10- la seducción del padre

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El calor que invade mi cuerpo,  que me absorbe el infierno.  ¡Oh cielo,  he pecado!  He sido una chica muy mala.  Y como me encanta serlo.  No tienen idea de lo delicioso que es el sexo,  me encanta dominar y de vez en cuando que me dominen.  Me encanta jugar con el fuego y quemar a mi víctima. 

Ay padre,  sé que lo que hice no tiene perdón de su Dios,  pero usted se ha condenado conmigo.  Ha caído bajo el juego de una chiquilla caliente como yo.  Pero le di una oportunidad de arrepentirse y echarme,  pero no lo hizo.  Así que no me siento mal por haberlo sometido a mis placeres porque es obvio que él quería.  Lo veo en su mirada cuando intenta disimular y con descaro analiza mi cuerpo. 

Otras jóvenes podrían enamorarse de su presa y quedarse allí sufriendo por un amor imposible.  Y si,  me he cuestionado el porqué no puedo enamorarme y sentir más allá que una atracción sexual.  Quizás es que mi mente y corazón piensan iguales a lo que yo creo del amor.  Que no es para mi. 

Después de todo,  nadie se enamoraría de un monstruo como yo.  O más bien,  un monstruo como yo no podría enamorarse de un ser tan patético como el ser humano. 

Y sí,  soy humana,  pero soy mejores que todos aquí.  Sé lo que deseo,  tengo los pies sobre la tierra y lo que quiero lo consigo de cualquier forma.  No me importa que tan manipuladora y falsa pueda ser,  no me importa si rompo hogares,  si arruino noviazgo o si condeno a cualquier sacerdote.  Realmente no me importa lo que la gente piense de mi y de como se echan la soga al cuello.  No le estoy poniendo una pistola a nadie para cometer cualquier pecado en mi temblo. 

El padre Elías quiso quemarse conmigo,  quiso profanar mi cuerpo y sentir el caliente de mi infierno.   Le encantó,  estoy segura que sólo lo estoy ayudando a decidir si es ésto lo que quiere o simplemente está confundido y termina renunciando a su oficio. 

¿Es que están ciegos todos?  ¿No ven que solo estoy ayudando a una pobre alma en condena bajo la iglesia?  Estoy ayudando a buscar su camino,  el camino que él desea y por su vocación se le prohíbe.  ¡Oh Diablos!  Yo estoy haciendo una excelente obra de caridad con el padre y con todos,  creo que tendré el jodido cielo ganado cuando en verdad quiero el infierno. 

Creo que después de todo no soy una chica tan mala.  Sólo hago un intercambio de fluidos placenteros a cambio de darles el camino correcto a los susodichos que llegasen a tenerme. 

Lo bueno de estar del lado del mal,  es que puedes hacer cualquier cosa sin sentirte mal contigo misma.  Podría robar,  mentir,  manipular,  si quieres hasta puedes matar.  Pero me conformo con las tres primeras opciones.  Matar nunca será mi fuente,  va más allá de mi maldad. 

Y si,  he tenido pensamientos de lo lindo que se vería ese maldito  violador siendo torturado por mi con un bate por su culo.  Y luego tomar una motosierra y cortar cada dedos,  luego su pies,  piernas,  mientras sufre agonizando.  Después sus brazos por tocarme,  y su maldito pene picarlo trozo. 

Pensaran que soy una completa psicópata por pensar así,  pero no,  lo fuera con todo honor si así quisiera hacerlo y tú y nadie podría juzgarme porque eso es lo que se merecen los violadores.  Como me encantaría que se declare un día en donde todos puedan hacer lo que quieran y romper las leyes,  porque juro que saldría a matarlo y haría lo mismo con todos los violadores. 

Aparte de robar en un Banco e irme a vivir en una isla con unos cien hombres que me traten como su diosa.  Aparte de que tengan que atenderme sexualmente uno al día o quizás más.

Pero eso sólo vive en mi fantasiosa mente.  Pero nunca sabemos los que el destino nos despare y creo fielmente que no habrá un chico que sea capaz de rechazarme y que pueda enamorarme. 

La DiablaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora