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-He pasado la prueba con tus padres- dice entonces José retóricamente.

-Puede ser señorito, aun no lo sé, ellos suelen ser muy quisquillosos- dice poniendo los ojos en blanco.

Estaban solos en la habitación y se podría sentir el hermetismo, habían subido a coger algunas cosas, Brandom para no dejar solo a José y que su padre le siguiera interrogando, decidió que le acompañase. El escepticismo en aquel par de ojos color avellana, era una mirada figa y potente. José se sentía un poco arrinconado, entre la cama y unos pocos centímetros de distancia a Brandom, este sin más se acerca para darle un beso corto en los labios. Luego vuelve a colocar los labios de José contra los suyos, la idea de tenerlos así de cerca le tensan la mandíbula y desahoga un gruñido gutural que José atrapa con su boca.

José le suelta, abatido, agitado, con el corazón a mil por minuto. Se coloca los dedos en la boca para ahogar un gemido, calma su aliento y aún la pareja no deja de retarse con los ojos. Una mirada lasciva llena de excitación y deseo.

-¿Qué es esto José?- pregunta mientras lo arrincona contra la pared, lo toma por las mejillas, la pared suena ante el gesto y José se alarma.

-Tus padres...-

-Solo dime ¿Qué es esto que tenemos que nos deseamos tanto?-

-Porque quieres darle nombre, esto puede ser solo de nosotros.

Brandom aprieta su bulto contra José, allí donde su miembro crece con cada rose, ambos estaban echo fuego.

-¡Te follaria ahora mismo!- exclama a su oído, tomando el lóbulo de su oreja por los dientes.

-Yo quiero que lo hagas, pero tus padres... no quiero...- José determinadamente le aparta con una fuerza de voluntad enorme- no quiero que yo sea un problema, es más, no quiero que te corran de casa o algo peor. Tu y yo sabemos las consecuencias de tener una familia con esta religión.- José de pronto se ve perdido, sus labios se quiebran con la voz y intenta reprimir las ganas de llorar pero sus ojos no se dejan de humedecer.

Aquella mano ensangrentada, de nuevo a la mente de José...

Brandom le acuno en los brazos, imaginando un sinfín de cosas que pudieron haber ocurrido en el pasado de José, y que por ello reaccione de esa manera. Tendría que averiguar algo respecto sobre su familia y su vida antes de llegar a Miami. Con esa idea inhalo el cabello sedoso y azabache de José, olía a crema de baño y a él, mientras este hundía su rostro a su cuello gimiendo.

A José le pareció increíblemente acogedor el gesto de Brandom, tanto que el pensamiento de que jamás se cansaría de su abrazo le atravesó la mente durante ese tiempo que estuvieron los dos así, son decir más nada, solo ellos y un abrazo.

-La cosa va que el mundo ha avanzado, pero realmente algunas personas solo saben una verdad- dice José luego de un momento.

-Tú y yo somos verdad José- termina Brandom.

I want sex/ Quiero sexo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora