El posible fin de una etapa

79 11 8
                                    

¿Era normal sentirse tan viva después de esa noche? tal vez la razón de su pizpiritez haya sido los tres cigarrillos que se fumó anoche y haber tenido relaciones con aquel chico. Jamas pensó que volvería a tener relaciones después de tantos traumas y momentos horribles. Se sorprendió a si misma.

Apenas eran las ocho de la mañana y Maia no había vuelto, al parecer se tardaría... si es que no estaba detenida. 

Eran momentos extraños para los chicos. Momentos en lo que todo parecía estar bien, pero aquella no era la realidad. Por primera vez se sentían bien y creían en dejar el pasado atrás, aunque este parecía apegarse a ellos.

A metros de distancia se encontraba Nicolás en el auto observando la casa. Este no estaba solo, sino acompañado por su padre, quien era dueño de la cabaña incendiada por los jóvenes. La ira y la impotencia era tanta que los necesitaban presos, y ahora era el momento perfecto.

- ¿Los ves? -preguntó el padre del adolescente.

- No, pero se que están ahí.

- ¿Como estas tan seguro? -dudó su padre.

- Los seguí, ya sospechaba que fueron ellos y no quería perder su ubicación.

A pesar de estar a pocos metros de la casa, Kevin y Angie no los veían; estaban tan concentrados en sus propios pensamientos que el resto era historia.

La chica bajó por las escaleras hasta llegar al living y ver al chico sentado en el suelo quedando en frente de la chimenea prendida. Ella sonrió por aquella imagen y se sentó a su lado.

- Odias el frió, ¿verdad? -preguntó ella con una sonrisa.

- Todas las estaciones del año son una mierda -dijo serio- en verano me cago de calor, en otoño me la paso enfermo, en invierno me cago de frió y en primavera tengo alergias. Encima la gente festeja esas ridiculeces, por dios.

- El frió es lo mejor que hay -dijo levantando una ceja.

- ¿Sabes que es lindo? cuando llueve en verano -dijo con una sonrisa.

- Yo bailo cuando llueve -dijo comenzando la risa de Kevin- ¿de que te reís?

- Estas loca...

- No mas que vos...

Kevin cambio su sonrisa a un rostro neutro. Desvió su mirada de Angie apuntando al fuego de la chimenea. Ella al ver su rostro serio, frunce el ceño confundida.

- ¿Dije algo malo? -preguntó ella acercándose a él.

- No.

- Entonces, ¿por qué esa cara?

- Angie, no se que sentís por mi... pero no sientas nada -dice por lo bajo.

- Creo que ya es demasiado tarde -admite ella- y te conozco tan bien que sé el motivo.

- Te debería importar -dice mirando sus manos con angustia.

Ella lo mira triste y lo toma de la mejilla para que la mire.

- Ya nada importa Kevin -sonríe ella- te amo demasiado.

Kevin sonríe y comienza a besarla tiernamente, era un nuevo Kevin. Aquel lado tierno siempre estuvo oculto dentro de él durante años, hasta que Angie provocó que aquel sentimiento aparezca. Aquella chica lo había revolucionado de todas las formas posibles.

- ¿Vos me amas? -preguntó subiéndose arriba de él mientras lo besaba.

- ¿No es muy obvio ya? -preguntó irónicamente con una sonrisa.

Angie siguió besándolo, pero él la detuvo intentando escuchar una supuesta sirena de una patrulla. Angie se acercó a una de las ventanas hasta observar las luces rojas y azules. Era la policía.

Kevin agarró del brazo a Angie y se dirigieron a una de las puertas traseras para escapar, pero ya era demasiado tarde; La policía se había adelantado.

Uno de los policías apunto a Kevin con un arma mientras que otro lo esposaba rápidamente. Otro policía se acercó a Angie y le puso las esposas brutalmente provocando que sus muñecas quedaran rojas.

- ¡A ella no! -gritó Kevin viendo como se la llevaban.

- Tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga podrá ser usado en su contra. Tiene derecho a un abogado, si no tiene uno, el estado le proporcionara uno -dijo el oficial de policía mientras lo llevaba a una de las patrullas.

Ya era demasiado tarde.

Las consecuencias de sus actos habían llegado.

Era imposible no llorar, tal vez aquel día seria el ultimo en el que se verían. Tal vez aquella extraña historia de amor haya terminado, si es que alguna vez lo fue.

Angie lloraba, lograba ver como ambas patrullas en las que estaban se alejaban para no volverse a ver jamas. Era triste admitir que no volvería a sentir a aquel chico tan especial. Era triste volver a estar sola, pero fue una lección. Una dura lección de vida.

Fue lindo romper las reglas junto a la persona indicada.

Aunque todo tenia un final.

Y este fue el suyo.

O eso parecía ser...

.

.

.

.

.

Segunda parte disponible el 13 de junio!



[ 𝐃𝐢𝐬𝐨𝐫𝐝𝐞𝐫 𝐢𝐧 𝐦𝐲 𝐦𝐢𝐧𝐝 ] KevangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora