"He Is Killer" •Mclennon•

Blood on the dance floor

John se encontraba en el baño, lavando sus manos. Salió del baño y comenzó a caminar por el pasillo blanco que en el se encontraba mucha gente bebiendo vino en sus copas, reían y charlaban.
Pronto John bajo las escaleras pero una luz azul comenzó a molestar su vista y poco a poco está se iba conviertiendo en una bola.

«Siguela»

Hizo caso omiso a aquella voz y comenzó a seguirla tal como Alicia al conejo. Tal como el país de las maravillas... Pero su mundo era el país de la pesadillas, un mundo donde cada vez se sentía deteriorado.

La luz andaba por el salón y John la seguía por dónde esta iba. Aquella luz se dirijo al patio trasero en el cual habían muchas personas más. Era tanta su atención en aquella luz azul que chocó contra una persona.

—¡Lo siento! —Se disculpó enseguida y levantó su mirada.

Ambos se quedaron en completo silencio, ambos intentaban reconocer aquel rostro, ambos se quedaron congelados cuando por fin pudieron reconocer sus rostros.

—John...

—Klaus. —Este mismo sonrió con cinismo—

—Pero mira, mira. Que gusto verte de nuevo, John Lennon.

—No puedo decir l-lo mismo...

—Lo entiendo. Has cambiando.

—No te pregunté ¿Que haces aquí?

—mi tío me ha invitado a la boda ¿Tu que haces aquí?

—N-nada que te importe

—¿Tienes miedo o por qué estás tartamudeando?

—No... ¿Dónde esta Paul?

—Oh él —Bufó— Espera, yo ya te he dado bastante información ¿No lo crees?

—¿Dónde esta? —Repitió con un tono más firme.

—En Blackpool.

Pero mentía, mentía vil mente y su mentira se fue a la mierda cuando Paul apareció.

—Amor, ya casi no había vino.

Justo en ese momento Klaus quiso golpear a Paul.
El corazón de John se aceleró notablemente al ver a su chico. Ya estaba bastante grande, su bebé ya era bastante grande. Su altura, su cabello que cubría su frente, su lindo traje, sus lindas mejillas. Lo reconocía muy bien.

—Bien.. gracias.

Paul volteó hacia John y su corazón se detuvo un momento.

—Paul.

—Klaus, vamos. —Lo ignoro—

—Paul, soy yo, John.

Entonces Paul rodó los ojos y fijo sus ojos hazel en los cafés que le veían con luz... Aquella luz azul.

—Ya te ví. Klaus ¿podemos ir a bailar?

Pero Klaus no dijo nada, parecía divertirle aquello.

—Paul.

—¿¡Que!?, ¿¡Que es lo que quieres!?

Le sorprendió manera tan fría de responder.

—Vamos Paul, no seas grosero. Dale un beso. —Sonrío—

Paul nego, la mano de Klaus se colo entre el brazo del Paul y lo apretó. Entonces el pelinegro se inclinó a John y beso su mejilla pero Klaus negó, con su dedo índice apunto sus labios.

—No Paul, no lo hagas.

—¿No es eso lo que más deseas?

—No vas a obligar a Paul a besarme.