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El pequeño suertudo caminaba ocultando su rabia, maldiciendo a aquel profesor de melena dorada. Siempre había logrado engañar a todos, pero el Observador Definitivo era otro caso, que él pudiera haberse dado cuenta de su fachada tan rápido era algo que lo preocupaba y lo hacía enojar. Obviamente no dejaría su fachada, porque sabía que el docente no tenía nada para sospechar de él.

Ahora mismo estaban en receso, así que podría hacer lo que quiera por media hora sin ser molestado, estaba, por decirlo de algún modo, en su "tiempo libre". Tenía varias opciones, ir en busca de Maizono, tratar de encontrar a Asahina o ver si encontraba a alguna otra chica.

Aburrido se dedicó a caminar por los pasillos, no sabía dónde podrían estar sus compañeras. Tal vez su suerte intentaba remediarle aquella charla con Koichi, ya que al girar por el pasillo, se encontró con aquella morena a la cual buscaba.

—Naegi —saludó la muchacha— ¿Has visto a Sakura? No la encuentro.

—¿Eh? No, no la vi, lo siento.

—Oh, no importa. Aprovechando que te encontré, ¿quieres ir a la cafetería? Quiero donas y no quiero ir sola.

—Claro, vamos.

«Gracias por desaparecer, Ogro» agradeció mentalmente para empezar a caminar junto a la nadadora. La charla entre ambos se centró principalmente en las donas, las cuales Asahina decía que deberían permitirles comer en clase. Al llegar a la cafetería lo primero que hicieron fue pedir una bolsa con rosquillas para la morena y una café para el pequeño castaño.

—¿Y para qué te necesitaba Koichi? —preguntó Asahina mientras comía.

—¿Eh?... É-Él creyó que yo tenía algo con Maizono —rio "avergonzado".

—¿Y no lo tienes?

—¡¿Eh?! ¡P-Por supuesto que no! Sólo somos amigos.

—Pero, ¿ella te gusta? —preguntó la nadadora con sonrisa pícara.

—¡No!

—Pero, ¿saldrías con ella?

—B-Bueno, si me lo pidiera tal vez me lo pensaría, pero no lo sé.

Asahina miraba con una sonrisa pícara al pequeño, sin duda ya estaba formando una pareja en su mente. Naegi notó aquello, así que dejó que el sonrojo se intensificara y se apresuró a hablar.

—¡P-Pero me lo pensaría sólo porque es mi amiga! ¡No es como si me gustara o algo!

—¿En serio?

—¡S-Sí! Si tú me lo pidieras sería igual, también me lo pensaría.

—¿Eh?

Las mejillas de la nadadora se habían tornado ligeramente rojas, obviamente él había dicho aquello a propósito.

—¡M-Me refiero a que me lo pensaría porque eres mi amiga igual que ella! —se corrigió rápidamente.

—O-Oh.

—C-Creo que se me haría bastante difícil rechazar a alguien —mintió—. Es decir, es muy difícil confesar los sentimientos, la pasaría bastante mal rechazando a una chica.

—Entiendo. Pero debes ser firme cuando llegue el momento, si alguien no te gusta no es bueno darle esperanzas.

—Estoy de acuerdo. ¿Tú que harías si alguien se te declara, Asahina?

—Hm, si me gusta saldría con él, y si no, trataría de rechazarlo de manera amable.

—Entonces deberías ir preparándote.

¡Qué empiece el juego! (Naegi x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora