Tal vez el rencuentro no fue como él lo esperaba, verla besando a otro dolió mucho; y eso que ya estaba acostumbrado al dolor y a decepcionarse de los demás, incluso de si mismo.
Se encerró en su habitación por varias horas. No quería salir. No dejaba que nadie mas entre. Quería estar solo.
La habitación era silenciosa. Aquel día aprendió que el silencio puede ser ruidoso y molesto. Era difícil ocultar los sentimientos en el silencio. No quería estar así, tampoco quería que le importe. Si el Kevin del pasado lo viese con ese estado posiblemente lo odiaría y le pegaría por imbécil. Extrañaba no sentir absolutamente nada, pero a esas alturas los sentimientos le sobraban. Antes, sentir empatia con alguien era todo un reto. Por momentos deseaba apagar los sentimientos. Como un robot. O incluso una persona peculiar.
El ruido de la puerta abriéndose interrumpieron sus pensamientos, era su madre quien estaba acompañada por Maia.
- Vino una chica -avisó yéndose mientras ella entraba.
Kevin, a pesar de su presencia, no le daba mucha importancia.
- ¿Que pasa? -pregunta él por lo bajo.
- Quería invitarte a una fiesta.
- No me gustan las fiestas -remarcó recordando su ultima fiesta hace cinco años cuando Angie se entero quien era en realidad.
- Te gustará, es mañana -dijo abriendo la puerta- no me falles, te perderás de mucho.
El no respondió, sólo se quedó callado mirando por la ventana.
Ella salió de la habitación y le dijo a Martín que convenza a su hermano de ir ya que le tenia una sorpresa. Sabia que Kevin era difícil de convencer. Martín aceptó y ella se fue con una sonrisa.
La misma invitación fue dirigida para Angie, quien acepto al instante. De alguna manera quería salir de su zona de confort.
Kevin dudó en aceptar, se autoconvencia de no ir; pero su hermano le insistía que fuera. El chico acepto, pero con una condición: que Martín lo acompañase. Su hermano acepto, lo cual era obvio ya que era amante de las fiestas.
Por la noche, exactamente a las doce; los dos chicos salieron de su casa para dirigirse a la casa de Maia, en donde era la fiesta. Desde la entrada se lograba ver a la gente bailando y la música fuerte que salia de los grandes parlantes ubicados en el patio trasero.
Apenas entraron, Kevin retrocedió para irse; pero su hermano lo detuvo. Desde lo lejos vieron como Maia se acercaba a ellos un tanto borracha con una botella en la mano.
- No se si es el alcohol o estoy viendo a Kevin en una fiesta -sonrió ella.
- Ojalá fuera el alcohol -dijo Kevin incomodo por la música fuerte.
- Vengan, les quiero mostrar a alguien -dijo agarrando la muñeca de ambos.
Empujando a un par de personas, se acercaron a una mesa con bebidas y comidas. El chico levantó la mirada logrando ver a Angie junto al mismo chico.
El rostro de la chica pasó de estar alegre a uno asombrado. Kevin sólo desvió la vista como si no le importara, pero la chica le habló.
- Tanto tiempo -dijo ella asombrada y confundida por su presencia.
- Hola, ¿son algo? -preguntó Martín haciendo referencia a Angie y al chico que tenia alado.
- Somos novios -respondió el chico.
Kevin lo miró neutro sin decir ninguna palabra. <<somos novios>>, vaya que dolió eso.
- Felicitaciones -dijo Kevin con una sonrisa forzada y una voz desanimada.
Angie asintió una vez un tanto incomoda, realmente no se esperaba que él este ahí.
- ¿Ustedes se conocen? -preguntó su novio.
- Eramos amig...
- Nos conocimos en ultimo año de secundaria, sólo eso -interrumpió Kevin.
Esas palabras fueron como un golpe en el corazón para la chica. Tal vez ella no fue tan importante para él realmente. O al menos ella creyó eso al oír sus palabras.
- Deberíamos juntarnos algún día para conversar y recuperar el tiempo perdido -sugirió Maia.
- No hay nada de que hablar -respondió Kevin con un rostro neutro, aunque por dentro estaba mal por aquella relación- suerte con la relación.
El sonrió y se fue para otra habitación a paso rápido mientras que Martín charlaba con el novio de Angie. Ella se quedó algunos cortos segundos con ellos, pero se fue a buscar a Kevin con la excusa de que iría al baño.
- Kevin, ¿podemos hablar? -preguntó siguiéndolo.
- No hay nada de que hablar -dijo sin dejar de caminar.
Ella adelantó el paso y le agarró el brazo para que se detenga. Él lo hizo y se dio la vuelta con los ojos en blanco. No quería hablar con ella.
- Creí que eramos por lo menos amigos -reprochó ella.
- ¿Te dolió que diga eso?
- Sí.
- Tranquila, al cabo de unos días se te olvidará-dijo intentando irse, pero ella nuevamente lo detuvo.
- ¿Que mierda te pasa? que tenga un novio no significa que me haya olvidado de vos.
- Como si me importara...
- Claro que te importa, te conozco -aseguró ella.
- Pasaron cinco años, ya no soy el mismo.
- Seguís teniendo la misma actitud y se que estas celoso.
- No tengo razones para estar celoso.
Ella estuvo por responder, pero el ruido de un disparo la interrumpió. Todos los presentes se asustaron provocando un caos y comenzaron a gritar. Muchos corrían hacia la salida, otros buscaban con la mirada si alguien fue lastimado por la bala y otros simplemente quedaban inmóviles por el susto. Unos de los anfitriones gritó que salgan para el patio y que llamaran a la policía, algunos se fueron del lugar y otros se quedaron en el patio desconcertados. Un gran grupo de personas se juntaron en el mismo lugar, parecía que estaban viendo algo.
Angie se acercó al grupo de chicos y vió a Maia lastimada por la bala que había entrado en su pierna. Su amigo quien estaba en la misma fiesta, llamó desesperado a la ambulancia. Otro de sus colegas le decía en voz baja a la chica que respire y que se quede tranquila mientras ataba una soga alrededor de la pierna para hacer presión. Angie se acercó a ella mientras se tapaba la boca con las manos. La imagen de Maia con la pierna ensangrentada fue muy traumática.
Kevin al igual que Angie miró a la chica desangrándose, también estaba destruido; pero no tanto como Angie. Le dolía verla así.
Ella se acercó lentamente a Maia y se arrodillo a su lado mientras lloraba.
- ¿Va a estar bien? -preguntó Angie a uno de los anfitriones, lo que mas deseaba era un simple "si" como respuesta.
- No lo sé -respondió por lo bajo.
- ¿Quien te disparó? -preguntó Angie a Maia antes de que sea tarde.
- No lo sé -respondió con la voz entrecortada por el dolor.
- No quiero perderte -farfulló Angie.
- Nunca me vas a perder, voy a estar bien.
Angie se acercó mas hasta abrazarla mientras lloraba, tenia miedo de que ese fuese el primer y ultimo abrazo.
Por lo lejos escuchó las sirenas de la ambulancia y la policía, la fiesta había terminado. Alejaron a la chica y cargaron a Maia en una de las camillas con rapidez. La policía investigaría quien portaba el arma, todos eran testigos y posibles culpables.
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[ 𝐃𝐢𝐬𝐨𝐫𝐝𝐞𝐫 𝐢𝐧 𝐦𝐲 𝐦𝐢𝐧𝐝 ] Kevangie
FanfictionDos jóvenes que intentan llevar una vida normal a pesar de sus traumas y problemas familiares, ¿que tan fácil es encajar en un mundo desquiciado cuando nuestra propia mente es nuestra mayor enemiga?