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Una semana pasó, besos a escondidas con Maizono, entrenando de mañana con Asahina y subiéndole un poco la moral, evitar las sospechas de Koichi. Naegi preparaba el terreno a su gusto, tal vez Asahina era una de las más difícil, ya que literalmente el chico tuvo que correr alrededor de la escuela siete días seguidos de madrugada, sólo para "fortalecer" sus lazos con la morena.

¿Y ahora? Ahora por fin estaban en el escenario perfecto, la piscina. Todos los chicos usaban bermudas azules y las chicas trajes de baño escolares, el profesor Koichi estaba sentado sobre la silla blanca de salvavidas, teniendo una visión muy amplia del lugar.

Las chicas estaban con las chicas, los chicos con los chicos y Kirigiri sola como de costumbre, Naegi no entendía por qué la de cabello lila no intentaba integrarse al grupo, pero tampoco llegaba a importarle demasiado, sólo había estado con ella una vez y fue cuando ella estuvo comiendo y él tratando de iniciar una plática.

—Menudas tetas tiene Enoshima... —murmuró Hagakure.

Todos los varones lo miraron.

—Viejo, ¿en serio? —cuestionó Oowada con una mueca.

—Sí, sé menos asqu... Wow, tiene razón —espetó Kuwata.

—Por Dios... —se quejó el motero.

—Pero mira, incluso Yamada está mirando.

—Es para tener referencias —explicó el otaku.

«Claro, ¿quieres papel también?» rodó los ojos Naegi.

—Vamos, Naegi, puedes dejar de ser un santo por una vez.

—Y-Y-Yo creo que no hay que mirar —mintió Naegi, dejando que su cara enrojeciera para luego apartar la vista—. E-Es nuestra compañera y... podría incomodarse.

Todas las miradas fueron hacia Enoshima, algunos miraban sin pena como Hagakure y Kuwata, otros se dignaban a disimular como Fujisaki. El único que se forzó a no mirar fue Naegi, quien se alejó de ellos y fue a sentarse en el borde de la piscina, dejando que sus pies tocaran el agua.

—Dan asco, ¿verdad? —preguntó una voz.

El castaño simplemente desvió su vista del agua, para así mirar a la chica que estaba mirándolo. Una morena con cabello mojado y con la delantera flotando en el agua, se sentía como en navidad, pero evitó sonreír, simplemente apartó los ojos con "vergüenza".

—E-Ellos están hablando... de algo que no me parece muy decente...

La morena chasqueó la lengua.

—Son unos pervertidos, al menos tú eres... ¿Estás bien?

La cara del chico estaba cubierta de rubor, obviamente él lo había hecho intencionalmente para seguir con su acto. La nadadora lo miró confundida, no entendía el por qué se sonrojaba.

—¿Te sientes bien?

—S-Sí, es sólo... que yo también soy un chico y... es difícil no mirar...

—Oh... Bueno, si quieres mirar a Enoshima...

—No, me refería... es difícil no mirarte a ti...

La morena abrió los ojos y tragó un poco de saliva, sintió como su cara empezaba a arderle. Siendo sincera consigo misma, no le desagradaba el pequeño, incluso lo encontraba bastante lindo, y prácticamente él le decía que era fantástica cada vez que ella se sentía mal, por lo cual él corazón se le alteró un poco al escuchar como Naegi le confesaba eso.

—Y-Yo...

—L-Lo siento, sé que debió sonar raro, y no quiero incomodarte ni nada, pero... lo siento...

¡Qué empiece el juego! (Naegi x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora