Mr. Styles [ls]

Capítulo 11.1: Una última búsqueda.

—Mal.

—Muy mal.

—Terriblemente mal.

Cómo había prometido, Louis se quedó después de los ensayos excusándose con Niall; entre ellos jamás han habido secretos, pero Louis no estaba muy seguro de querer decirle la verdad y probablemente su amigo no estaría de acuerdo. Así como tampoco lo estuvo cuando se fue molesto dejándolo con la palabra en la boca.

Y si tan sólo hubiese escuchado su lado racional, no estaría perdiendo el tiempo con un hombre seis años mayor que él riñéndole su postura, su habla, su tono de voz, su falta de asumir riesgos, su negatividad y mal expresión cada que lo corrige. Y eso ocurre cada segundo.

No tenía idea de cuánto tiempo llevaban ensayando, pero no le importaba. Simplemente deseaba relajar sus músculos y beber un poco de agua. Ha pasado tanto tiempo desde que no lo hace y se siente sediento. Sediento y hambriento. Harry ha estado actuando como un tirano.

—Esa postura no está contemplada en la actuación —lo miró disconforme—. Es más, ¿qué intentas hacer? ¿Qué clase de posición es esa?

Louis alzaba los hombros sobre su cabeza, semi agachando la cabeza y sus caderas hacían movimientos espontáneos y completamente exagerados de un lado a otro. Sus pantorrillas se inclinaban dolorosamente hacia atrás, provocando una sobrecarga en sus tobillos lo que coincidía en una pronación de los mismos.

Gruñó quedamente al escucharlo y se enderezó completamente sin voltear a ver a su profesor. Seguramente tendría la cara enrojecida del esfuerzo y la frustración, transpiración por todos los poros de su agotado cuerpo y unos labios resecos; sumidos en la impaciencia por hidratarlos. Se los humedeció tratando de aligerar un poco el desespero.

Exhaló el fresco aire con la nariz y soltándolo lentamente con la boca. Así varias veces hasta que sintió su voz lo suficientemente apacible y se giró hacia Harry mirándole con reproche.

—He estado haciendo lo que me ha pedido y desde que inicié lo único que he escuchado de tu parte son malos comentarios. Como si lo que estás viendo... —se quedó callado unos segundos poniendo sus ideas en orden y recapacitando la manera en la que le hablaba—; como si lo que estuviera viendo fuese la peor fatalidad jamás apreciada ante usted.

Harry emitió una sonrisa burlona ante el brutal intento por no maldecirlo. Él dudaba seriamente que alguien como Louis lo maldijera abiertamente, e incluso, podría asegurar que ni siquiera por su mente habrían pasado esos pensamientos. Le agradaba saber que, a pesar de sus exhaustivos tratos por mantener la cabeza fría y maldecirlo, en realidad, no podría hacerlo. A las personas como Louis esos actos y pensamientos les eran totalmente irrespetuosos e inaceptables. Posiblemente, estaría enojado; porque vaya que se veía seriamente enojado, pero no lo veía como un chico que soltaba fatales palabras todo el tiempo.

—Lo qué haces Louis, está mal. No estás prestando atención a lo que intento explicarte —se acercó levemente a él—. Ni siquiera lo estás intentando.

Miró sus caderas y con un movimiento de cabeza le ordenó que las mantuviera firmes. En unos pocos minutos Harry logró darse cuenta que Louis era un chico bastante expresivo y muy ansioso, no había forma de que sus piernas, manos o caderas se mantuvieran estáticas por un segundo. Pudo haber estado en la tentación de agarrarlas y mantenerlas inmóviles, pero no deseó prestarle mucha atención a esos pensamientos.

—Parece que quieres llevarme la contra.            —Volvió a hablar Harry, estrechando los ojos en su dirección.

—¿De qué hablas?

—Todo el tiempo estás en constante movimiento. Si no mueves tus pies deslizándolos sobre la madera, mueves tus brazos pasándolos por detrás y cuando sientes que no es suficientes los regresas a donde pertenecen; pero sincronizándote siempre con tus movimientos ondulantes de caderas —cruzándose de brazos siguió estudiándolo con su fría mirada—. Siempre estás en movimiento Louis, pero cuando te digo que lo hagas simplemente te quedas pasmado, o haces todo lo contrario a lo que te pido.