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Frío, hacía mucho frío,su pierna izquierda estaba rota y, tenía una hemorragia nasal por tantos golpes. El lugar era pequeño pero,no había muchas cosas,solamente dos sillas y algunos que otros objetos, sin duda era el compartimento de tortura, las paredes estaban hecha de metal al igual que la puerta.
—¡por favor señor!¡prometo no volver a fallar nunca más!— rogaba de rodillas al pelinegro que tenía una expresión neutra.
—es interesante ver como aquellos que creían tener tanto poder, se arrodillan para suplicar por su asquerosa vida—gruñó cruzándose de brazos —¡ahg,me cansé! Mejor tomaré asiento—comentó para luego sentarse en un silla y cruzar las piernas,sin quitar esa expresión neutra de su rostro. —señor Song,usted estaba de mi lado ¿lo recuerda?— preguntó haciendo para atrás un poco de su ondulado cabello,el hombre en el suelo asintió repetidamente. —entonces... ¡¿Cómo fue que Park se metió en esto?!— gritó furioso,su voz haciendo eco en el vacío compartimento.
Un golpe fue a parar en rostro del señor Song.
—espera Baek,todavía no—exclamó riendo por la impaciencia del nombrado. —señor Song— llamó nuevamente para que el mayor levantara la mirada y escuchara con atención —Park hacía negocios con su esposa y secretamente también con usted... Escuché que mataron a su esposa— confesó arqueando una ceja.
—¡esa víbora finalmente está muerta!—gritó carcajeándose, aunque él también estuviera a punto de morir.
—debe saber que Park y yo nos parecemos bastante,también tenemos casi la misma edad pero,hay algunas cosas,pequeñas cosas simples que nos diferencia a ambos—murmuró acercándose con lentitud,sujetó con fuerza el rostro del adulto mayor,sus ojos reflejaban ese miedo que tanto amaba ver—Park es más paciente y compasivo—susurró soltándolo con brusquedad,se reincorporó para abandonar el lugar.—sin sobrevivientes, sin evidencias—miró a sus hombres antes de salir de la escena.
A fuera del compartimento aguardaba una pelinegra,con su exagerado escote y maquillaje atrevido para intentar verse más bella.
—¡tú!—la señaló—sigueme y cubrete pareces una ramera barata— la mujer rodó los ojos pero,obedeció.
Después de ingresar a aquel despacho,el contrario estaba sentando detrás del escritoro,tenía su ceño fruncido y sus ojos estaban oscurecidos.
—¿qué sucede, hermanito?—se atrevió a preguntar, cómo si no supiera la razón del porque la llamó.
—¿cómo qué sucede,Jennie?—escupió —¡volaste esa casa sin mi autorización!—golpeó su escritorio.
Estaba furioso y ella lo sabía, no era la primera vez que hacía cosas a espaldas de su hermano,permaneció en silencio como todas las veces que era descubierta,bajó la mirada como si estuviera siendo regañada por su padre y no por su hermano menor, hermano menor y jefe. Eso le irritaba, se suponía que ella tendría que haber heredado todo,ella sería la señora Kim, la dueña de todo pero,no. La suerte estuvo de lado de su hermano, quien ahora técnicamente era el dueño de sus acciones.
—si no fueras mi hermana no te lo perdonaría—exclamó dejando sorprendida a la mujer,sabía que su hermano jamás iba a lastimarla y,siempre estaba cuidando de ella,por eso el miedo no era parte de su vida.
—solamente quería darle un pequeño saludo a Park—finalmente habló,una sonrisa adornando su rostro.—pero,ya no lo haré está vez... Aunque logré lo que quería—finalizó. —hasta luego Taehyung, tengo negocios que atender—dijo realizando una reverencia saliendo del despacho.
Jennie soltó un gruñido,siempre tenía que informarle a su hermano el lugar y momento exacto de donde estaba o lo que estaba haciendo. Se sentía como su hija,Taehyung siempre actuando como un padre sobre protector, aveces por no decir siempre, era bastante hartante.
Comenzó a caminar por las calles pasando desapercibido,no era la primera vez que salía sola.
Desbloqueó su celular,buscó en sus contactos y luego apretó llamar.
—¿cómo va todo?—preguntó una vez que escuchó un ronco hola detrás de la linea —no me digas que estabas durmiendo—bufo.
—en Barcelona son la 2 de la mañana querida señorita Kim—río.
—como sea... ¿Cómo va el plan?—preguntó mirando de un lado a otro,para su suerte no había nadie siguiéndola.
—va bien, la próxima semana volveré, también recibí unas cuantas llamadas de mi hermano y mi jefe—Jennie no podía verlo pero,sabía que estaría haciendo una mueca de disgusto así que solamente rió.
—vale,tengo que cortar,nos estaremos viendo—exclamó mientras miraba la vidriera de una tienda donde había un bonito vestido.
—bien... Te amo— murmuró,la pelinegra sintió una molestia en su pecho, ¿cómo se atrevía a soltar algo así nada más?, ese tipo estaba loco.
—lo sé— fue lo último que dijo para después guardar su celular e ingresar a la tienda para comprar el vestido que había visto.
Ignoraba completamente que una silueta la estaba observando de lejos desde que salió del despacho de su hermano.
—señor Kim—murmuró al móvil que posaba sobre su oído.—hay un problema—exclamó bajando un poco el cubre bocas que tenía para hablar mejor,sus ojos enormes brillando cuando escuchó la invitación de su jefe para pasar por su despacho.
