Capítulo 39: Hanna? ¿Estás ahí?

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Raquel y yo solo observábamos como ibas leyendo detenidamente cada palabra en esa tarjeta, terminaste de leerla y por tu mejilla corrió una lagrima, arrugaste la cara en seña de dolor, arrugaste la tarjeta y la rompiste, para luego meterla en tu mochila, te limpiaste los ojos y volteaste a nuestra dirección.

Vi como Raquel corría como gallina loca gritando ¡¡¡¡¡¡LO HICIMOS LLORAR, DIOS!!!!!, y después escuche como la profesora la regañaba pues estaba haciendo un escándalo, yo simplemente me senté, el propósito se había cumplido... hacerte sentir de lo peor... pero yo también sentí lo que tu... Salí a tomar agua y no dejabas de ver cada movimiento que hacía, de reojo te vi y estabas molesto, nunca te habías enojado conmigo...y la verdad me valía como te sentías.

Pensé que sería buena idea irme a disculpar y decirte... decirte que, si sentí todo lo que había puesto, que te amo, que fui sincera y las demás la dije por despecho, que todo era verdad...

Pero no dije nada. Ese día todos me odiaron por hacerte llorar, hacerte sentir mal... pero ¿Por qué eso solo paso cuando yo te hice un mal? ¿Y todas las veces que tu lo hiciste conmigo?... Estábamos en la última clase, tu llegaste y te sentaste justo detrás de mí para hablar con victoria, yo te daba la espalda, pero tu mirabas todo lo que hacía mientras hablabas con ella.

Estabas hablando de mí, todo lo que pasamos desde que nos conocimos hasta el momento en el que te hice llorar con mi tarjeta; estabas literalmente hablando de mi a mis espaldas. Raquel estaba a mi par, haciéndote muecas y murmurando CALLATE IMBECIL, AL MENOS DECISELO EN LA CARA, y luego a mí para no hacer nada de lo que fuera a arrepentirme, pues demostraría que me seguía doliendo y que te estaba poniendo atención.

HERVÍA DE RABIA POR DENTRO!!

Tenías un pie en mi silla y era más que obvio que lo hacías para que yo te prestara atención e hiciera algo, aunque no sé si en el paquete venia incluido enojarme a niveles increíbles y odiarte con todo mi ser. Cuando por fin terminó todo y salimos me fui como alma que lleva el diablo, te metiste en mi camino y tu cara de satisfacción, al ver que, si me había afectado, fue todo lo que necesité para no querer volver a estar involucrada contigo nunca más.

Siguieron llegando para preparar los detalles de su graduación, como es de costumbre saludaba a Félix y peleaba con él, Raquel tomaba fotos y luego me iba sin decir más. Hasta llegaron el último día de clases de nosotros.

Recuerdo verte con Félix en un comedor rojo, me acerqué para saludar a Félix y el dijo- Mira Hanna, no lo conoces, pero él se llama Tyler- me estabas viendo a ver que hacía, te vi con el mayor desinterés posible y me fui.

Mientras me alejaba escuche un- te dije que no iba a funcionar- ser pronunciado por ti.

Qué bueno que lo sepas

Salimos quedamos frente a frente, besaste a una chica que estaba tu lado; mi mejor amiga fue por mí y salimos de tu plano de visión.

¿Crees que eso me va afectar? Entiéndelo, no me interesas.

Cuando llegue a casa ya era de noche, estaba mi hermana en mi cuarto hablando contigo en llamada, en un momento se fue y me dijo- habla con el mientras voy al baño-

*Te pongo a Hanna ya vengo- dejo el celular en mis manos y se fue.

*Alo?

*Hanna? Estas ahí? - silencie la llamada y creí que habías entendido que no quería nada contigo.

Pasaron los días, tú te hiciste muy buen amigo de Kamila, se me hacía demasiada coincidencia, pero trataba de no pensar en eso.

Llegamos a diciembre, uno que otro día Félix, Luis y tu llegaban a visitarme, Félix hacia todo lo posible para que te hablara pero era en vano.

Ya estaba lo suficiente desinteresada como para volver a querer.

La carta que nunca te di (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora