Capítulo 48 "Puto mentiroso"

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Esteban

Extraño a Yoi, no sé en qué momento empezó a sentirse tan confundida o infeliz conmigo, sólo sé que quiero remediarlo, y si ella necesita tiempo para hacerlo, se lo daré. Sé que ella solía cambiar de opinión muy seguido o confundirse mucho, pero ésto es mayor.

No creo que no me quiera, simplemente no puede ser cierto. No soy el mejor novio del mundo, pero sé que soy un buen chico, sobre todo con ella. No sé qué me faltó para que, en dos años, no crea estar enamorada de mí.

Las cosas aquí están muy extrañas, mi papá está distraído todo el tiempo y mi mamá enojada, es como si ella sospechara de la forma de actuar de mi papá y él ni siquiera lo nota por estar concentrado en sus pensamientos.

Pero ni hablar de Ánder; ahora que Nico regresó a Canadá es como si además de odiar a todo el mundo, me odiara sobre todo a mí, es muy extraño ese wey. Me da rabia saber que él ocupará mi lugar en la escuela, ese pendejo no merece nada, menos algo que fue antes mío, no está a la altura.

La escuela cada vez me estresa más, todos hacen preguntas de todo y no sé qué contestar. Preguntan sobre Yoi, sobre Nueva York... no tengo idea en ninguno de los dos casos. Por eso hoy ya ni fui a la escuela, pues a pesar de ser jueves, ya me merecía un descanso.

-¿Por qué no te levantaste para ir a la escuela?- Me preguntó mi mamá entrando a la cocina.

-No me sentía con ánimos- Contesté por lo bajo buscado el cereal.

-¿Apenas vas a desayunar?- Preguntó ella.

-Sí.

-Es la una de la tarde, Esteban- Me dijo- ¿Qué pasó en Boston?- Me preguntó.

-No quiero hablar de eso- Contesté en un hilo de voz- Si falté a la escuela fue para no tener que contestar más preguntas sobre Yoi ¿Ni en mi casa puedo estar a gusto?- Me quejé cansado y luego suspiré- Perdón, no es razón para que me enoje. Tú sólo estás preocupada.

Mi mamá sólo me miraba, nunca le había hablado así, ni siquiera sé por qué lo hice, pero es claro que ella no quiere hablar del tema, pues sólo dio media vuelta para tomar un vaso de agua. Agarré la caja de cereal y subí a mi habitación.

Todo está demasiado jodido, yo debería estar emocionado por irme a Nueva York en dos semanas, en cambio aquí estoy; evadiendo a todos, comiendo de una caja de cereal y con ganas de llamar a Yoi.

-Esteban...- Llamó y mamá tocando la puerta.

-Joder....-Maldije en voz baja y me acerqué a la puerta para luego abrirla- ¿Qué pasa?- Pregunté como zombie.

-Vino a verte el hermano de Nico- Informó mi mamá.

-¿Ander?- Pregunté y ella asintió -¿Te dijo para qué?

-No, sólo dice que necesita hablar contigo- Me contestó.

-Ya bajo- Le dije y di media vuelta para buscar un pantalón, pues estaba en bóxer.

-Lo dejaré esperando en la sala, yo ya me voy al gimnasio.

-De acuerdo, adiós, ma- Me despedí y ella asintió para después irse.

Decidí dejar a Ander un rato más de lo necesario, pues de verdad me cae mal ese cabrón, es satisfactorio dejarlo esperando como idiota.

Salí de mi habitación y lo vi desde el barandal con la mirada fija en el piso, tenía las manos en las bolsas de su pantalón y estaba caminando de lado a lado.

-¿Qué quieres, Ander?- Pregunté brusco mientras bajaba las escaleras y él levantó la mirada viéndome.

-Vengo a decirte la clase de persona que es tu ostia padre- Contestó.

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