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Sus labios más hinchados de lo normal,sus ojos brillando bajo una luz tenue,la sudadera blanca cubriendo su torso mientras sus bronceadas piernas estaban desnudas.
Yoongi estaba encantando,no quería admitirlo pero,ver a Park de ese modo solamente lograba desconectar todo rastro de razonamiento humano.
En silencio,ambos se miraban sabiendo todas la sensaciones que sentían sus cuerpos al ser tocado por el contrario.
El mayor sujeto con suavidad la cintura del castaño,mientras éste se acercaba a los labios de Min,con lentitud,como si quisiera disfrutar cada segundo.
Cuando sus labios se encontraron en un beso fogoso,el deseo,el apetito, esa necesidad de querer mucho más aparecía con brutalidad dentro de ellos mismos.
Las grandes manos del mayor comenzaron a masajear los glúteos de Jimin,quien solamente tenía un bóxer y esa sudadera blanca.
Había intensificado el beso,mientras el castaño comenzaba a hacer fricción entre ambos miembros.
Su cordura cayendo poco a poco,esto era demasiado,Yoongi era un hombre y como tal tenía necesidades,si el menor continuaba, esto se elevaría a niveles muchos más altos,cruzando una línea del que no sabía si Jimin quería cruzar.
—Jimin— llamó deteniendo el beso,el nombrado lo miró extrañado mientras intentaba regular su respiración.—escuchame... Esto está mal,ambos lo dijimos,todo volvería a ser como antes—recordó tratando de apartar al menor de encima suyo.
Aunque lo deseara tanto no debía,las cosas no iban a resultar nada bien después de eso,además, sentía que Park solamente lo utilizaba a su antojo,como un títere que cumplía cada una de sus órdenes sin reclamar nada.
—no puedes detenerlo Min,es algo que no puedes—murmuró a escasos centímetros del pálido—no importa cuanta habilidades tengas,no importa que tan fuerte o inteligente seas—se acomodó en el pecho contrario,tratando de sentirse seguro nuevamente—la verdad es que... No puedes—dijo con un hilo de voz.
Yoongi se tensó,había notado algo que debió hacerlo hace bastante tiempo en realidad,quizá lo sabía y solamente lo trataba de ignorar pero, este Park Jimin que estaba sobre su pecho mientras sentía su dulce aroma,éste Park Jimin estaba roto,roto en millones de pedazos.
Su crueldad e insensibilidad sumado a esa ira que poseía,solamente eran como una máscara para ocultar alguien frágil,quien vivía sus días tratando de armar sus pedazos pero solamente lograba cortarse con ellos.
—dijiste que ibas a protegerme—la voz del castaño lo sacó de sus pensamientos. Min,llevó una mano para acariciar los cabellos opuestos con delicadeza.
—eso hago—afirmó,realmente que sí,algo cambió,no dejaría que nada hiriera al menor,porque ahora él,tenía que tomar una decisión.
El sargento Kim se había vuelto su enemigo,todo ese respeto que una vez le tenía se había ido al carajo cuando envió a algunos policías para un intento de asesinato contra ellos.
