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"Una Izume de a penas once años se paraba de puntitas de pie para llamar al timbre de la casa de sus vecinos. Los gemelos habían ido a un importante entrenamiento junto a un armador del equipo nacional, por eso su amiga no dudó en esperar a su regreso para ver cómo les había ido.

En cuanto la madre de los chicos abrió la puerta ella saludo y se adentró al hogar con apuro, fue a la sala y se tiró con euforia sobre Osamu, quien estaba acostado sobre el suelo.

—¿¡Y!?¡¿Como les fue?!—Habló con emoción ignorando los quejidos del chico mientras ella se sentaba en su estómago.

—¡Fue genial! Hasta me hizo pensar en ser armador, 'Zume— Dijo Atsumu.

La ojiazul le miró confundida.—¿Zume?

Atsumu asintió posando sus manos en su cadera.—¡Suena genial!¿Cierto 'Samu?

Ahora miró confundida al chico que aún se encontraba abaja de ella.

—¿Y esos nombres?—Ladeo su cabeza confundida.

—Conocimos a un chico con un nombre raro, sonaba exótico y también queríamos uno—Explicó Osamu mientras empujaba a la chica a un lado.

—¡Si,Si! Así que ahora somos 'Samu, 'Zume y yo, 'Tsumu.

La chica rió ante las ocurrencias de los gemelos.—Suenan bien.

Los tres menores se la pasaron aquel día juntos, como era de costumbre, además de relatarle a la niña sobre aquel moreno que habían conocido y como fue aquel entrenamiento. Ella les escuchaba con ilusión puesto que si había algo que a Izume le encantaba era escuchar a sus dos mejores amigos hablar sobre aquel deporte que tanto amaban."

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—Esta mañana un chico de la clase 4 se me confesó—Relató la chica.

Era un miércoles y junto a los gemelos se encontraban sentado en el patio exterior pasando el receso.

—Lo de la confesión no es nada nuevo—Habló Atsumu que se encontraban apoyado en una pared junto a donde se sentaba la castaña.

Asintió.—Si pero él fue muy insistente, por suerte Ojiro-Sempai pasaba por ahí y me ayudó—Continuó para darle un sorbo a su bebida.

Ambos gemelos se miraron entre sí para después mirar a la chica. Ella se percató ante la mirada de éstos.

—Tranquilos no fue nada serio, además Ojiro-sempai pareció dejarle las cosas claras, no creo que me vuelva a molestar—Aclaró nerviosa mientras alzaba sus manos para calmar a los chicos.

—A Ojiro-sempai le caes bien, no es así con nosotros—Comentó al airé Atsumu.

—Pues ustedes siempre lo molestan.

—Solo bromeamos, a él le gusta—Le restó importancia Osamu.


La chica los miró irónicamente, pues ella al igual que muchos sabía lo mucho que los Miya lograban exasperar al moreno y la paciencia que éste había entrenado para soportarlos.

—Bueno, en fin—Suspiró la chica posando su cabeza en el hombro de Osamu que se sentaba a su lado—¿Que opinan si salimos el sábado? Hace mucho no lo hacemos.

Ante la propuesta de la chica ambos asintieron sin más pero el de cabellos grises y la chica junto a él no notaron la fulminante mirada del rubio por la cercanía de éstos, pero no tardó en cambiar su expresión al ver a su amigo pasar cerca.

Choose you; Miya Twins Donde viven las historias. Descúbrelo ahora