Extra: Hogar.

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—¡Louis, trae a ese perro aquí! —Harry medio gritó, medió gruñó—. ¡Béix, juro que te encontraré y te daré en adopción... de nuevo!

Louis emitió una larga carcajada y miró a Harry desde la periferia del sillón reclinable. Era su tercer aniversario como pareja y Harry había tratado de hacer una pequeña cena en un nuevo departamento que habían conseguido para ambos.

Tiempo atrás; cuando no podían vivir con sus manos fuera de sí más de diez minutos, y su co-dependencia cada vez era menos favorable para ambos. Decidieron comprar un hogar en el cual vivir juntos. Como una pequeña familia con un perro demasiado travieso. Y amigos molestos que los visitaban cada día.

Harry no podía creer en lo que su vida se había convertido en los últimos años. Pero, sinceramente, no se quejaba. No podía hacerlo cuando la persona que más amaba reía con su preciosa risa enmarcada en unos divinos ojos azules, delante de él.

Su mirada se colocó en Louis, y lo observó. Creía que jamás se cansaría de ello; habían pasado años desde que se conocían y Harry seguía impresionándose con la dulzura del chico.

—¿Hay algo en lo particular que te resulte gracioso? —Enfadado, se cruzó de brazos y lo miró con ojos críticos. Una mirada que la primera vez que lo conoció, ponía a temblar a Louis, pero que ahora era algo bastante normal. Incluso, tierno—. Tus amigos vendrán esta tarde y ese perro se comió su cena.

—También son tus amigos.

Louis emitió otra gran carcajada cuando el hombre resopló airado. Riendo por lo tierno que lucia Harry enfurruñado, fue acercándose a él, con pasos calmados.

Cuando estuvo frente a él, cruzó sus brazos sobre su cuello y le susurró—: Realmente le agradezco a Béix que se comiera la cena. —Su cara doliendo por la sonrisa llena de felicidad. Amaría lo que diría después—. Porque eres bastante malo cocinando, Hazz.

Lo único que le agradaban eran sus postres. A veces.

Harry evaporó un quejido totalmente indignado, y cuando lo iba a alejar; Louis se le adelantó y rozó codiciosamente sus labios entre los del hombre.

Harry perdió la batalla contra eso.

Tomó la nuca del chico como siempre amaba hacer y lo besó profundamente. Desarmándose entre la suavidad que Louis siempre le brindaba. Sintió al chico suspirar entre el beso y no faltó mucho para que Harry lo imitara.

No, nunca se cansaría de esto.

—Te amo. —Murmuró Louis entre sus labios.

A Harry siempre se le iba la respiración cuando Louis tomaba la iniciativa y expresaba sus sentimientos. Pero, justo cuando le iba a responder, un ladrido hizo eco en todo el departamento; Harry giró su cabeza rápidamente.

—¡Ajá, con que allí estás! —Lo señaló con el ceño totalmente pronunciado y sin soltarse del agarre de Louis—. Ven aquí —demandó y Béix le gruñó en respuesta—. ¡Oh, no! A mi no vas a gruñirme, ya hemos pasado por eso antes.

Louis miraba la escena con tanto amor y diversión. Se sentía tan bien, un sentimiento cálido inundándose alrededor de su mente y cuerpo.

—Es sólo un perro, Harry. —Agarró el rostro del hombre y lo giró a él; le dio un pequeño beso en sus labios y susurró—: Tan gruñón.

—¿Gruñón? —Enarcó una ceja—. Mi enojo es aceptable. Tú fuiste el de la idea de invitar a tus amigos a nuestro aniversario. —Harry dijo la palabra aniversario como algo mágico y completamente natural. Su toque posesivo siempre presente.

Mr. Styles [ls]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora