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—¿Por qué no me atendiste ayer? —preguntó enfadada la chica de cabello azul.

Naegi simplemente se aguantó las ganas de suspirar y dejó a la chica entrar en su departamento. Lo último que quería era que lo vieran discutiendo con Maizono.

—Lo siento, me quedé completamente dormido, estaba exhausto después de ir a la piscina.

—¿Y por qué no me llamaste cuando te despertaste?

—Porque me levanté hace nada.

La chica mantenía su ceño fruncido, lo había llamado veinte veces, veinte jodidas veces y él ni se había molestado en dejarle un mensaje.

—Lo lamento, ¿me perdonas?

—No.

—¿Por favor?

—No.

—¿Y si te doy un besito?

—Menos.

Naegi llevó una mano a su barbilla e hizo como si estuviera pensando, para segundos después fingir tener una idea. Sonrió, para luego tomar la mano de Maizono, la chica no lo entendió, pero cuando Naegi sacó la lengua pudo hacerse una idea. Sus dedos estaban siendo lamidos por el chico, su cara no tardó en empezar a enrojecer.

—¿Y me perdonaras o tengo que...?

—S-Sólo por esta vez.

—Genial, entonces te daré las "gracias" hoy en la tarde, ¿qué te parece?

—Supongo que está bien.

Problema evitado, sonriente el chico le dio un pequeño beso a la idol, para poco después salir junto a ella, debían ir a la escuela. Se apresuraron para que nadie los viera salir juntos del apartamento, en caso de que se encontraran con alguien dirían que Maizono fue a buscar al chico para ir juntos a la escuela, al menos eso decían siempre que se encontraban a alguien.

Sólo les tomó unos cinco minutos llegar al edificio principal y a su aula, dentro ya estaban todos menos Kirigiri. Maizono se fue con las chicas y Naegi con los chicos.

—¿Por qué siempre vienes con Maizono, Nae? —preguntó Kuwata al ver que el castaño se unía al círculo.

—¿Hm? Porque somos amigos.

—Con nosotros no vienes caminando y somos amigos también.

—Bueno, pero eso se debe a que ustedes no van a buscarme, Maizono viene en la mañana o me la encuentro en el camino a veces.

Todos los chicos miraban con sospecha al castaño, salvo Kuwata, ese pelirrojo lo veía con desconfianza sin terminar de creerse las palabras de Naegi, lo cual era extraño porque el pequeño siempre mostraba una actitud pasiva, lo cual debía hacer creer que sería incapaz de intentar algo con alguna chica.

—Chicos... ¿por qué me miran así?

—Por nada...

—Parecen molestos...

—No lo estamos...

El chico retrocedió un paso, por lo cual ellos avanzaron uno.

—C-Chicos de verdad me están incomodando...

—Están celosos porque caminas con una idol cada mañana —explicó una voz que no formaba parte de la conversación.

—No es así, Togami —refutó Kuwata.

—Pues eso es lo que parece. Los plebeyos siempre haciéndose problemas con todo...

—¿Qué le pasa? —susurró Oowada molesto.

¡Qué empiece el juego! (Naegi x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora