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Domingo.

Los ojos del afortunado poco a poco se abrieron, sólo para encontrarse a una chica que descansaba sobre su brazo y lo miraba sonriente.

—Buenos días.

—¿Sigo soñando?

—¿Tú qué crees?

—Que sí, porque no me creo el tener a tan bella chica a acostada junto a mí.

Ella sonrió, acercándose al chico para darle un pequeño beso en los labios y luego dejando su cara en el pecho desnudo del joven. Ambos estaban sin ropa, pero tras lo de ayer, poco importaba, lo único que los cubría era una sábana blanca.

—¿Y... qué somos?

Ya empezaba mal el día.

—¿Tú qué quieres que seamos?

—Bueno, ya... ya hicimos el amor, así que... ¿qué quieres que seamos?

—Celes, ¿serías mi novia?

—Soy tu ama.

—¿Serías mi novia y mi ama?

La chica rio y se abrazó al muchacho.

—Te amo, Naegi.

—Y yo a ti, Celes, pero... ¿puedo pedirte un favor?

—¿Qué cosa?

—¿Podríamos mantenerlo en secreto por el momento?

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó ella, separándose de él para mirarlo.

—Porque voy a tener una pijamada con los chicos el viernes y, sé que sonara infantil, pero me gustaría presumírteles esa noche.

—Suena bastante tonto, a decir verdad.

—Por favor, son sólo cinco días, por mí.

—Hm... —la chica hizo una pequeña mueca, no parecía estar muy convencida.

—Por favor —dijo para darle un pequeño beso en la mejilla.

—No lo sé...

—Por favor —sonrió, dándole otro besito en la mejilla.

—Hm... la idea me está empezando a parecer medianamente buena...

Él rio, para seguir depositándole pequeños besos a la chica por todo su rostro, ella simplemente sonreía mientras se dejaba besar, ese tipo de tonterías de enamorados de vez en cuando le servían a Naegi.

—Está bien, tú les dirás a los chicos y yo a las chicas.

—¿Tendrán una pijamada también?

—Sí, ¿no te lo dije?

—No, no que yo recuerde —obviamente ya lo sabía por Asahina, pero debía hacerse el idiota.

—Bueno, la haremos el viernes, más te vale no ir a espiar.

—Si estás tú, tendré que esforzarme mucho por no hacerlo —la chica le dio un pequeño beso en los labios por aquello.

—No espíes.

—Ok, ok... Por cierto, ¿pueden... invitar a Kirigiri?

—¿Eh? Ya la invitamos, pero nos recha... ¿Por qué de pronto el interés por Kirigiri?

—¿Ah? Por nada.

—Hablar de otra chica mientras tienes a tu novia desnuda en tus brazos, ¿intentas hacerme enojar?

—Por supuesto que no, soy completamente fiel y devoto a mi Celestia Ludenberg. Es sólo que... me gustaría que todos nos lleváramos bien, por favor haz el favor de invitar a Kirigiri otra vez.

—No parece que quiera hablar con nosotras.

—Ella... no es mala, simplemente parece que no es buena tratando con gente.

—La invitaré, pero si dice que no, no le insistiré.

—Ok, hablaré con ella e intentaré convencerla de que acepte. También tengo que hablar con Togami.

¿Hasta dónde llevaría aquella mentira de la pijamada de chicos? Hasta donde hiciera falta, simplemente menciono al noble arrogante para no levantar sospechas y que Celes no creyera que tenía un trato más especial con Kirigiri.

—Aunque admito que me hubiera gustado ver a la Celes celosa —confesó Naegi sonriente.

—Ja, como si fuera a ponerme celosa, soy Celestia Ludenberg.

El chico continuó sonriendo con dulzura, a pesar de sus palabras la chica sí podría ponerse celosa, ya que eso explicaría porque miró de mala manera a Naegi por mencionar a Kirigiri. El muchacho la acercó para darle un beso en la frente y comenzar a abrazarla con mucho amor.

—Tengo una novia linda, inteligente y que no se pone celosa, sí que soy afortunado.

—Eres tonto.

—Pero soy tu tonto, ¿cierto?

—Sí.

El muchacho rio, ser cariñoso es algo que tenía que ser con Maizono y Asahina, por lo cual eso significa que también tendría que serlo con Celes a partir de ahora. La chica simplemente siguió abrazada a él, era domingo, poco tenían para hacer aquel día, por lo cual podrían pasar toda la tarde juntos. 

¡Qué empiece el juego! (Naegi x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora