Makoto Naegi era alguien empático, amable, dulce, una persona en la que todos podrían confiar. Así lo veían todos, como un chico inocente que no dañaría ni a una mosca.
Aquello era un simple acto nada más.
Makoto Naegi era alguien asqueroso, desagra...
Idol y suertudo caminaban por los terrenos de la escuela, viendo todo lo que podían, tanto fuera como dentro de los edificios. Les tomó un tiempo, pero al fin lograron ver la mayoría de lugares, incluso el centro comercial de la escuela, lo único que les faltaba eran las residencias, tanto masculina como femenina. Y ahora, ahora simplemente descansaban sentados en la fuente en medio de la plaza central.
—¿Estás emocionado, Naegi? —cuestionó la de cabello azul mirándolo.
—Claro, estamos en Kibougamine, ¿y tú, Mai?
—¿"Mai"? —interrogó ella.
—Oh, lo siento, creo que...
—Tranquilo, me gusta —interrumpió ella—. ¿Entonces puedo decirte "Nae"?
—Por supuesto, si eso es lo que quieres.
—Ah, no lo sé, creo que "Naegi" es más lindo.
—¿Mi apellido es lindo o soy yo el lindo? —cuestionó con un tono divertido y una mano en el pecho.
—¡N-No, me refiero...!
—Es broma —rio él—. Aunque me lastimas, tampoco estoy tan mal.
—No, estás bien, l-lo que trataba...
—¿Eh? ¿Eso significa que soy lindo?
—No, digo, sí, digo...
Naegi ahogó una risa, la chica se había puesto nerviosa. Ella notó eso, así que frunció ligeramente el ceño y le golpeó el brazo.
—Lo siento, lo siento.
—No fue gracioso, Naegi.
—Lo siento, pero es que te veías tan linda...
Dijo aquello a propósito, pero para hacerlo ver como un accidente abrió los ojos notablemente y se tapó la boca de inmediato, para luego dejar que un rojo se apoderara de sus mejillas, sonrojarse a voluntad le había tomado mucho tiempo de práctica, pero ya era algo que dominaba.
La chica sonrió, pensando que él se había delatado.
—¿Ah? ¿Te parezco linda?
—L-Lo que trataba de d-decir es... ¿Hace calor? ¿Quieres algo de beber?
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Sin esperar respuesta él se levantó, para ir prácticamente corriendo a una maquina expenderá. Metió el dinero dentro y pidió dos cosas, una botella de jugo para la chica, y una botella de agua para sí mismo.
Sin decir nada, le entregó la botella de liquido naranja a ella y se apresuró a tomarse un trago de agua para sentarse al lado de la joven.
—No respondiste mi pregunta, ¿estás emocionada por estar aquí? —pregunto Naegi volviendo al tema anterior.
—Claro, es agradable un cambio de aires, no me malentiendas, extrañaré un poco las giras musicales y estar en el escenario.
