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Bésame.

Se quedó congelado, no pode moverse, manteniendo una expresión de sorpresa y nerviosismo acompañadas por un color en su rostro. En los últimos dos años había fantaseado con un momento así en repetidas ocasiones y ahora por fin lo tenía ante él, casi  creería que estaba soñando.

Al no notar respuesta positiva por parte de Osamu, la chica se levantó de su posición, sentándose correctamente. Estaba a punto de retractarse cuando sintió cómo las grandes manos del peligris tomaban su rostro con suma delicadeza, la volteó de manera que quedaban uno frente al otro a escasos centímetros.

Se sintió cohibido al sentir bajo su tacto la suave piel de Izume, sus ojos grisáceos se encontraron con los color oceánicos de la chica por unos instantes para finalmente tomar iniciativa y acortar la distancia entre ambos, rozando tímidamente los labios de la chica formando entre ellos un corto beso, aunque para ambos esos escasos segundos fueron cómo una eternidad.

No era el primer beso de ninguna de los dos, pero aún así se sintió diferente a cualquier otro que ambos adolescentes hubiesen dado antes en sus inexpertas vidas.

Al separarse sus miradas volvieron a conectar, ambas con un brillo especial en ellas. Las manos del chico, aún en el rostro ahora sonrojado de la pelinegra, dieron lentas caricias con sus pulgares en la blanquecina piel de ésta.

Por su parte, Izume sintió una fuerte mezcla de emociones, mientras sentía mariposas revoloteando en su estómago, sus mejillas tomaron un fuerte carmín y su piel sentía el tacto del chico cómo nunca antes lo había sentido, esta vez no era un amistoso gesto, se sentía muy diferente a eso.


Las miradas entre ambos continuaron por unos largos instantes hasta que el chico habló de forma tímida.

—Izume, yo-...—

Fue callado por otro corto beso de parte de ella, quien acto seguido llevó su vista al suelo evitando la de Osamu.

—No digas nada, por favor—Casi susurró.

—P-pero Tsumu.

—Por favor, fínjanos que nada de eso sucede, aunque sea solo por unos minutos más—Dijo silenciándolo nuevamente.

—No puedes tenernos a ambos, lo sabes—Susurró Osamu tomando la mano de la chica entre la suya.

—Lo se, lo se—Musitó con los ojos casi vidriosos.

Él acarició nuevamente su rostro con su mano libre, quitando mechones que en caían sobre éste.

—Izume, mírame— Dijo el peligris tomando del mentón a la femenina y obligándole a mirarlo—Por favor no me ilusiones, yo de verdad te quiero—Admitió tímidamente.

La chica sintió su corazón presionar contra su pecho. Asintió repetidas veces hacia su amigo.

—No lo haría— Dijo ahora tomando ambas manos del chico entre las suyas—De verdad me gustaría que fuéramos algo más que amigos, Osamu.

El chico vio en el rostro de su amiga una deslumbrante y tierna sonrisa, con sus ojos brillantes y aún aquel sutil carmín sobre sus mejillas. Sonrió ante tal escena frente a él, aún le costaba creer lo que acababa de pasar.

—Todo a su tiempo—Dijo dejando un beso sobre la frente de la chica.

Se puso de pie dejando a la chica con las palabras en la boca. Acomodó su pantalón y miró disimuladamente la hora en su celular. Siete y cuarentena y dos.

Choose you; Miya Twins Donde viven las historias. Descúbrelo ahora