"He Is Killer" •Mclennon•

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—¡Apúrate muchacho!

Ya estaban de camino al aeropuerto y John estaba más bruto que nunca. Está era la quinta vez que tropezaba y todo por culpa de la noche pasada.

Se había follado a Mary MCcartney y temia lo que pudiera pasar e incluso tenía en mente no volver jamás pero jamás a Blackpool.

—¿Te pasa algo cariño?

Dijo Mimi mirando mal a George, el tío de John, se veía preocupada por el muchacho.

—No dormí muy bien, todo esto me pone nervioso —Mintio—

—Ya verás que llegando a Los Angeles te sentirás mejor. Ahora andando.

Mimi era súper puntual ante cualquier cosa pero en esta ocasión era muy tarde gracias a la demora de John y eso molesto al tío George.

No hubo tiempo de comprar ni una merienda ya que su vuelo estaba por salir.

Entregaron sus maletas al área de revisión, esperaron unos minutos y después las dejaron a paquetería dónde las llevarían al avión mientras tanto Mimi y John se formaron en la línea de pasajeros. George se despidió rápido de la mujer y le dijo —"Llámame cuando llegues". Paso por alto a John y se fue.

—Tu tío suele ser muy desconfiado pero ya verás que con el tiempo le irás agradando.

Le revolvió su larga cabellera castaña rojiza y le dedicó una sonrisa.

El tiempo transcurrió muy rápido, casi volando, para suerte de John, asi que subieron al avión y Mimi fue a su asiento. John buscaba por el pasillo el número de asiento que le tocaba y lo encontró casi al final, al lado del baño.

Había un chico con un rostro muy conocido para John. Pero solamente le pidió permiso para pasar, ya que a él le tocaba al lado de la ventana y se dedicó a sacar un libro que tenía entre las manos.

Aquel chico volteaba, según él, discretamente hacia John hasta que John le dedicó unas palabras mientras fruncía el seño.

—¿Disculpa? ¿Ocurre algo?

—Ah, no, nada, nada. Solo que me pareces conocido

—Tal vez a Jesucristo —Volvio su vista al libro tratando de prestar atención a aquellas letras que narraban una buena historia de suspenso—

—Que atrevido al decir eso, tienes pantalones amigo, que bueno que ninguna señora te escucho.

—¿Que más da si me escucha o no? Es mi opinión.

Comenzó a desesperarse por la insistencia del tipo. Solo no quería mantener una plática, no quería tener más cosas que pensar. Temía que Mary quedará embarazada, temía que Paul se enterará, temía que Klaus soltará la sopa y todos se dieran cuenta que él era un asesino, que Paul se enterará que era un asesino.

—Bueno, tienes razón. —Le sonrió— ah, por cierto, me llamo...

—Diculpe joven —Lo interrumpió una Azafata— Hay un pequeño problemas con su asiento ¿Me podría mostrar su boleto?

—Claro, claro —Dijo muy amable. Por fin John volvió a su libro prestando atención—

La azafata tomo el boleto e hizo una mueca.

—Se equivoco de asiento joven, me temo que tiene que ir a su lugar.

—Bien, bien, no hay problema alguno —le dijo más amable y dispuesto que nunca. Volteó hacia John y este dió la mano— Nos vemos.

—Adios.

Dijo sin extenderle la mano. El joven solo hizo una mueca y tomo su tasa con leche caliente y siguió a la azafata y en cambio un obre de cuerpo corpulento ocupo el lugar de aquel pelinegro lo ocupo un hombre de cuerpo corpulento.

John rodó los ojos pero los abrió como platos al sentir el rotundo peso a su lado. ¡Vaya  peso!

Sin más el viaje fue de lo más incómodo gracias al sujeto. El olor que el sujeto desprendía era asqueroso y eso gana que John fuera a vomitar como tres veces.

—¡Déjeme pasar! —Le dijo John al sujeto, este como pudo se hizo de lado, y John con dificultades paso para ir al baño y vomitar de nuevo—

—«Debe ser un castigo»—penso.

El viaje fue muy malo e incómodo y John se lo hizo saber al gran hombre.

—Gracias por hacerme bajar como diez kilos por su asqueroso aroma—Dijo molesto.

El sujeto solo frunció el seño y continuo bajando del avión.

—Te ves muy pálido, cariño. —Le dijo Mimi a John mientras le tocaba las mejillas—

—aquél tipo de allá -lo apunto con su barbilla- Ese gordo de mierda me.. .

—¡Shh! No seas despectivo. —Le reprendió Mimi y luego apretó la mejilla del castaño— Anda, vamos a caminar tu mamá nos está esperando en el estacionamiento.

Asintió y siguió a Mimi mientras agarraba bien fuerte su libro.

***

Sus manos estaban cargadas de maletas y sus dedos dolían. Se propuso a cargar todas las maletas, como buen caballero, para que Mimi no se esforzará demaciado.

Aún en su mente divagaban muchas preguntas sin respuesta y eso lo tensaba mucho más. Soltó un jadeo de dolor al sentir su mano muy adolorida debido al esfuerzo y no le quedó más que frenar y mini se detuvo a su lado.

—¿No me quieres dar al menos una maleta, cariño? —Dijo preocupada mientras hacia espacio entre sus manos para ayudarle—

—Estoy bien tía, no te preocupes. —Le dió una sonrisa para que no sé preocupara.— andando —Tomo aire para seguir—

Caminaron muchos metros más llegando a la salida del aeropuerto hasta que un policía detuvo a John.

—Espere un momento, señor. —Le indico el guardia mientras se acercaba. Tenía una mano muy cerca de su cinturón, donde tenía las armas—

John se alertó y lo primero que le vino a la cabeza fue: "Ese maldito de Klaus". Realmente se preocupaba ya que la talla de esa escuela era muy buena, sumamente prestigiosa y un sujeto como el director tenía mucho poder entre esas regordetas manos y contactos.
Sus músculos se tensaron aún más cuando escucho a Mimi decir "¿Que paso?" Sentía que era su fin y todo acabaría por completo. Una imagen se vino por su mente: el estando detrás de rejas junto a más presos asquerosos.

—¿Q-que ocurre? —dijo como sus palabras le permitieron—