Capítulo 19: Desafío.

53.7K 4.1K 18.5K
                                    

—Louis Tomlinson, dieciocho años. —Una foto era señalada y un niño de ojos azules giraba en concentración de un libro. Estaba tan abstraído en el mismo, que no era consciente de las fotos que lo capturaban—. Un chico bastante peculiar que vive en un pequeño barrio llamado Newcross con su familia. Tres hermanas menores que él y su padre, Mark. Un alcohólico debido al fallecimiento de su esposa, Johannah.

Heather miraba el escenario abstraída y con un temor que la ha perseguido ya por varias noches. La mujer observaba cómo Harry veía la fotografía con una extraña oscuridad —que nunca había visto en él antes— crecer a lo largo de su mirada. Sin embargo, su cuerpo estaba relajado e inclusive, en su momento más cínico y brutal, Heather podía afirmar que la sombra de una sonrisa tiraba en las comisuras de los labios de Harry.

Pero por otra parte, si de desafío se trataba, Jensen era un fiel partidario y amo de aquel juego. Heather no sabía si Jensen quería jugar con fuego o simplemente tocarlo. Consiguiendo como única ventaja, que al final, no le importaba salir quemado mientras las otras personas resultaran doblemente heridas.

Ella estaba tan callada que su presencia no podría ser menos requerida. Analizaba y concluía cada una de las acciones de los hombres que ha conocido por años. Lo que sea que tramara hacer Jensen, Heather imploraba que el niño no fuera involucrado.

—Bien, ya indagaste sobre la vida de un estudiante —Harry cruzó las manos sobre su regazo y se acomodó mejor en la silla. Como si está situación no le importara—. ¿Ahora qué?

Heather no podía retirar la mirada de Harry, no quería perderse ningún movimiento, gesto o proclamación en cualquier parte de su cuerpo, pero parecía estar indispuesto a mostrar su humor. Nunca se había mostrado tan indiferente a una situación.

Absteniéndose de cualquier comentario, sigilosamente se movió un poco más cerca de los gran ventanales de la oficina y la espectacular vista que las calles Londinenses le ofrecían. Cuanto desearía recorrer las calles con la debida libertad y no depender de las órdenes de su jefe. Como le gustaría dejar aquí a estos dos hombres que se asesinaran —si así lo deseaban— sin tener repercusiones por ello. Si fuera por ella no seguiría aquí tratando de lidiar con su impotencia.

Aún así, ella no era responsable del niño que estaba de intermediario entre los juegos sucios de Jensen y Harry. Ella no debería preocuparse por una persona que conoció en una fiesta galante que apestaba a miseria y absoluto poder; pero ese niño, era tan inocente. Se le veía tan perdido y vulnerable entre los brazos de Harry que deseó hacer algo por él. Pero lo único que hizo fue cazarlo toda la noche de aquella fiesta y capturarlo en imágenes anónimas para después, entregarlas a su jefe.

Esperaba que Harry hiciera algo.

—Puedes continuar fingiendo que no te importa. Pero ambos sabemos la realidad, Harry. —Recorrió con sutileza su dedo sobre la fotografía y subió su mirada con ojos sombríos y fijos completamente en su hijo. Sonrió cínico—. Puedes mentirme a mi cuanto desees, pero jamás te podrás mentir a ti mismo. Jamás has sido bueno en eso.

—¿Y de un día para otro sabes conocer todo acerca de mi? —Chasqueó su lengua—. Al parecer hay algo que aún no terminas de entender. No me quitará el sueño que decidas fotografiar a un estudiante, por su contrario, eso es completamente ilegal. Lo sabes, ¿no, Jensen? —sonrió con hoyuelos y brillante risa. El destino de felicidad jamás cruzó por sus ojos—. Es ilegal fotografiar a una persona sin su permiso, así que, no puedes lastimarlo ni tocarlo y creer que saldrás ileso.

Jensen capturó un bolígrafo retráctil entre sus labios e inspiró profundamente. Su mirada helada y sin sabor; a su pesar, él devolvió la sonrisa.

Mr. Styles [ls]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora