I want sex/ Quiero sexo.

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  Alguien había tocado el timbre, José pensó inmediatamente en Brandom, pero... ¿eso realmente podía pasar? Había estado pensando en él toda la tarde mientras hacia la tarea en el mesón de desayuno, cada vez que veía su móvil y observaba sus fotos en instagram, tenía pocas, pero eran perfectas. Estaba admirando una sonrisa esplendida y sincera, parecía muy feliz en esa foto, estaba al lado de una chica y se preguntaba quién era. Reconoció sus facciones delicadas, y su piel tersa canela, de pronto sintió un retozón en el estómago ¡Era Dreik cuando era chica! podía reconocer esa mirada brillante y esa sonrisa de niña americana, aunque su dentadura no era perfecta, su rostro y sonrisa sí. ¿Cómo era eso posible?

El timbre seguía sonando. José parpadea rápidamente, apaga el móvil intermitentemente y sale disparado a la puerta con el corazón expectante.

-¡Abro yo tía!- grita para avisar.

Ve por el pequeño orificio que tenía la puerta y avista que es Kylie, arruga el entrecejo, ¿qué hacía ella ahí?, José negó con la cabeza y abrió el pomo de la puerta.

-Kylie, me tomas por sorpresa- José estaba algo apenado, puesto que su atuendo no era para nada adecuado para recibir visitas.

Kylie lucia esplendida, tenía unas grandes gafas, y un conjunto color azul con perla a juego, traía una caja de galletas entre sus manos de perfecta manicura. Y su cabello, todo hacía atrás caía como una cascada en sus hombros, esta vez no tenía coleta, más bien solo le acompañaba su mechón de lado detrás de su oreja.

-Hola, yo tampoco pensaba venir hoy- sonria, pero su tono parece apagado, no es la misma Kylie escandalosa y feliz-¿puedo pasar?, traje galletas- dice conciliadora.

-Claro, claro.

José la hace pasar analizando su atuendo, una franela gastada grisácea y unas bermudas. Negó con la cabeza. Entraron a la cocina y Kylie se veía rara en un lugar tan sencillo, se sentó en uno de los taburetes de la mesa de desayuno y coloco el bol con las galletas a un lado.

-Haciendo la tarea- examino los cuadernos rápidamente.

-Si, últimamente he estado algo descuidado- dice José

-¡Hay pero si eres un cerebrito José exageras!- dice escandalosamente.

José sonríe satisfecho de percibir esa vivacidad de Kylie.