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" Izume y Osamu se encontraban jugando en un parque a unas calles de sus casa. Atsumu brillaba por su ausencia, ya que por provocar una pelea después de un partido había sido suspendido del equipo unas semanas y se había ganado un castigo por parte de sus padres, prohibiéndole salir hasta que den de alta su suspensión.

—¿Crees que pronto vuelva al equipo?—Pregunto la niña de tan solo doce años con cierta preocupación en su tono.

—Tranquila, solo serán dos semanas—Respondió su amigo mientras empujaba el columpio donde Izume se encontraba.

—Igualmente, se lo tenia merecido—Soltó de pronto.

—¿Eh?¿Porqué lo dices?—Volteo a verlo aún columpiándose.

—Se comporta como un tonto, hasta llega a tratar mal al resto cuando de voley se trata.—Bufó con molestia—En mi mente lo único que quiero es no ser cómo él, seré un buen chico.

  Izume rió ante el comentario del final. Miró a su amigo y le dedicó una sonrisa aún balanceándose de arriba hacia abajo.

—Eres un muy buen chico, Osamu, de eso no me cabe duda, y lo serás siempre—Habló, el castaño contuvo como pudo su sonrojo ante el comentario de su amiga—Pero eso no quita que Atsumu y tú tienen mucho potencial cuando están juntos, juntos serán invencibles, y no solo me refiero en el voley.

Osamu dejó salir una casi imperceptible sonrisa.

Ellos eran hermanos, gemelos y compañeros. Lo mejor que tenía uno era el otro. Juntos lo eran todo, aún con sus peleas y desacuerdos, se complementaban perfectamente. "

La pelinegra abrazó fuerte a su novio, sin intención alguna de soltarlo. Aspiró por última vez en semanas su característico olor masculino y a colonia.

—Voy a extrañarte mucho—Murmuró en su oído—Por favor cuidate, te escribiré todos los días.

—Y no peleen—Dijo para finalmente separarse de él.

Se miraron mutuamente durante unos minutos. Eran miradas llenas de cariño, tanto que dejaba atrás la tristeza de aquella despedida.

—Ya dejen de babosear y despídete de mi—Les interrumpió el rubio.

La chica rió para acercarse a su amigo y abrazarse a su torso, gesto que no tardó el corresponder.

—Cuídense y no pelee.

—No prometo nada, tu novio es un idiota.

—Ya ajá—Giró los ojos con gracia—Y más les vale que ambos hayan pasados sus exámenes cuando regrese—Dijo señalándolos amenazadoramente.

Izume se acercó nuevamente a Osamu para dejar un beso en sus labios mientras se abrazaba a sus hombros. Al separarse, el peligris acarició con delicadeza la mejilla de la contraria y le sonrió.

—¡Adiós nos vemos en dos semanas!—Exclamó mientras se encaminaba al auto donde su madre la esperaba.

Finalmente entró y mientras el auto avanzaba se despedía con su mano de los gemelos. Ambos quedaron solos frente a la entrada de su residencia. No dijeron nada, en puro silencio entraron a la casa.

Osamu avanzó hasta el cuarto que compartía con Atsumu con este siguiéndole los pasos, al entrar se aventó en su cama y se quedó mirando al techo, mientras, su hermano copiaba su acción, quedando cada uno sobre sus camas mirando el techo en silencio.

Choose you; Miya Twins Donde viven las historias. Descúbrelo ahora