Desde siglos atrás, se ha sabido que el humano es la principal causa de destrucción. Creando e innovando objetos letales que podrían acabar con la raza entera en un segundo. Guerras interminables y corazas llenas de poder, dolor y angustia. De victoria, devastación y ruina.
Pero tal vez, si el humano dejara de ser tan egoísta; arrebatando felicidad y sustituyéndola por el interminable camino hacia la desolación y la ruina, todo sería distinto.
Los días pueden pasar, los meses y años también. El tiempo no se detiene y no aguardará hasta que el humano decida corregir sus errores; cuando en primer lugar, nunca debió existir tal deshumanización.
Un pequeño respiro; no fue suficiente. Otro más largo; fue menos que satisfactorio. Uno mucho más extenso; no cambió absolutamente nada.
Los objetos materiales normalmente no sienten ninguna clase de emoción, pues no cumplen con las características necesarias para considerarse un organismo vivo. Pero, probablemente el volante con el cual sus manos se aferraban con fuerza e ira, estaría suplicando un poco de misericordia.
Un respiro, y otro y otro, hasta que creyó que sus pulmones explotarían por la fuerza ejercida tan innecesaria de trabajo. Se sentía desorientado y con un odio persistente en el fondo de su pecho.
Harry tenía la mirada fija en la carretera, pero sus pensamientos habían tomado un rumbo bastante diferente. Sabía que necesitaba prestar atención a lo que hacía, pero era tan imposible como olvidar la última mirada que Louis le ofreció al término de las clases. Curiosa, bonita y adictiva.
La impotencia de comprender que, no se permitió otorgarle un beso cuando tuvo la oportunidad.
Tampoco, nunca se había considerado una persona especialmente emocional; pero emociones era todo lo que ahora mismo sentía, y estaba siendo manejado por ellas.
No entendía cuándo se había convertido en esa persona defectuosa. Necesitada por el cuerpo, sonrisa y actitud de cierto niño. Podría tomar demasiadas exhalaciones, podría incluso, tener frente a sí mismo una sorprendente vista del atardecer; pero no había mentido cuando le dijo a Louis, que era él a quien más gustaba mirar.
Y probablemente no se lo dijo, pero era con él, con quien le gustaba pasar sus tiempos libres. Inclusive, si aquellos tiempos eran reducidos a nada, cuando habían más deberes por hacer. Él siempre encontraba la manera de pasar más tiempo con Louis.
No se supone que se sentiría así. No se supone que se asustaría tanto cuando horas atrás recibió un llamado de su padre, citándolo en su oficina porque ya estaba enterado del plan con Heather; pero, el temor nunca fue tan grande como cuando Jensen lo amenazó, involucrando la seguridad y salud de Louis.
Aferrado a su ira, nublando sus sentidos, en éste irracional juego que Jensen había creado, el único que salió perdiendo fue Harry.
Las abrasivas palabras de Jensen saliendo de su boca tan fácil y sin comprender el significado y la profundidad con la que fueron expresadas.
—Ambos me mintieron —sonrió con labios cerrados; su cara afilada mostrándose ulcerante—. Y ustedes saben que odio las traiciones. —Su atención dirigiéndose por un momento a Heather—. ¿En serio creíste que mis hombres no te mantendrían vigilada? Tú das un paso, y ellos te seguirán. ¿No lo has entendido, aún?
Heather en ese momento estaba temblando y sus dientes chocaban entre sí: titiritando. Harry jamás la había visto tan nerviosa y asustada. Él no estaba mucho mejor.
—Ustedes tienen mucho más que perder, de lo que yo. —Caminó cauteloso por el lugar, viéndolos con sospecha—. Así que les haré un trato, que seguramente nos beneficiará a los tres. —Sonrió, con lo que trató fuera algo agradable y afectuoso.
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Mr. Styles [ls]
FanficHarry es un amargado profesor de Literatura y Louis, su pequeño e inocente alumno. No se permiten adaptaciones.