39- demuestralo

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No, no te vayas
Aún el café no está listo
Yo sé que no has visto de mí lo mejor
Espera, por favor

Falta besarte más, acariciarte
Además de mil cosas
Que no son hermosas sin ti
No te puedes ir

Capítulo de infarto y triste 😟😟😟😔😔

....

La respiración se me corta cuando veo a la señora Emma, si mal no recuerdo así me dijo Zoe cierta vez que ella se llama. Igual no es como que se me haga interesante.

Ella, una mujer baja de estatura, cabello castaño, ojos grises, y de algunos 50 años, me observa como que soy la peor escoria de la humanidad.

Quiero decirle, que es mutuo.

—Mamá no...

La intervención de Steven no valió de nada, ella lo hizo a un lado y con la rabia que amena su mirada viene hacia mi. Me quedo envuelta con la bata y se detiene, no sé que decir o como actuar.

—Tú... —me señala con su dedo índice—... Eres la zorra satánica que acosa a mi hijo. —me mira de arriba abajo—. Y han dormido juntos, no... No es posible.

Se gira y mira si Steven. 

Se lo llevó el diablo.

—Explicame Steven, ésto no fue lo que enseñé, te enseñé a respetar a una sola mujer, a no ser infiel,  me has decepcionado, ¿cómo es posible que te acueste con ésta...?

Me mira con horror y giro los ojos. Que vieja tan ridícula.

—Mamá, hablamos de ésto luego, por favor, no sigas...

—¿Que no siga? Tienes una novia, Amelie ha estado contigo y la defrauda por ésta cosa, una mujer de poca clase y además no le sirve a nuestro señor.

—Más respeto a como se dirige a mi, que sea satánica y lo que sea, no le da derecho a insultarme —espeto y se gira a mirarme.

—Te hablo como se me venga en gana. Ahora mismo te larga de aquí, no voy a permitir que arruine la relación de mi hijo.

Me toma bruscamente del brazo para sacarme y le doy un manotazo en ella, me alejo enojada.

—¡Ni se le ocurra ponerme la mano! Su hijo no quiere a Amelie, no la quiere a ella.

—Mamá, ya deja a Karen, ella no tiene culpa de nada, hablaré con Amelie al respecto.

—¡Claro que no! No te quiero con ésta maldita mujer, servidora de Satán. Está maldita. ¡Que se largue!

Me toma de nuevo del brazo y por impulso le lanzo una bofetada.

—¡Karen no! —me grita Steven.

Ella se toca la mejilla y se lanza hacia mi.
Steven la sostiene.

—¡Vete Karen, busca tu ropa y vete, por favor! —me suplicó y niego sin poder creer que no le diga lo que me dijo ayer, que me quería, que dejaría a Amelie.

—Dicelo, dile que me quiere. —se me rompe el corazón y un nudo en mi garganta me quiebra las palabras, mis ojos se llenan de lágrimas y me impode mirarlo bien—. Dile, dile que vas a dejar a Amelie por mi, me lo dijiste, Steven.

Me mira con tristeza y agacha la mirada.

Lo sabía, es un maldito débil, niñito de mami.

—Steven...

—Karen, lo hablaremos después, por favor, te lo suplico —me implora y niego totalmente.

—Ya veo que eres un maldito niño de mami, que no tienes valentía de enfrentar a tu madre y ponerla en el lugar que se debe y a mi en donde me corresponde... No, ya entiendo, no me corresponde ningún lugar en tu vida, yo sólo soy un juego para, ¿no? Sólo eso.

La DiablaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora