La Diabla

5- escape

"Padre nuestro que estás en los cielo,  santificado sea tu nombre, libranos del fuego del infierno... "

Y heme aquí en misa,  no entiendo como no me he quemado con entrar,  pues por un oído me entra  las oraciones de almas pecadoras que en verdad no están arrepentidas, y  por el otro se me sale. 

Me estoy durmiendo,  es muy temprano para estar fingiendo que soy una santa arrepentida y no me voy a confesar con nadie porque no me arrepiento de mis actos,  cuando lo haga creo que estaré muerta. 

Ya tengo aquí tres meses y aunque me han descubierto intentando hacer una maldad o escapando del aula de clase,  no me sacan de aquí,  incluso me encontraron en la cocina robandome la comida. Y no,  no me sacan de éste puto lugar,  me castigan dejándome en una habitación oscura y pequeña. 

¿Ven que los que dicen ser buenos terminan siendo peores?  Ese castigo debería estar prohibido,  así no me quitaran la maldad de adentro. 

Y si me he quedado más tiempo aquí sin intentar escapar es porque soy menor y no conseguiré trabajo sin papeles,  me darían por desaparecida y mis padres podrían encontrarme y joderme de nuevo.  Ya estoy cansada de estar en lugar en lugar y aunque odio estar aquí,  siento que con las chicas me olvido de todo. 

Con ellas juego,  sonrío,  descubro que si tengo un lado humano.  Fumamos,  cantamos,  bailamos y hacemos pijamadas con el vino que le robé al padre en su Oficina. 

En verdad es mejor que estar en casa soportando a toda esa gente ridícula y doble cara y a mis padres que no se quedan atrás. 

Cualquier cosa es mejor que verlos a ellos. 

Veo al anciano que dice ser padre,  se ve más muerto que vivo.  Pobre,  su cara refleja la agonía y el cansancio de estar metido en un lugar donde debe fingir ser buen samaritano,  ustedes no van a creer lo que ocultan los sacerdotes,  las mayorías hasta hacen ritos satánicos. 

No podría comprobarte nada,  porque no lo he visto con mis propios ojos,  pero si entran a la red prohibida podrán descubrir cosas peores que una vez ví.  Recuerdo que en una fiesta un chico gordito y de aspecto enfermizo  me mostró cosas horribles que ahí hacían,  además de la trata de menores. 

Ya se ha visto noticia de que algunos sacerdotes terminan abusando de los niños o monaguillos,  pero no suelo tocar éstos tema porque las personas se ofenden,  ahora,  si me da la puta gana de hacerlo lo hago,  no me importa quién es me ataque.  Pero las personas deberían abrir sus ojos. 

No digo que dejen de creer en los dioses que crean,  en Jehová,  en Jesús,  en la Virgen de Guadalupe, en fin,  en lo que quieran,  no me meto con sus creencias,  porque yo también creía en ellos,  pero si van a creer en algo intenten comprender las cosas como se debe,  se supone que un Dios celoso odia que adoren imágenes y otros dioses falsos,  es celoso,  es impulsivo y actúa con su ira.  Si lo haces enojar,  prepara tu culo porque pronto recibirás tu castigo. 

Así que nadie hace eso,  todos adoran imágenes,  todos se confiesan con un hombre que dice que Dios le concede el poder absoluto de perdonar a través de él y de que por recibir un pan y vino ya estás bendecido. 

Por favor,  no sean tan estúpidos.  Si van a confesarse háganlo en su casa. 
Tu casa es tú templo,  así que arrodillate y desahoga tus penas y pecados.  Pide perdón por ti misma a quién tú quiera,  nadie puede decirte en quién creer. 

Como dice bien un tal ricardo Arjona:  «Con repetir tres padre nuestro,  el asesino no revive a su muerto. » 

¿Crees que si matas ahora a tú madre y vas a la iglesia a pedir perdón ya tú alma está limpia?  ¿En donde quedaría tu conciencia?  Eso es lo que nos hacen pensar las religiones,  que siempre que cometamos el mal debemos pedir perdón para santificar el alma,  pero no es así.   Tus actos hablan por sí solos.