Madurar para aprender

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(una semana después)

Aquella fría mañana, Angie se despertó un tanto fatigada. Caminó por el pequeño pasillo y bajó por las escaleras intentando concentrarse para no tropezar. Últimamente dormirse era tarea difícil. Tenia miedo que en cualquier momento la policía los descubran y terminen presos. Era obvio que si terminaban tras las rejas, la justicia los separarían hasta que su condena termine, si es que terminaría en algún momento.

Llegó al baño y se encerró en el. Se miró al espejo. Ya no veía al monstruo que se consideraba ser, ahora veía a una chica que intentaba cambiar su realidad y borrar su pasado. No quería que aquellos malos momentos la perturben toda su vida. Quería hacerlos frente y ganar la interminable batalla que tenia con su mente.

Dio una sonrisa al ver su reflejo, tal vez aquel momento fue el primero en donde se acepto a si misma. Apenas había cumplido dieciocho años. La adultez parecía acercarse comenzando una nueva etapa en su vida. 

Vivió mas en menos de un año que en toda su vida. Jamas pensó que aquel chico un tanto extraño como ella, le cambiaría la vida. Para bien o para mal. Aunque ella lo tomaba bien, pues aprendió muchísimo de todos los errores que cometieron juntos. 

- ¿Angie? -preguntó Maia desde el otro lado de la puerta.

Ella detuvo sus pensamientos y miró extrañada la puerta hasta abrirla y ver a la chica, quien tenia un rostro que denotaba preocupación.

- ¿Que pasa? -preguntó Angie con confucionismo. 

- No encuentro a Kevin...

- ¿Lo buscaste sólo en la casa?

- Sí, no podemos salir lejos -explicó Maia.

- Lo buscaré -dijo Angie saliendo del baño y agarrando su campera que estaba sobre el sillón.

- ¿y si alguien te ve?, ademas esta nevando.

- No puedo dejarlo allá afuera. Se supone que somos un equipo. Si cae uno, caemos todos.

- Bien, pero tene cuidado.

- Lo prometo -dijo colocándose el par de guantes y saliendo por la puerta principal.

Ella camino por la nieve sin dirección alguna. La nieve caía y caminar cada vez era mas agotador. A pesar de estar cansada, siguió caminando. Tenia miedo de que lo hayan atrapado, y que pronto vinieran por ella. Aquel motivo fue suficiente para que esta no gritase el nombre del chico para encontrarlo, no quería que alguien mas que Kevin la escuchara. 

Los minutos pasaban y ella parecía no encontrarlo, hasta que lo hizo. El joven estaba sentado cerca de un precipicio ubicado en la misma montaña. Este parecía mirar el valle con aspecto cálido que se encontraba enfrentado a él.

Ella se acercó a él y se sentó a alado del joven.

- Me asustaste pelotuda -dijo Kevin sobresaltándose al verla.

- Vos también me asustaste, creí que te pasó algo -dijo ella con la mirada en el valle.

- Quería venir acá -dijo él con una sonrisa- es lindo ver a dos biomas completamente diferentes tan juntos.

- Es lindo... pero tendríamos que volver -dijo ella levantándose.

- ¿y si no quiero?

Ella lo miró con los ojos entrecerrados y agarro un poco de nieve y la apretó hasta formar una bola de nieve. Antes de que él pudiera reaccionar, ella se lo arrojó.

[ 𝐃𝐢𝐬𝐨𝐫𝐝𝐞𝐫 𝐢𝐧 𝐦𝐲 𝐦𝐢𝐧𝐝 ] KevangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora