Aquella noche la joven no logró dormir. Su cabeza era un huracán de emociones distintas. Estaba feliz de irse de su casa de una vez por todas, pero al mismo tiempo estaba furiosa por compartir aquella nueva aventura con Kevin. Definitivamente no sabia que sentir al respecto.
El reloj marcó las 4:00 am, lo que significaba que Maia estaba por recogerla pronto. Rápidamente cambio su piyama por un jean y una remera blanca con un estampado de un fiat 600. Como hacia un poco frió en aquella madrugada, agarró de su maleta una camisa a cuadros celeste. Se puso unas zapatillas blancas y se dirigió al baño cuidadosamente para no despertar a su familia.
Luego de un par de minutos allí dentro, volvió a su habitación y agarro las maletas. Antes de salir, agarro su celular. Debía deshacerse de el.
Cuidadosamente abrió la puerta trasera y salió con su celular al patio. Agarro un martillo y comenzó a golpearlo hasta que la pantalla este completamente rota. A partir de aquel momento no debía estar con ningún celular ya que podrían rastrearla o algo por el estilo. Con el martillo en su mano, se adentro nuevamente a la casa y lo dejó en donde estaba. Agarró sus dos maletas pequeñas y abrió la puerta nuevamente, pero una voz masculina la interrumpió.
- No vuelvas -dijo su hermano con una cerveza en mano.
- No lo haré -respondió Angie yéndose hacia afuera.
Apenas salió, se asomo a la vereda. Vio como una camioneta negra se estacionaba enfrente de su casa. Rápidamente se acercó a esta y vio la cara del conductor, era Maia.
- Hermoso tu nuevo cabello -sonrió ella con el vehículo en marcha. Su cabello ya no era rubio, sino un castaño que resaltaba su color de piel.
- Callate la boca -dijo Angie subiendo a la parte trasera de la partner negra.
Apenas abrió la puerta vio a Kevin sentado con sus maletas. Ella dio un corto saludo y se sentó a su lado. Al estar en la parte trasera, era difícil que los peatones los vieran, lo que le daba un punto a favor.
Las horas pasaban y Maia seguía manejando. El viaje era bastante callado, hasta que Maia irrumpió el silencio.
- Están bastante chiflados ustedes dos.
- Lo dice la chica que robó en una farmacia -dijo Angie.
- Robar no se compara con lo que hicieron.
- No puedo creer que esto este pasando -susurro Angie tapándose la cara.
- ¿Hasta cuando vas a seguir enojada conmigo? -preguntó Kevin.
- ¿Como no estar enojada? -exclamó ella.
- No todo es mi culpa.
- Tuve buenos motivos por asesinar a mi padre.
- Quisiste ayudarme...
- ¿Que?
- Cuando nos conocimos quisiste ayudarme. hay empezó el problema.
- Entonces ambos tenemos la culpa.
- Yo también debería estar enojado, ¿no es así?
- No puedo creer que en algún momento sentí enamorarme de vos -dijo Angie por lo bajo.
- ¿Que?
- Lo que escuchaste, Kevin -dijo enojada mientras se recostaba y apoyaba su cabeza en la mochila- despiértenme cuando lleguemos- finalizo cerrando los ojos.
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[ 𝐃𝐢𝐬𝐨𝐫𝐝𝐞𝐫 𝐢𝐧 𝐦𝐲 𝐦𝐢𝐧𝐝 ] Kevangie
FanfictionDos jóvenes que intentan llevar una vida normal a pesar de sus traumas y problemas familiares, ¿que tan fácil es encajar en un mundo desquiciado cuando nuestra propia mente es nuestra mayor enemiga?