté una risa mientras servía la comida en los platos y él llenaba los vasos con refresco. Lo que me gustaba de Brandon era que siempre buscaba algo que hacer. No le gustaba quedarse sentado viendo a los demás sin hacer nada.