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Una mesa, dos tazas de café, dos personas que poco se conocían, pero que compartían clases y ya habían compartido alguna que otra charla. Kirigiri bebía su café tranquilamente, Naegi por su parte la miraba con una sonrisa.

—¿Y qué te gusta, Kirigiri?

—¿Hm? Supongo que el café.

—¿Qué hacías antes de venir a la escuela?

—Estaba en el extranjero.

—¿Por...?

—¿Y tú qué? —interrumpió Kirigiri, sin querer ser atosigada de preguntas.

—¿Yo qué?

—¿Qué hacías antes de estar en Kibougamine?

—Oh, nada realmente, iba a una secundaria de aquí, la secundaria Nekuroroku.

—¿Y hacías algo?

«Ligar»

—No, solamente charlaba con amigos, hacía la tarea y me volvía para mi casa. Soy bastante común en realidad.

—Según entiendo, salías con Maizono.

Los ojos del chico se abrieron, ¿Maizono había hablado? Decidió no entrar en pánico, cualquier idiotez que Maizono pudiera haber dicho, él la corregiría. Dejó que su cara se tornara roja.

—¿Qué? ¿De dónde sacaste eso?

—¿Eh? ¿No era esa su relación?

—¡N-No! Ella y yo solamente somos amigos.

—Oh, creí que eran novios de secundaria.

—No, en realidad prácticamente ni nos hablábamos, empezamos a charlar después de entrar a Kibougamine.

—Me disculpo, como eran tan unidos, pensé que...

—D-Descuida...

Él simplemente permanecía en su silla, desviando la mirada y dejando que el rojo cubriera su cara. Kirigiri sonrió ligeramente, creía que era un chico fácil de leer.

—Tu cara revela siempre cómo te sientes, eso te causara problemas un día, libro abierto.

—¿Eh?

El chico se dignó a mirarla, ella sonreía con los ojos cerrados mientras tomaba su café. Naegi no era tonto, sabía el motivo de ese apodo, como diciéndole "Eres tan fácil de leer como un libro", el chico se aguantó la sonrisa, si fuera fácil de leer tendría muchos problemas. ¿Cómo responder a aquella provocación? No le tomó ni un segundo saberlo.

—C-Creo que sí soy bastante fácil de leer... —rio el chico, fingiendo vergüenza.

—Así es, lo eres.

—¿Y q-qué hay de ti, Kirigiri?

—¿Qué hay conmigo?

—Eres alguien... que nunca sé qué piensa en realidad... ¿Hay algo que te afecte?

—Sí, hay cosas.

—¿Como qué?

—No te las diré —declaró, para dar un sorbo a su taza—, sólo te diré que las hay y que intento hacer parecer que no me afectan.

—¿Entonces eres alguien que oculta sus emociones? Eso... explica bastante en realidad, pero, ¿por qué lo haces?

—Si quieres evitar que otros te manipulen, no puedes dejar que sepan que piensas y tampoco puedes dejarte llevar por lo que digan y olvidarte de pensar en ti mismo. Te diría que lo tengas en cuenta, dado que cantaste prácticamente una hora sólo porque te lo pedían.

—¿Tan mal lo hice? —se rascó la mejilla preocupado.

—No, lo hiciste muy bien, pero te dejaste llevar porque todos te pedían que lo hicieras.

—E-En realidad... también lo hice porque no quería que Koichi diera tarea... Creo que tienes razón en lo que dices, pero... a veces es bueno dejarte llevar un poco, sino parecería que siempre uno hace lo que quiere.

—¿Estás diciendo que debería amoldarme a los demás?

—¡N-No! Pero... podrías intentar hablar un poco más con ellos, he visto que las chicas han intentado invitarte más de una vez a salir y... siempre les dices que no. Creo que te agradarían si las conocieras...

—Tal vez me lo piense un poco la próxima vez que intenten invitarme, pero no prometo nada, no se me da bien ese tipo de relaciones.

—Pues si necesitas ayuda, aquí estoy.

—Me lo pensaré... Gracias...

El siguiente tiempo ambos lo pasaron en silencio, Naegi sabía por una charla antigua que ella disfrutaba del silencio, por lo cual él simplemente se limitó a brindarle su compañía sin decir nada. Naegi la pasó bien. Y Kirigiri la pasó bien, el no tener que forzarse a hablar era algo que le agradaba, simplemente estar en silencio junto a alguien era suficiente. El timbre comenzó a sonar, las clases se reanudaban.

—¿Vamos? —preguntó Kirigiri, levantándose.

—Eh... Yo en realidad no iba a ir a clases hoy, pero si quieres puedo acompañarte hasta el aula.

—¿Por qué razón?

—B-Bueno, le dije a Koichi que se pudra y le saqué el dedo de en medio, no sé por qué se me da que va a estar molesto al verme.

—¿Hiciste qué cosa?

—Estaba enojado y me empezó a gritar, y...

La chica se tapó la boca para evitar reír, él miró aquello con una mezcla de extrañeza y vergüenza.

—Dios, libro abierto, sí que te has pasado.

—L-Lo lamento...

—No importa, gracias por defenderme, dejé mi mochila en el aula así que tengo que volver, pero... ¿estás libre mañana?

—Sí, voy a faltar otra vez, al menos hasta que Koichi se calme un poco.

—Entonces te veo mañana en la plaza central, a las tres.

—De acuerdo, nos vemos mañana entonces.

—Hasta luego, libro abierto.

La detective se fue caminando tranquilamente, él simplemente se le quedó viendo hasta que salió de la cafetería. Sonrió, la chica al menos parecía aceptar su presencia ahora, eso era un avance, pero tenía que avanzar más rápido si quería acostarse con ella antes del viernes por la noche.

Pensando en cómo actuar mañana, él simplemente salió de la escuela para empezar a caminar rumbo hacia la residencia masculina. Su celular vibró, por lo cual él lo sacó de su bolsillo y lo desbloqueó, sólo había un mensaje "Voy a ir el próximo lunes", sonrió, era Komaru. 

¡Qué empiece el juego! (Naegi x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora